Tres de enero de 1809. Thomas Plunkett, coloca el fusil «Baker» a lo largo de su cuerpo y apoyando la boca de fuego entre el ángulo de sus pies. El primer disparo, realizado desde el puente de Cacabelos y sobre el río Cúa derriba al asistente del general, AugusteFrançois-Marie de Colbert-Chabanais, mientras el perrillo mascota del oficial francés, huye como alma que lleva el diablo entre las filas del ejército ‘gabacho’. Colbert, no se inmuta. Su arrogancia crece en su pecho y se mantiene erguido y altanero sobre su montura; como en otras ocasiones, espolea su caballo y dirige su mirada vengativa al lado español aún seguro de que ninguna bala de plomo habría de herirle a él.
Durante los meses siguientes, la prensa internacional se hace eco de la noticia y narra los instantes posteriores al primer disparo de Plunkett (a ochenta metros de distancia del objetivo) haciendo de la villa de Cacabelos y la retirada del general John Moore—que comandaba las tropas españolas y sus aliados, durante enero de 1809—el lugar más referido en las primeras páginas de sus periódicos, y un lugar destacado entre las noticias de la guerra franco-española: «Había llegado su hora, el segundo disparo certero del tirador (Plunkett) dio en la frente del general Colbert acabando con su vida 15 minutos después». La prensa inglesa, pregunta porqué sus colegas franceses no mencionan las numerosas bajas que están sufriendo, entre ellas la gran pérdida del general Colbert en tierras bercianas. Las noticias no viajan a la velocidad actual, y son varios los meses que se tarda en dar noticia de este acontecimiento histórico.
El general John Moore, envía una carta dirigida a todos los medios de habla inglesa, donde da cuenta de sus movimientos-con sus aciertos y errores- y su paso por Astorga, Foncebadón, Ponferrada, Cacabelos…hasta entrar en Galicia buscando una salida rentable ante el ímpetu de los regimientos franceses: «Me apresuro a decir que el ejército, cuya conducta tuve tantos motivos para alabar en su marcha a través de Portugal y a su llegada a España, ha cambiado totalmente su carácter desde que comenzó a retirarse. No puedo decir nada a su favor, pero cuando había perspectiva de luchar contra el enemigo, los hombres estaban ordenados y parecían contentos y determinados a cumplir con su deber. Delante de Villafranca, los franceses llegaron con el regimiento con el que yo cubría la retirada del ejército; lo atacaron en Cacabelos. Me retiré, cubierto por el 9.° regimiento, y marché esa noche a Herrerías, y de allí a Nogales y Lugo, donde había ordenado a las diferentes divisiones que procedieran a detenerse y reunirse. En Lugo, los franceses volvieron a alcanzarnos. Atacaron nuestros puntos avanzados el 6 y el 7, y fueron rechazados en ambos intentos, con pocas pérdidas de nuestro ejército. Me enteré por los prisioneros que habían llegado tres divisiones del ejército francés, comandadas por el mariscal Soult…saqué al ejército por la mañana para presentar batalla. El país estaba interferido y su posición era demasiado fuerte para que yo atacara con una fuerza inferior. La falta de provisiones no me permitiría esperar más. Marché esa noche; y en dos marchas forzadas, expuesto durante unas ocho horas a la lluvia, llegué a Betanzos el día 10 del mismo mes…».
La asociación Tiradores del Bierzo, con sede en Cacabelos y cuna de nacimiento de la Asociación Napoleónica Española, realizan cada año la conmemoración de la batalla de Cacabelos, donde el general Colbert dio con los huesos y su arrogancia en tierra, muerto de un disparo entre ceja y ceja efectuado por un tirador que acabó siendo leyenda por este hecho. Sin apoyo institucional, sin casi recursos, no cejan en su empeño de rememorar y agradecer a los héroes de Cacabelos: soldados, vecinos y vecinas bercianos, que dieron sus vidas en la lucha por la libertad y en contra de la esclavitud napoleónica; también lo hizo en 1809 toda la prensa internacional. Cacabelos fue faro de luz en la batalla, fue escarmiento a la prepotencia francesa y esperanza de libertad en España. Sirva este periódico y este artículo 216 años después, reclamo para un mayor apoyo a las asociaciones que, como Tiradores del Bierzo, trabajan día a día sin descanso por defender nuestros valores y nuestra historia.
Pedro J. Villanueva es escritor y politólogo
