Más de 30 años lleva Serafín Suárez como misionero en África y reconoce que su trabajo es fundamental en sociedades necesitadas y con miedo."Cuando alguien muere allí no se pregunta por qué ha muerto sino quién lo ha matado". "Si le presentas una buena noticia, mediante la palabra y la esperanza se sienten liberados". Asegura que eso es lo que hacen los misioneros, que han mermado en más de la mitad desde hace diez años, al igual que lo han hecho los donativos para mantenerlos en los países de ayuda.
Reconoce Loli Rodríguez, trabajadora en el departamento de misiones de la Diócesis de Astorga que se vive una época en la que "no se necesita la fe", o eso se cree y se dejan de lado campañas como la del Domund, que se activa este 22 de octubre. Pero reconoce que "todos somos misioneros" en el fondo. "La caridad no tiene carnet de identidad" y es necesario ayudar.
En la diócesis de Astorga hay 269 misioneros, de ellos, 176 son mujeres y 93 son hombres. Son muchos menos que hace diez años, cuando eran 600 "el covid se ha llevado a muchos", dice Rodríguez y otros se han hecho mayores. Trabajan por todos los continentes, sobre todo en Europa, con 73, en Asia, con 12, en África con 20 , America con 162 y Australia incluso, con uno. Aunque en algunos territorios lo tienen más difícil, como en la zona de Argel. El Bierzo aporta 35 misioneros.
Suárez pone su ejemplo como el del resultado de las donaciones que se dan en estas campañas. Trabajó en Zimbabwe, colonia inglesa que obtuvo la independencia en los ochenta y que era la corona de la colonia inglesa. "Estaba destrozado, con carencias de lo básico", asegura. En 1949 comenzaron a llegar misioneros "y no había nada allí". En la actualidad cuenta con dos diócesis y con más de 200 religiosas locales. En la parte social, "nos hemos centrado en la creación de escuelas. Es uno de nuestros principales objetivos", dice, sobre todo la educación de las niñas.
También se han preocupado por crear clínicas, puesto que los hospitales o centros de salud estaban a 400 kilómetros de muchos sitios. Además, han trabajado en el cuidado de los mayores "la sociedad africana le tiene mucho respeto pero el sida ha hecho que la familia cambie y los que pueden cuidar a los mayores mueran". Otros tienen que irse en busca de trabajo y los mayores se quedan solos. La construcción de residencias ha sido otra labor que ha desarrollado la iglesia. Ahora cuentan con un hogar de ancianos con 30 acogidos. Un orfanato con más de 30 niñas y niños completa la ayuda de los misioneros, en vista a que muchos de ellos se quedan sin padres por enfermedad o bien porque tienen que irse del país.Por eso considera importante la ayuda del Domund que espera que sea "una llamada y un agradecimiento".
'Corazones ardientes y pies en el camino' es el lema escogido este año para la campaña de recogida de donativos para las misiones. Un eslogan que "nos invita a que sintamos compasión con la gente, sobre todo con los que más sufren", apunta Suárez. Y los pies también hablan de una salida y "de no quedarnos en nuestras comodidades".
"Dicen que el misionero es la cara bonita de la iglesia y creo que es verdad", abunda. Pero reconoce que no es nada sin la colaboración de los demás, tanto en cuanto a la evangelización como en la parte económica. "La misión es el corazón de la iglesia y si no es misionera no late". Considera que esa vertiente es un aperturismo a los problemas del resto. Pero reconoce que el rostro de la iglesia está cambiando. de todos modos, España, a nivel mundial es el segundo país en ayuda, solo por detrás de Estados Unidos. España donó, el año pasado, más de 14 millones para estos proyectos misioneros que beneficiaron a 32 países y 538 proyectos. La Diócesis de Astorga participó con más de 59.000 euros, una cantidad mermada con respecto a hace una década pero que sigue siendo clave para continuar ayudando.