Crece un 15,4% la cosecha de uva berciana, con 12.959.946 de kilos en la DO Bierzo

La calidad de la uva ha sido “muy buena”, conjugándose un año con suficientes precipitaciones y con ausencia de temperaturas excesivamente altas

18/10/2023
 Actualizado a 18/10/2023
Una jornada de vendimia en la DO Bierzo. | César Sánchez (Ical)
Una jornada de vendimia en la DO Bierzo. | César Sánchez (Ical)

Concluye oficialmente la vendimia berciana con una producción total de uva controlada por la Denominación de Origen Bierzo de 12.959.946 kilos, de los cuales un 90,13 % (11.681.111 kilos) se han destinado a la elaboración de vinos con Denominación de Origen Bierzo. La producción de uva controlada que se ha registrado en el Consejo Regulador ha sido un 15,37 % mayor respecto a la cosecha 2022, y “si tenemos como referencia las cinco últimas cosechas, es un 8,05 % mayor a la media”, explican desde el Consejo.

Entre la uva recogida, tiene un fuerte potencial la Mencía, con 8,2 millones de kilos, seguida del Godello, con 2,5. En total se han recogido ocho variedades y el resto ha ido entre los cerca de los 630.000 kilos del Jeréz, a los 1.400 del Merenzao.

La calidad de la uva ha sido “muy buena”, conjugándose un año con suficientes precipitaciones y con ausencia de temperaturas excesivamente altas, que van a hacer que los vinos de la cosecha 2023 sean frescos, frutales y muy equilibrados, resaltando su tipicidad.

Como ocurre año tras año, las condiciones climatológicas son los factores que más influyen en la calidad y cantidad de las cosechas. Concretamente, durante este año agrícola, se han registrado un total de 704 mm de precipitaciones, “estando dentro de los valores normales en El Bierzo”. Éstas se han producido principalmente durante el otoño invierno (500 mm), “consiguiendo que las reservas de agua se recuperaran en cierta forma, teniendo en cuenta que el año 2022 fue especialmente seco”. Las temperaturas primaverales fueron suaves, iniciándose la brotación a finales de marzo, “nacieron numerosos racimos que hacían pensar en una cosecha abundante”.

En concreto, la floración comenzó la semana del 15 de mayo, durante la cual se produjeron numerosas precipitaciones “haciendo que se ocasionara un corrimiento importante de racimos, además de desarrollarse enfermedades criptogámicas, sobre todo Mildiu y Black Rot, que dependiendo de la fenología y de los tratamientos aplicados, causaron pérdidas importantes de cosecha en algunas parcelas”.

El envero comenzó la semana de 17 de julio, finalizando a mediados de agosto en las zonas más atrasadas, siendo las temperaturas durante este periodo elevadas durante el día, sin que llegaran a ser extremas, y con cierta frescura durante la noche. También hay que resaltar había suficientes reservas de agua en el subsuelo, lo que favoreció la maduración de la uva y que las plantas no acusaran estrés hídrico. La vendimia comenzó el 16 de agosto encontrándose la uva en un estado sanitario muy bueno. Inicialmente se comenzó con la variedad Godello, y con algunas parcelas de Mencía de forma puntual, yendo en aumento a medida que esta variedad iba alcanzando el estado óptimo de maduración.

Así las cosas, la vendimia se generalizó a partir del 26 de agosto prolongándose hasta el 11 de octubre. Fue una vendimia peculiar, porque, a partir del 7 de septiembre comenzó un periodo de lluvias intermitentes que duró 12 días, lo que ralentizó la recolección a la espera que la uva secara.

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