Tras casi un año del desprendimiento de tierras y rocas que mantuvo cortada la carretera CL-631, vial que une Ponferrada y Villablino, a la altura del kilómetro 33, en el municipio de Páramo del Sil, parece que se empieza a ver la luz y que "en semanas" podría abrirse al tráfico. Así lo dio a conocer el delegado de la Junta en León, Eduardo Diego, después de asegurar que el presupuesto se ha tenido que estirar casi a los 3 millones de euros por las complicaciones en la reparación.
Y, es que, asegura que la retención del talud ha sido muy compleja "pero ya se ha retirado todo el material que había caído", reconoce y espera que no pase mucho más tiempo hasta su apertura.
Hasta el momento se ha podido circular, desde el mes de julio pasado, con un carril alternativo en el punto kilométrico 33 en su margen derecha.