Hasta el 6 de octubre permanecerá en la Sala Capilla de Villafranca del Bierzo la exposición Breviario del harén, del fotógrafo bembibrense Martinferre. Una muestra de 24 fotografías químicas en blanco y negro que el artista ha revelado en su cuarto oscuro, positivadas en gelatina de plata sobre papel baritado no plastificado, de 61x51 cm., de las cuales seis han sido coloreadas con lápices. Comenta que en rigor se trata de rayografías, técnica inventada en 1922 por el genial Man Ray. Todas y cada una de estas fotografías representan personajes de la novela homónima, editada por José Antonio Reñones en su sello Lobo Sapiens, y que en breve será presentada al público mediante una visita guiada.
Esta muestra se estrenó en la galería de arte leonesa Ármaga, después estuvo en la galería de arte madrileña Mondo Galería, en la ovetense galería Murillo, en la Fundación Sierra Pambley, en la Universidad de León campus de Ponferrada, en el Albéitar, en el Centro Cultural de Bembibre.
Ahora ocupa la capilla que el Ayuntamiento de Villafranca ha permitido "ha querido que sea yo quien inaugure la Capilla, su flamante sala de exposiciones levantada de entre los escombros como un pájaro de fuego. Les estoy muy agradecido. Además, como gesto de reconocimiento, presento en primicia obras recientes. Uno, que ya ha expuesto muchas veces, en sofisticados cubos tanto como en inmundos tugurios, comprende que inaugurar la Capilla ha sido un hermoso regalo. El extraordinario bagaje cultural de Villafranca merece un espacio tan bello como este. Aquí flota una atmósfera única, poderosa, sin duda debida a que fue eso, capilla dedicada al culto. Imagino a las monjitas franciscanas orando con fervor, cuidando enfermos y peregrinos hace quinientos años. Si escuchas atento, aún vibran las paredes con sus cánticos. Ahora que ya está hecho, exhibir en este que fuera lugar de santidad las imágenes del Breviario me carga un poco la conciencia. Aquellas monjitas quizás considerasen blasfemo a mi Rey de los esclavos, o a la Crucificada románica sin paño de pureza ni clavos ni cruz, o a las despendoladas danzarinas. Pero no lo hice con premeditación ni ánimo de ofender. Sus corazones blancos se apiadarán de mi negro corazón. Los tiempos cambian, hoy la Capilla está destinada a ser buque insignia del arte, ha de acoger artistas con libertad de pensamiento, no sólo a los sempiternos mansos de la cultura subvencionada siempre sometidos al dedazo político. Espero que no saquen de quicio el contexto del libro, pero sobre todo espero no dejar indiferente o aburrir a la parroquia", apunta Martinferre.
Su Breviario del harén, el libro, al igual que las imágenes "son el delirio de un fotógrafo que pretende febrilmente conseguir la ilusión de su vida: un harén de danzarinas", apunta. "Danzarinas un tanto impúdicas y asilvestradas en la higiene, tipo francés, no quiere virtuosas de la palangana. En principio las danzarinas, acróbatas, contorsionistas que van saliendo de su cuarto oscuro son exclusivamente para su personal disfrute, pero pronto se corromperá en favor de terceros. Descubrirá entonces la soledad que conlleva la profesión de chulo, idéntica a la soledad del artista, y descubrirá con pena que en el fondo un artista respecto a su obra no es más que eso, un chuloputas. El fotógrafo protagonista tiene una cámara 3 radiactiva con la que ha conseguido retratar a Dios, en el libro denominado Chultu, el cruel dios intergaláctico que rige nuestros destinos y el comercio de almas. Pero no sólo las danzarinas irán desgranando su biografía, además lo harán otros personajes masculinos que también formarán parte del harén".