La intención según explica el presidente de la agrupación, José Luis García es buscar la fórmula adecuada para realizar una cooperativa, en principio,de mujeres rurales, con cuatro productoras de castañas, pero en la que tomen parte todos los socios «que podrían llegar a ser los trabajadores de esa cooperativa», dice. Aunque la idea está por concretar, García quiere avanzar en ella y en breve se convocará una jornada con todos los socios para dar a conocer en qué consiste esta iniciativa que podría empezar con la elaboración de productos sencillos, como la harina de castaña o la venta de producto en seco, para pasar después a los almíbares y a los productos más complejos «tenemos mucha castaña de Parede que por el tamaño tiene mala venta y que encajaría muy bien en estos productos», dice García.
La idea ha partido del seno de la agrupación que echa en falta un empujón por parte de los ayuntamientos que la conforman «hemos trabajado mucho en distintos proyectos, tanto este como el de turismo, pero no vemos que nos respalden». Lamenta García que sus rutas de turismo ni siquiera estén colgadas en las webs municipales y espera que esa falta de interés cambie, puesto que considera que el producto que representan tiene futuro.
De cara al próximo año, además del proyecto cooperativo, avanza que comenzará la venta de las castañas ecológicas. Es el tercer año en el que han trabajado en su certificación y, a partir de ese momento, podrán incluir ese marchamo, al que acompañará el de castaña de Parede, el tipo que quieren potencial «la diferenciación es el camino», dice García.
El volumen del que partirán será la producción de unas 17 hectáreas, pero la intención es que el marchamo sea acogido por todos los productores. Con una cantidad de producción de entre 5.000 y 8.000 kilos por cada uno de ellos, el proyecto tendría viabilidad, dice García.Son 60 socios que manejan producciones que podrían estar en unos 100.000 kilos, un volumen con el que podrían comenzar a trabajar con soltura, si la avispilla, las enfermedades y el cielo se lo permiten.
La belleza del castaño
Pero la agrupación de castañicultores ha abierto otras vertientes con el castaño y la castaña como protagonistas que han dado muy buenos frutos. Tanto las jornadas gastronómicas, que este año no han podido realizarse por la situación sanitaria, como las rutas turísticas, son bases de futuro en los cuatro ayuntamientos. Las dos rutas que ha realizado la agrupación de la mano de Eloy Santín, una destinada a los sotos de castaños «Entre castaños» y otra que recorre «Fuentes y Muíños», han comenzado a dejar ver a turistas de otras zonas, aunque García asegura que no se han promocionado lo suficiente, pese a su belleza natural. Pide a las administraciones ayuda en esa promoción de las rutas. «Entre castaños», es una ruta cautivadora para entablar un diálogo potente con los árboles centenarios que salen al paso. La ruta sale desde Vega de Valcarce y recorre unos 10 kilómetros de encuentro con castaños alucinantes.
Por su parte, «Entre fuentes y muíños» es una ruta más larga, con unos 16 kilómetros, que parte desde Herrerías y que recorre un paraje que poner en valor. De hecho la agrupación está recopilando la información sobre los molinos, entre ellos el destacado molino verde, para conseguir ayudas que los potencien.