Rodríguez recordó que se está trabajando con celeridad para agilizar el tráfico lo más posible "con total seguridad", como se ha hecho habilitando un desvío de 6,6 km para cortar el tráfico por la N-VI y está previsto, en otoño, habilitar otro desvío para transportes especiales y poder agilizar más aún el tráfico. El gobierno está bonificando al 100% los peajes para ellos, que realizan sus desplazamientos en horario nocturno y este sería un nuevo desvío.
Para el Gobierno, asegura la subdelegada, son prioritarias las comunicaciones con Galicia y "desde el primer momento estamos trabajando para poner las soluciones más viables y seguras para recuperar el tráfico". "Lo hemos hecho con rigor y transparencia", subrayó.
Los trabajos actuales consisten en derrumbar el vano segundo y retirada del escombro, pero antes de proceder a la misma, se estudiarán las causas del derribo, sobre las que está trabajando un equipo multidisciplinar de 60 personas para determinarlas y después "ver qué podemos hacer para recuperar lo antes posible esta vía que es primordial", dijo Rodríguez en la supervisión de las obras.
Por su parte, Sánchez reconoce que la preocupación por recuperar la movilidad con esta comunicación que "es esencial" es grande. Recalcó el subdelegado que, una vez que caiga el vano, se inicia una etapa de ingeniería forense para continuar investigando las causas que han motivado la caída "y eso va a condicionar el resto de la actuación". Hasta que no se conozcan esas causas no se efectuarán más trabajos, reconoció.
Volvió a señalar Sánchez que el Gobierno "desde el primer momento, informó de la situación". El colapso de los vanos se produjo cuando ya se había interrumpido la circulación porque se estaban ultimando obras de mejora, recordó. "Ahora se trata de hacer estas obras con la máxima garantía para los operarios", por eso se efectúan con control remoto garantizando la demolición pero también la seguridad. Tras la retirada y el análisis forense se retirarán los escombros y continuarán los avances. Asegura que el Gobierno está preocupado por esta conexión y las afecciones de su corte a la industria, de ahí que haya subvencionado la totalidad de los peajes y se plantee nuevas soluciones.
La jefa de la Unidad de Carreteras de Lugo, Beatriz González explicó que en dos o tres días se ultimarán los trabajos. Ahora se está demoliendo el vano que había quedado en una situación precaria de una manera remota por seguridad de los trabajadores y no se sabe cuándo se va a producir la caída. "Lo que hace la máquina es picar la losa, debilita el tablero" y caerá por su propio peso. Después comenzará la investigación antes de retirar los escombros. "Los trabajos van encadenados, hasta que no sepamos lo que ha sucedido no podremos tomar decisiones", dijo, pero la prioridad está en saber las causas de lo sucedido con seguridad en los trabajos y recuperar la circulación. Por ahora "no se puede concretar nada", apuntó la técnica. "Los vanos están dañados y los anexos posiblemente" pero hasta que no se tengan datos concluyentes no se puede saber, dijo.
La cara y la cruz del suceso
La caída del viaducto fue un suceso inaudito que, tras las primeras catas, dejó cortada la vía de comunicación por autovía hacia Galicia desde la meseta. Ese particular ha hecho que los pequeños pueblos que conservan los viales nacionales hayan visto multiplicarse el paso del tráfico por ellos.
La pérdida de la tranquilidad en estos enclaves contiza al alza, puesto que, según asegura el alcalde de Piedrafita, José Luis Raposo, "los negocios están funcionando como nunca" gracias a ese paso. Esa es la parte positiva del suceso que, en la negativa, afecta a los vecinos que tienen que desplazarse para ir al médico o a realizar tareas habituales y tienen dificultades o retenciones, que sí reconoce que se están produciendo con asiduidad.