"La carretera no se abre para todos, dejan a un pueblo encerrado"

La alcaldesa de Páramo del Sil critica que la Junta no haya pensado en todos los vecinos a la hora de recuperar el trazado sobre el que se desprendieron piedras, porque el Barrio de Las Eras y Puente Romano quedan sin acceso

17/07/2024
 Actualizado a 17/07/2024
Trabajos sobre el desprendimiento. | E.G.
Trabajos sobre el desprendimiento. | E.G.

"No es de justicia" , dice la alcaldesa de Páramo del Sil, Alicia García Teijón, que los pueblos que han soportado las obras y los desplazamientos alternativos tras el desprendimiento que se produjo en la CL-631 en mayo ahora no se puedan beneficiar de la apertura de un carril para recuperar los tiempos de desplazamiento entre Villablino y Ponferrada. Se trata del llamado Barrio de Las Eras y Puente Romano, un enclave que asegura que ahora tiene un gran escalón de escombro que no le permite tener entrada al vial "allí viven unos 30 vecinos y no tienen salida a la carretera. Tienen que usar la vía alternativa a Sorbeda que se está utilizando hasta ahora como desvío", explica la regidora. Eso le deja un mal sabor de boca ante una noticia que sí que aplaude, y es la reapertura de ese carril, recuperando esos 20 minutos a mayores de trayecto que las personas que tenían que trasladarse por él, para ir a Páramo o a Villablino desde Ponferrada, tenían que consumir. Esa reapertura, aunque no pone solución completa al problema, asegura que es una alivio para el tráfico de ambulancias o para los traslados de los vecinos al médico, aunque los que no podrán aprovecharse de él serán los de esos dos enclaves. 

Además, García lamenta el tiempo que han llevado las obras culminadas por la Junta. Aunque reconoce su complejidad, afea que no se hiciera caso a su petición de que se contrataran más turnos y se pudiera trabajar incluso por la noche, puesto que se trata de una conexión fundamental para el territorio berciano. Pero lamenta aún más que la solución definitiva vaya a tardar "no hay estudios ni nada. No nos hicieron caso cuando advertimos que estaban cayendo piedras constantemente", recuerda, y espera que el coste económico no suponga trabas para la ejecución que debe afrontar la administración regional. Eso sucedió ya en enero y, hasta que en mayo no se produjo el desprendimiento fuerte, no se adoptaron medidas.

Ahora, se llega tarde, reconoce, aunque espera que se controle la seguridad a la hora de mantener, de manera paralela, el tráfico rodado por el carril reabierto, y las obras para seguir eliminando el escombro del vial y soportar la montaña. Aunque la Junta reconoce que es la seguridad la que ha primado a la hora de decidir la apertura del carril, la regidora duda de la misma "porque cualquier animal que pueda caminar por la montaña puede mover una piedra que caiga a la carretera".

Asegura que estará expectante para que no suceda ninguna tragedia y prima que los trabajos se realicen cuanto antes para acabar con este período de provisionalidad que considera que está afectando gravemente a la movilidad de su municipio. 

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