Estos empleados recibieron la carta de despido al salir de trabajar este jueves y habían negociado su salida con 25 días de salario por cada año de trabajo con un máximo de 13 mensualidades, una mejora en cinco días de salario a lo que marca la ley como mínimo.
Otro núcleo de empleados se acogió a los traslados voluntarios y tendrán unos días para prepararlos. Otros son traslados forzosos, 11 empleados, y algunos de ellos “ya tienen que estar trabajando en Vigo el día 22”, casi sin plazo para trasladarse. Roa lamenta ver a sus compañeros con las cartas de despido, como ya sucedió con los siete trabajadores de Auxitrans y augura que, a partir de ahora, siga “un goteo de despidos” por parte del resto de empresas, hasta completar los totales, que rondan 180. Los que quedan colocarán cruces blancas a las puertas de la central, una por cada despido, como hicieron con los compañeros anteriores.
Los despedidos de Maessa habían decidido no llegar a los juzgados para denunciar sus despidos como improcedentes y ya no tendrán tiempo para esperar a que se produzca ningún avance político para que cuenten con un plan social, como siguen pidiendo desde el campamento que mantienen a las puertas de la central “seguiremos igual con la reivindicación”, mantiene Roa.
Desmantelamiento de los grupos I y II
Es más, tras conocer que esta semana han comenzado los trabajos de desmontaje de los grupos I y II, cerrados desde hace años, para los que una empresa catalana ha procedido a la contratación de nuevos empleados, asegura que no les dejarán pasar. La semana próxima será cuando se vean las máquinas entrar a la central para proceder a estos trabajos “y actuaremos. Esperemos que lo entiendan y esto no se convierta en un conflicto entre trabajadores”, dice Roa. Será su manera de protestar porque no se les haya tenido en cuenta para realizar estos trabajos.
Por el momento, los trabajos estos días se han centrado en mediciones y estimaciones para limitar la zona de desmontaje y desvincularla del Grupo III, para el que está solicitada también la baja, pero aún no concedida. Después, comenzará la obra propiamente dicha, que se prolongará durante casi dos años y que tiene l objetivo de eliminar absolutamente todo lo que hay de esas instalaciones sin funcionamiento.
Desde el comité de empresa de Endesa, Juan Sobredo valora que esa inclusión de los empleados de las auxiliares en el desmontaje de los grupos tiene muchas aristas "porque supone la implicación de muchas partes", dice, entre las que entraría también la empresa contratante. Aunque los grupos I y II hayan tardado tantos años en comenzar a desmontarse desde que se dieron de baja, los siguientes hornos en quedar sin actividad podrían comenzar a desmontarse en plazos más cortos, una vez dados de baja, con lo que "sí sería una solución transitoria para esos compañeros de las auxiliares.
“Nos queda un mes de vida”
Roa marca la esperanza en un reloj en el que pone la cuenta atrás de un mes. Es el plazo para que todos los despidos y traslados cobren forma, pero mientras, asegura que los políticos deben mover ficha como hicieron en las Cortes, apoyando “por primera vez de manera unánime” resalta, la resolución presentada por Podemos para que se incluya a los auxiliares en el plan social de Endesa. Aunque con el enfado de ver que para conseguir ese apoyo se produjo una trifulca política en Cortes, Roa considera que ese escrito, por el que se exhorta al Gobierno a que exija a Endesa a que sea así, puede dar sus frutos.
Es más, los trabajadores estarían satisfechos con que se consiguiera que Endesa no cerrara ahora y lo hiciera cuando estaba marcado, en verano de 2020 “a partir de ahí tendríamos tiempo para negociar un plan social o lo que fuera”, dice. Mantiene que Endesa “sigue mintiendo” asegurando que los tendrá en cuenta para el proceso de desmontaje “cuando no está siendo así”.
Los auxiliares entregaron una carta al alcalde de Cubillos del Sil, el socialista Antonio Cuellas, para que la entregara ala dirección de Endesa en Madrid, con la que mantuvo una reunión este jueves, de la que no quiso hablar porque no había anunciado que se iba a producir. “No hay nada en firme y no tengo nada que anunciar”, fueron sus palabras sobre ese encuentro al que los auxiliares le pedían que “les diga a los directivos que seguimos esperando aquí”, por esos planes que la eléctrica ha anunciado para ellos.