Puntual y rápida, la voladura de la caldera de la que fuera central térmica de Anllares daba un paso más al certificado de muerte de la energía mineral.
La empresa vasca Lezama Demoliciones fue la encargada de desarrollar el procedimiento, el tercer derribo tras el de los silos y el de la chimenea de 90 metros, un símbolo en la central.
Con un perímetro controlado de 400 metros y a las tres de la tarde, el estruendo y el polvo se llevaron el corazón de la central, una mole de 40 metros y 8.000 toneladas de peso que ahora se convierte en espacio libre para un futuro que espera.
Hasta 180 toneladas de carbón quemaba a la hora ese gran horno que muchos recuerdan por haber compartido con él horas de trabajo desde 1982. Tras casi 40 años en activo, la central de Páramo se comenzó a desmantelar en 2019 y seguirá haciéndolo con dos voladuras más. La próxima se espera para dentro de un mes y será la de la torre de refrigeración.
El desmantelamiento cubre ya más del 70% sin problemas, con 60 empleados en ese trabajo y la posibilidad de reutilizar todo el material que deja.
El derribo de la caldera de Anllares, un paso más al futuro sin térmicas
La central de Páramo ha visto ya tres voladuras y le quedan otras dos para completar los trabajos de desmantelamiento que están a más del 70%
06/05/2021
Actualizado a
06/05/2021
Lo más leído