Les movió, explica «la inquietud por hacer cosas por el medio rural y aportar nuestro granito de arena», siempre desde una perspectiva que se marcaban a las claras «que fuera una actividad sostenible e inclusiva».De ahí salió la idea de construir una actividad de ocio «divertida, para todas las edades y todo tipo de pública. Incluso para traer mascotas». Con todo eso en la coctelera les surgió el proyecto de crear un laberinto vegetal casi de la nada, porque reconoce Moreno que sólo conocían de oídas otro proyecto similar en Villapresente,en el municipio de Reocín, Cantabria, que fue construido en 2017 como el laberinto de estas características mayor de España.
El del Bierzo no pretende ser una copia de ese, aunque se asemejen en los fines. Así nació la posibilidad de ofrecer un laberinto vegetal a los pies de las Médulas y ya hace cuatro años que sus creadores se pusieron a plantar 2.000 cipreses de una especie específica «que escogimos porque son los más tupidos», por lo que se adecuan a la perfección para guardar los secretos de un laberinto. Son cipreses leylandii común, de rápido crecimiento. De hecho, asegura Moreno que en estos momentos «miden dos metros». Detrás están unos cuidados específicos que, aunque asegura que se trata de un árbol que no requiere demasiado, lo han hecho con cariño «y todo ha salido según lo previsto. Los hemos regado, podado…» Y ahora ya permiten esas condiciones de laberinto que se requieren.
El laberinto en sí no ocupa todo el espacio, porque hay una zona de parada con un chiringuito con terraza para refrescarse y poder esperar a los que estén realizando la actividad.
El laberinto abrió sus puertas el primer fin de semana de junio y la respuesta no ha podido ser mejor, dice Moreno, que agradece la acogida.
Hasta el 12 de octubre seguirán realizando la actividad que se estructura en una visita al laberinto de unos 25 minutos «depende la destreza que tenga cada uno», dice. En cada tanda entran al mismo seis personas y eso se hace cada cinco minutos. Moreno destaca la parada en el centro del laberinto «hay un banco desde el que se pueden ver las Médulas». Una vez recreados en el paisaje, camino a la salida que, en ningún caso puede ser por el punto de entrada.Para acceder a esta actividad la tarifa va de 4 euros para los mayores de 12 años, pasando por los 3 para los que tengan entre 7 y 12 años y los más pequeños, tienen entrada gratis.
Cada sábado y domingo estará abierto en este mes, desde las 9 a las 19 horas y en julio y agosto, de lunes a domingo. El resto de la temporada el laberinto cerrará los lunes.