Herramientas para labrar la tierra y otros usos agrícolas, herraduras para los caballos, rejas y diferentes elementos para los edificios y también para construirlos y romper la piedra u horadarla. El uso del hierro ha sido, desde su descubrimiento, fundamental para muchos tipos de trabajos y para eso era necesario el trabajo de los herreros en las forjas. En el monasterio de Santa María de Carracedo, fundado en el siglo X, los historiadores Fernando Miguel Hernández y Ana Viñé esperaban encontrar restos de una forja que sirviera para demostrar que el trabajo del hierro en el interior del edificio era una parte esencial de su actividad diaria, y los han encontrado, sólo que en vez de ser de una forja de la época cisterciense del siglo XVII, como esperaban, son muy anteriores, de la época fundacional del monasterio.
«Han aparecido indicios de la forja medieval, lo que acrecienta el valor arqueológico e histórico del descubrimiento», explica Hernández.
Para los promotores de la excavación, que ha tenido el respaldo de la Dirección de Patrimonio de la Junta y del Instituto Leonés de Cultura, esta forja medieval vendría a demostrar la explotación que losmonjes realizaban en esa época de las minas de hierro de La Chana de Borrenes, ya que existe un documento de 1227 que acredita el usufructo del monasterio del mineral extraído de esa explotación. El profesor Antonio Balboa de Paz ha estudiado este documento y ha asesorado a Hernández y Viñé sobre cómo se realizaba el trabajo del hierro en La Chana y su traslado al monasterio.
En la excavación, que se realizó durante la pasada Semana Santa, también participó la arqueóloga Susana Carballo. Aunque no se encontraron restos del horno y del yunque, la pequeña superficie en la que se ha intervenido, de unos 2,5 metros por cinco, no ha permitido descubrir nada más porque las instalaciones de la forja están bajo los muros de los siglos XVII y XVIII del claustro de la Hospedería del monasterio.
Aun así, los expertos han podido registrar hasta siete kilos de escoria de hierro, una concentración muy alta que indica que el trabajo de forja se produjo justo ahí. Los restos se encontraban tapados bajo una capa de relleno que se realizó cuando se construyó después el claustro, ya en época cisterciense. «La forja se cubrió con tierra para construir encima el claustro de la Hospedería, pero su uso fue de la época medieval, de los siglos XII o XIII como mucho, y encima se construyó un espacio sobre el que encontramos restos de fuego y de un hogar, que pensamos que podía ser un sitio utilizado para el secado de la matanza», explica Hernández, que además de estas labores como arqueólogo es profesor del Colegio Leonés.
Hernández y Viñé quieren exponer los resultados de esta excavación en un congreso que se celebrará este verano en Francia y los incluirán dentro de un proyecto que han titulado Minería y metalurgia de los monasterios cistercienses del Reino de León.