Se tomará en el año 2028 tras la elaboración y el largo proceso de crianza botella a botella de casi tres años en rima que sigue el método tradicional o champañés que llevan a cabo en Prada a Tope, pero las uvas del Xamprada de esta cosecha se empiezan a recoger este martes 27 de agosto, seis días más tarde que en la adelantada vendimia del año anterior.
Serán las variedades chardonnay y godello de los viñedos situados a los pies del Palacio de Canedo, los de menor altitud y maduración más temprana de todo el viñedo de Prada, las primeras en entrar en bodega, ya que este tipo de vinos espumosos exige que la uva entre poco madura por llevar a cabo posteriormente la segunda fermentación en la botella que es lo que le genera la chispa características.
Unos días después será la mencía que nutrirá el Xamprada rosado, y ya en los primeros días de septiembre, continuará la vendimia de los vinos tranquilos con el resto del godello y de la mencía, con el objetivo puesto en el Prada Maceración que llegará fiel a su cita en el segundo sábado de noviembre.
Según afirma José Manuel Ferreira, enólogo de Prada a Tope, la uva llega "en un excelente estado sanitario" y, si no surgen complicaciones, "esperamos obtener unos vinos de una grandísima calidad y fieles exponentes de nuestro terruño".
Asimismo, también señala que la cosecha viene marcada por dos acontecimientos: la granizada de julio "que nos hizo mucho daño" en Canedo, y ataques puntuales de mildiu. Todo ello ha reducido la producción en algunas parcelas más de en un 30%, siendo la godello la variedad que más sufre en producción, mientras que la mencía “ha demostrado una vez más que es la mejor adaptada al territorio" y ha aguantado mejor.
Como es habitual en el Palacio de Canedo, la vendimia se hace en las primeras horas de la mañana para recoger las uvas "lo más frescas posible".