La presidenta del Consejo manifestó su interés en crecer con esa apuesta que hace única a una ruta que “es la que más está creciendo en visitantes de Castilla y León” en cuanto al enoturismo, con un 17% de turistas más cada año. Bello reconoce que hasta el momento han sacado provecho de lo que ecológicamente les viene dado, y ahora toca aportar más. Este proyecto, financiado por la Fundación Biodiversidad, ha contado también con tres ayuntamientos a los que se suma el Consejo, Villablino, Páramo del Sil y Palacios del Sil, tres zonas de avistamiento del oso. Entre todos han sufragado el presupuesto de los cursos que suman 40.000 euros, aunque los municipios y el Consejo ponen 15.000 de ese total.
Los cursos se inician ya la próxima semana y son de dos días, abiertos a promotores turísticos o a interesados en formarse como guías para abrir proyectos empresariales nuevos. Hasta el momento, en la parte osera leonesa no está muy estimulado esa apuesta empresarial que sí se ha hecho un hueco en Asturias con unas 15 empresas.
Los cursos son gratuitos y se ofrecerán en diversas fechas, la primera en el Consejo Regulador, el 25 y 26 de este mes, después en Villablino, el 27 y 28. En Páramo del Sil será el 4 y 5 de julio y en León el 17 y 18 de julio. Los interesados deben contactar con la Fundación Oso Pardo, que es la que gestiona la iniciativa. Su director, Guillermo Palomero apunta que el momento para hacerlo es dulce, puesto que la población de osos está creciendo y su conservación es buena. En la cordillera cantábrica asegura que habrá unos 350 osos “y la cifra sigue creciendo”. En los tres municipios que se han sumado a la propuesta hay zonas de avistamiento y tal vez sea una de las zonas más ricas con unos 250 ejemplares “la densidad permite ese avistamiento”.
Reconoce que ese turismo se está dando ya, al tiempo que se estudia una regulación de la mano de la Junta para no ir en contra de la conservación de una especie en peligro de extinción, recuerda. Pero la afluencia de visitantes está ahí y ve con buenos ojos que ya se formen guías para gestionar esas visitas “atrae enormemente a una sociedad que cada vez es más urbanita y tenemos más necesidad de naturaleza y donde hay osos quiere decir que hay una naturaleza plena”. Los guías que se formen “deben ser trasmisores de buenas prácticas” para ver el oso “y conocerlo muy bien”, remarca Palomero. Los cursos serán impartidos por expertos en ecoturismo, por técnicos de la Junta de Castilla y León y por personal de la Fundación Oso Pardo. El alcalde de Villablino, Mario Rivas aplaudió la idea y también la importancia de que el avistamiento esté regulado. Asegura que su apuesta por el turismo enlaza con la creación de un parque natural, algo que pretende desde hace dos años y cuya primera pata podría ser esta. Palomero asegura que en la actualidad “hay conciencia clara de que puede ser apoyo a la conservación y no un problema”.