Unas 70 personas se unieron en la reunión que la Asociación del Casco Antiguo de Ponferrada había convocado para iniciar una ronda de contactos con los vecinos y pulsar su opinión sobre la idea de la semipeatonalización de la avenida del Castillo, promovida por el actual equipo de Gobierno y que metería el tráfico por la parte de atrás de la misma, afectando al barrio de San Andrés.
El portavoz de la agrupación, Luciano Arias deja claro que la opinión de todos los asistentes fue un unánime no a ese proyecto, y lo que se tallaron fueron las ideas de cómo expresar esa negativa. Los vecinos han iniciado una recogida de firmas desde distintas plataformas para sumar voluntades a esa confrontación al proyecto que "no entienden y les preocupa que se quiera hacer ya", explica. Arias asegura que algunos vecinos han pedido explicaciones sobre el proyecto y no se les han dado.
Otra de las medidas de protesta que han conciliado pasa por colocar en las fachadas del barrio pancartas alusivas a su enfado con este proyecto y también intentarán intervenir en el pleno de noviembre al que asistirán "ya nos impidieron hablar en un pleno anterior y esperamos que en ese no ocurra lo mismo".
Arias prepara una semana de trabajo manteniendo estos encuentros en otras zonas, la siguiente, el barrio del Temple y Flores del Síl el próximo jueves "porque este no es un problema del casco antiguo, es un problema de ciudad", dice.
Pero también se valora hacer una gran manifestación ante el Ayuntamiento en un día laboral, algo que llegará después de las reuniones con todos los vecinos.
Una nueva asociación como "grito a la desesperada"
Tras conocer la creación de una nueva agrupación en el casco antiguo, aliada a las posturas del gobierno municipal, Arias asegura que no sabe de qué personas se trata y que ninguna de ellas asistió a la ronda de contactos planteada "si les preocupa este proyecto deberían ir" apunta. Pero considera que, después del recorrido de la agrupación que preside, a la que le costaba encontrar socios que quisieran implicarse con ella, tras el fallecimiento de su creador, Emiliano Ruberte, sea tan fácil hacer otra asociación casi de la noche a la mañana "creo que es un grito a la desesperada con aroma político", dice. "Un método chabacano" de iniciar una confrontación política de la que pedirá explicaciones, apunta.