Cinco años de transición "de consenso" y efectiva, defiende Ribera

La ministra recordó que se han invertido 950 millones para conseguir un proceso que sigue vivo y para el que los sindicatos piden un pacto de gobierno más allá de 2027

26/10/2023
 Actualizado a 26/10/2023
Ribera con los agentes sociales, presentando el balance de los cinco años de transición. | MAR IGLESIAS
Ribera con los agentes sociales, presentando el balance de los cinco años de transición. | MAR IGLESIAS

La ministra de Transición Justa, Teresa Ribera,recordó los cinco años del proceso de transición en un acto europeo que quiso enfocar desde el escenario de La Térmica Cultural, con ese significado de reconversión que se ha buscado en ella. Apuntó que una de las prioridades del Gobierno fue, hace cinco años, trabajar por conseguir una descarbonización justa. Reconoce que la comprensión fue real y se escenificó con un acuerdo en 2018 con actuaciones urgentes "la fecha límite de la UE era diciembre", de ahí esa necesidad de prontitud. 

Gobierno, sindicatos y patronal alcanzaron ese acuerdo para facilitar el cierre de la minería "hemos venido concentrando nuestro esfuerzo con una capacidad de implicación de las comunidades más clara". Se fueron tomando decisiones sobre la restauración de suelos, con jubilaciones anticipadas y recolocaciones "hemos avanzado a un ritmo razonable y ha sido posible al generar consensos en el territorio. Se construyó ese futuro sobre la base de Ciuden", apunta, reutilizando estructuras que habían formado parte de esa minería "éramos pioneros en todo", recuerda. Ahora destaca que el referente de lo que ha ocurrido en España "ha sido importante a nivel mundial". De hecho, en otros países se busca un aprendizaje en la experiencia española. En Europa hoy hay un discurso propio de transición justa que no existía en 2018. España es el único estado miembro en el que, tras la pandemia, se incluyó un programa específico de transición con 15 zonas, abundó. Un plan con 950 millones invertidos, de los que 750 millones han sido para zonas mineras. Con ese dinero se han realizado actividades de servicios y todo tipo de iniciativas, para hacer de esa transición un proceso justo y racional. Lamenta que, desde otras esferas no se compartan esos adjetivos, pero lo achaca a que, en momentos de cambio, haya procesos "emocionalmente complejos", aunque tiene claro que "no se corresponde con lo que se ha hecho" esa crítica. 

Desde UGT, el delegado de Industria, Víctor Fernández, hizo un balance recordando que, desde 1990 se ha vivido "una de las reconversiones más brutales en este país" en esta zona. Cuatro planes del carbón sucesivos que culminaron con el cierre de todas las instalaciones. "Hemos pasado por momentos muy difíciles", recordó, y agradece el acompañamiento de los compañeros. "Estamos cómodos con el plan que hemos firmado", reconoce. "Lo que nos queda es ir poco a poco, por nuestra parte no habrá cortapisas", dijo. Sí manifestó su impresión de que esto solo se mantendrá si sigue el gobierno actual.

Por su parte, Gonzalo Díez, de CCOO de Industria, asegura que "sin voluntad real política" no hubiera sido posible esta transición. Reconoce que había una deuda con las comarcas mineras, que se intentó suplir con esa transición. Ahora pide un pacto de estado, independientemente de quien Gobierne, para cambiar el modelo del monocultivo de estas comarcas, más allá del 2027. Reconoce que los fondos deben ser sostenibles y enfocarse a un verdadero cambio para las gentes que viven en las comarcas mineras. "Estas son tierras para vivir y para un nuevo modelo de la Europa que nos va a tocar vivir", dijo.

Unidad para una transición de consenso

En su intervención, Teresa Ribera ha destacado el aprendizaje adquirido por la Unión Europea después de un periodo en el que ha tenido que afrontar dificultades extraordinarias. “Durante los últimos años, los países que conformamos la Unión Europea hemos trabajado intensamente en soluciones comunes para problemas inéditos, como la pandemia, o la guerra de Ucrania. El resultado está ahí. Hemos construido una Europa más fuerte”, aseguró. “Debemos hacer avanzar esta Europa, para que sea más resiliente y más sostenible, pero también más justa y más inclusiva”, dijo.

Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič ha apuntado que “la transición verde es uno de los mayores desafíos a los que se ha enfrentado la Unión Europea. Pero también es una gran oportunidad, apuntó. Las regiones con altas emisiones de carbono albergan industrias que suministran materiales críticos necesarios para la transición verde, como el acero, el cemento o los productos químicos. Y las regiones carboníferas están bien situadas para convertirse en potencias de energía limpia, ya que cuentan con los conocimientos, las habilidades y la infraestructura de red adecuados. “Ahora debemos garantizar que la transición sea justa para todos los trabajadores, en todas las regiones”, dejó claro.

La ministra belga, Zatia Khattabi, por su parte, ha señalado que “la transición ecológica es el desafío social de este siglo. “Para lograr los objetivos del Acuerdo de París y del Pacto Verde Europeo, necesitamos una Unión Europea fuerte, solidaria y ambiciosa”.

El encuentro se produce en un momento importante para reflexionar sobre la necesidad de reforzar la transición justa dentro del Pacto Verde Europeo, una visión que comparten tanto la Presidencia española como la próxima Presidencia belga.

La programación del segundo día finaliza con un recorrido por la mina de carbón a cielo abierto Gran Corta de Fabero, en proceso de restauración ambiental y una visita a instalaciones industriales de la Fundación Ciudad de la Energía, CIUDEN, plataforma para el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía e hidrógeno verde del Ministerio.

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