El río Burbia

Declarado de Interés Fluvial Nacional en el Consejo de Ministros, posiblemente este sea el río más interesante de la Comunidad de Castilla y León, no solo por sus aguas, sino por el recorrido que permite hasta su nacimiento

Ramón Cela
13/03/2022
 Actualizado a 13/03/2022
La fuerza de las aguas del Burbia forma una visión hiptónica. | Ramón Cela
La fuerza de las aguas del Burbia forma una visión hiptónica. | Ramón Cela
Posiblemente este sea el río más interesante de la Comunidad de Castilla y León, debido a que ha sido declarado de Interés Fluvial Nacional en el Consejo de Ministros y, sin la menor duda, aclamado por aquellos que tienen la suerte de conocerlo.

Para ello, permítanme que les muestre el camino para una agradable excursión de un día cualquiera y del mes del año, que les venga bien visitarlo aunque siempre es más agradable en los meses de calor o en el otoño, cuando las retinas de nuestros ojos parecen no poder asimilar la almagama de color que sus orillas y los montes por donde discurre, porque este no es precisamente un río vulgar que desciende lentamente en busca de río Sil, que acoge otros ríos bercianos y lleva sus aguas al río Miño.

Si comenzamos la excursión en Villafranca del Bierzo, que es Conjunto Histórico Artístico Nacional en todo su recinto, quizás vamos hartos de ver donde el arte se mezcla con la historia, la música y las Bellas Artes haciendo que no queramos otra cosa más que disfrutar, bien del Jardín Romántico o de los muchos monumentos de que dispone esta población, que actualmente, esta celebrando el bicentenario de cuando Villafranca, fue la capital de la Provincia del mismo nombre.

Pero, hoy debemos centrarnos en recorrer el río Burbia, algo que se podría hacer caminando, pero que sería un poco difícil, si tenemos en cuenta la declaración mencionada de este al principio y que no es aconsejable, sobre todo para aquellos que faltos del debido entrenamiento lo quisieran acometer siempre por una carretera de alta montaña, que ya nos va dando pistas del recorrido que nos espera si así lo hiciéramos.

Entonces, con cualquier medio de locomoción podríamos acometer la pequeña aventura de conocer este río y las grandes sorpresas que a lo largo del camino nos irá deparando.

La carretera es muy sinuosa y casi siempre va muy paralela al cauce, por esta razón, comienzan las curvas que hacen con frecuencia las delicias de los aficionados a los rallies automovilísticos.

A poco más de un kilómetro, dejamos de ver las casas y monumentos villafranquinos, para adentrarnos de lleno en plena naturaleza. Si paramos el coche oiremos con agrado el rugir del agua serpenteando por los cantos rodados, peñas y árboles silvestres.

Al frente y como pegado a una montaña, nos daremos de bruces con un peq1ueño pueblo que se llama Landoiro, pero que está en la orilla opuesta a nuestra carretera, que muy pronto nos muestra otro pueblecito o barrio de Villafranca, llamado Puente de Rey.

Bajo el pueblo existe un puente para ir a Landoiro, pero no se deje engañar por su belleza, hay muchas cosas que ver todavía y proseguimos viaje hasta un llano serpenteante, que en invierno es una locura de ver totalmente blanco de la helada, porque no le entra el sol.

Pronto llegaremos a un puente y a una bifurcación, que nos indicará La Leitosa, que fue una gran mina de los romanos y otros que nos dirán por dónde podemos ir a Prado o Paradiña. Lugares ciertamente muy bonitos, pero que nos alejarán del río.

Proseguimos al pasar el puente y de repente, se abre ante nosotros un hermoso valle, coronado por las paredes rojas de La Leitosa. Se sube un poco y se toma la carretera de la derecha, pero antes, es preciso hacer una parada y disfrutar, pese a la vegetación del valle que rodea esta mina, que a día de hoy, sigue arrastrando oro por el río que la cruza, porque en el margen izquierda de la carretera, también existen muchos restos de los trabajos de los romanos. Pasamos un pequeño pueblo que se llama Ribón y que, lógicamente, está un poco alejado del río, porque, con su agricultura, podría llegar a dañar las aguas puras y cristalinas del Burbia.

Poco más adelante, tenemos a Veguellina, también con las mismas características que Ribón, pero ligeramente más grande.
Aquí, en estos pueblos, estamos pisando terreno aurífero y quién nos iba a decir que somos capaces de pisar oro, sin darle la menor importancia.

Subimos una cuesta por la carretera y a la derecha un letrero nos indica la dirección de Aira da Pedra. Pero, desde este lugar, podríamos hacer una visita a lo que queda del Monasterio de San Cosme y San Simón y, volviendo la vista hacia La Leitosa, podremos observar, los restos de lo que iba a ser la Gran Herrería de Munarriz o Godoy y que se conservan maravillosamente bien.

Pero también podríamos ver el mayor castaño del mundo con 16 metros 86 centímetros de circunferencia y que aquí se conoce como ‘El Campano’. Pero hoy dejamos Villar de Acero y Tejeira para otra excursión, porque Porcarizas es uno de los valles más bonitos de este país, que le llamamos, La Somoza Villafranquina.

Justo por debajo pasan dos afluentes del río. El Tejeira y el Porcarizas, que rivalizan en tener el agua más pura.
Debemos de continuar, sino no llegaremos nunca a Burbia, por la gran cantidad de cosas que ver y admirar. Pasamos un puente de estos afluentes y muy pronto nos espera unMolino justo a la orilla del río. Nos hace sacar apresuradamente una o cien fotos y, si el tiempo es bueno, darnos un chapuzón, donde se puede nadar y beber el agua tranquilamente, como sucede en Villafranca.

Aira da Pedra, es un apéndice del Campo del Agua o este lo puede ser de esta población, debido a que se dice que es el mismo pueblo, pero que Campo del Agua, con sus pallozas, y mucho más elevado, es el lugar donde, en verano, se lleva a pastar al ganado. Si llevan una memoria pequeña en la cámara, no suban a Campo del Agua, porque lamentarán no llevar otra de repuesto o mayor capacidad.

Como estamos en Aira da Pedra, les llamara mucho la atención el lugar donde majan los cereales, que es una enorme roca, por donde pasa el río, bordeándola.

Debemos de llegar a Burbia, que es una población de donde coge su nombre el río. Aquí, ya no nos quedarán memorias, ni en el teléfono y veremos un pueblo verdaderamente bonito y que por la desidia o falta de inteligencia de los ayuntamientos de Vega de Espinareda y Villafranca el Bierzo, se llega bastante mal desde Aira da Pedra.

Después de admirar este bonito pueblo, ya del Municipio de Vega de Espinareda, seguimos adelante y muy pronto llegaremos a una preciosa cascada en forma de una gran escalera donde se ve el nacimiento del río Burbia.

Aquí, podemos decir, que hemos llegado a un lugar paradisiaco y hasta quizás, se nos escape alguna interjección en favor de los políticos, a los jubilados me refiero.
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