Hace medio siglo ya que Luis Gómez Domingo, actual presidente de la Asociación de Pintores del Bierzo, llegó de su Teruel natal al Bierzo, a cubrir la cátedra de Dibujo en el Instituto Álvaro de Mendaña. Venía a tierra extraña pero le conquistó su luz "fue un otoño espectacular el de ese año", recuerda. "Fui a Peñalba y me conquistaron los colores. Pensé que esa luz habría generado muchos artistas", recuerda. Y es que, como pintor de prestigio cree que la luz "es la que genera artistas". Sin embargo, le sorprendió que "solo se hablaba de tres pintores" y aquello le descolocó, cuando él veía un lienzo ya pintado en cada panorámica.
En vistas a ese número bajo de artistas bajo la luz otoñal del Bierzo empezó a dar cursos gratuitos para comenzar a mover una rueda artística que estaba parada y ahí vio que era eso lo que faltaba, mover un poco la tierra para destapar el talento que ofrecía el paisaje.
Pero no fue hasta hace 26 años, cuando sufrió un ictus y tuvo que echar el freno en su vida. En esas interminables horas de reposo vislumbró una necesidad "la de crear una asociación de pintores aficionados". No quería aglutinar a pintores de renombre, sino a los que se estaban haciendo "porque es la obra la que habla del autor".
Y fue puliendo aquella idea, marcando objetivos de aquella posible agrupación "lo primero era que se conocieran entre ellos porque no pasaba". Le atrajo ese empuje de confraternidad "para sentir al grupo con fuerza". Como docente que puso en marcha el Bachillerato Artístico en el Instituto Gil y Carrasco, pensó en un segundo objetivo "dar importancia a la formación". Y como tercera pata, la intención era hacer intercambios "quise traer la pintura aquí" y también salir a pintar a otras zonas. También realizar exposiciones desde las que enseñar lo que se cocía, a nivel artístico, en la comarca "estos pintores jamás habían visto sus cuadros colgados en una sala y eso te incentiva", apunta.
En aquel momento, el Ayuntamiento de Ponferrada apoyó aquella idea, embrión de la Asociación de Pintores del Bierzo. La respuesta fue grande "en la primera exposición había 60 pintores. Muchos fueron "volando" después, haciéndose grandes artísticamente y despegándose del grupo, algo que a él le enorgullece "porque es como cuidar a una paloma y enseñarla a volar".
Ahora que la agrupación cumple sus bodas de plata, muchos de aquellos que participaron en su creación han vuelto "porque la asociación está en ellos", dice. Otros pueblan la nostalgia y también forman parte del recuerdo colectivo de esos 25 años compartidos.
Gómez Domingo fue el primer presidente que tuvo la agrupación y ahora vuelve a ocupar ese puesto porque " a mi me da humanamente mucho esta Asociación", que es "lo que quieren los socios". Estuvo dos años al frente hace 25 años y ahora ha querido volver "porque quería vivir los 25 años como presidente".
Y lo hace mirando atrás y al frente. En la larga vida de la asociación "hubo momentos de crisis, en los que nos quedamos con menos socios" y otros muy suculentos. El actual, es de esos, con la unión, hace unos años, de los escultores "ahora somos la Asociación de artistas plásticos del Bierzo, aunque no hayamos cambiado el nombre, porque lo importante no es como se llame".
Sí importa quiénes son, unos 50 socios pintores, con unos 6 escultores. Y con relevo "hay gente que se quiere implicar y gente muy buena". Ya en capilla hay tres pintores más que se sumarán al inicio del año.
Asegura que gracias a la Asociación, los pintores noveles "se sienten arropados y más seguros". Han expuesto más "y están más preparados", reconoce. "Es un orgullo ver el fruto de todo lo que hemos hecho", dice. Ese arrope que da la agrupación, no lo han encontrado tanto en las administraciones "más allá de la cortesía". Reprocha que, en un cuarto de siglo, no han conseguido tener un local desde el que poder trabajar. Pero se marcan un futuro con ilusión, sobre todo la de que "el grupo permanezca, porque eso querrá decir que hay pintores con ganas".
Reconoce Gómez Domingo que no es fácil sacar adelante este tipo de asociaciones, porque los artistas son muy independientes "pero nos ayuda a mantenernos activos, a socializar". Sí que, en su evolución, ha visto que "la fotografía ha hecho daño a la pintura "antes se complementaban, pero no puede pasar a ser la dueña, solo debe servir para mejorar", dice. De hecho considera que el artista debe crear y eso es lo que le identifica como tal.
Artista, sin buscar la venta, sin buscar el reconocimiento
"El que se crea pintor no va a estar en la asociación", dice Gómez Domingo, defendiendo que la agrupación debe contener humildad y ese empuje para ser artistas desde dentro, sin buscar el reconocimiento. Tampoco la venta, porque asegura que "el mercado del arte ha caído a nivel nacional" y no puede ser ese el fin de la agrupación. "Lo que debe buscar el pintor no es vender, sino que mientras pintas eres feliz y te sientes libre. Es un momento limpio. Tienes que ser fiel a tí mismo", dice.
Como anécdota cuenta que, en una de sus salidas a pintar a un pueblo del Bierzo, un vecino quiso hacerse con una de las pinturas de uno de los artistas participantes "le ofreció 5 euros por su obra y el pintor no supo qué contestar". Eso dejó claro una cosa "que no se sabe lo que vale la pintura". Por eso la agrupación quiere seguir caminando desde fuera de esos foros de venta, solo con el estímulo de ser una unidad de creadores libres.
Ahora han compartido su muestra anual en la Casa de la Cultura de Ponferrada. La más especial, la que hace que sigan soplando velas.