Escondido en la vertiente norte de la Cabrera, se despereza Encinedo, un enclave que comparte historia con naturaleza y patrimonio y cuyo nombre ya da cuenta de su entorno verde
Su historia parte de los asentamientos prerromanos y de la influencia romana, marcada por la explotación aurífera de Las Médulas.
Es una de las poblaciones, de hecho, tatuada por los canales romanos que llevaban el agua a la explotación. Canales y acueductos aún visibles y transitables como una gran red de venas que confluyen en el mismo sitio y de las que ahora se ha hecho un gran mapa destinado al turismo de naturaleza e histórico.
La red hidráulica de Las Médulas llegó a sumar más de 600 km de longitud repartidos en 9 canales principales que fueron construidos y utilizados de forma sucesiva a medida que la evolución de la explotación minera demandaba aportes de agua a mayor altitud. Son 600 kilómetrosde conducciones que se reparten de forma desigual por ambas vertientes de los montes Aquilianos, la estribación montañosa en la que está enclavado el yacimiento arqueológico de Las Médulas y que constituye la rama más occidental de la sierra del Teleno.
Seis canales principales y dos auxiliares surcaban las laderas meridionales de la sierra, las que vierten al valle del río Cabrera.
El canal uno es el que cogía sus aguas del río Cabrera, en el entorno de Encinedo de Cabrera donde incluso se ha podido llegar a localizar el punto exacto de la captación en la margen derecha del río.
Se trata de un trazado de casi 100 km, para aportar agua a la mina de Las Médulas durante las primeras fases de la explotación, abasteciendo un depósito localizado a cierta altura por encima de la actual localidad de Las Médulas, a una cota de 780 m.
A lo largo de su trazado conserva importantes restos arqueológicos y vestigios de la fábrica original del canal. En concreto, el tramo visitable que se adentra en el valle Lleiroso desde Llamas de Cabrera es uno de los más espectaculares de toda la red hidráulica de Las Médulas.
Además, excavaciones arqueológicas hechas en Corporales, en la Cabrera Alta, sacaron a la luz un poblado de antiguos moradores arrasado por los romanos en la conquista. Estuvieron dos siglos y después hubo repoblaciones en tiempos visigóticos y toda la región estuvo estrechamente vinculada a los monasterios de la tebaida berciana, principalmente San Pedro de Montes.
Es en esta época cuando nace la institución del "concejo", que tuvo una importancia decisiva en la vida cabreiresa y que ha durado hasta finales del siglo pasado. De esa época es también la introducción del viñedo en los cultivos.
A partir del siglo XIV, la Cabrera se constituye en Gobernación dependiente del marquesado de Villafranca del Bierzo, con su gobernador residente en Quintanilla de Losada. La gobernación estaba dividida en tres partidos o zonas: Cabrera, actual Truchas; Losada, actual Encinedo y Ribera, actuales Castrillo de Cabrera, Benuza y Puente de Domingo Flórez.
La ganadería ovina le dio vida y también el centeno, las castañas, el lino y algo menos el viñedo. La patata sí contribuyó en su crecimiento, aunque la filoxera en el viñedo y otros problemas, obligaron a que muchos cogieran la maleta como de manera temporal a Andalucía y de manera permanente a Cuba y Argentina. Hasta que en los 80 se descubrieron las canteras de pizarra, La Cabrera siguió un constante despoblamiento. Eso ha tenido su coste, pero no ha podido con la particularidad de este entorno con sus bosques de encina y roble, con sus fraguas y palomares a descubrir incluso con su hablar propia.
El municipio de Encinedo se extiende por el curso alto del río Cabrera como una profunda cuña a lo largo del flanco norte de la Sierra de la Cabrera que llega hasta Peña Trevinca, el pico más alto de Galicia. Lo componen nueve poblaciones y todas, menos una, están en el valle, La Baña, Losadilla, Encinedo, Quintanilla de Losada y Robledo de Losada, además de Forna, Trabazos y Castrohinojo. Santa Eulalia de Cabrera es el único pueblo que escapa hacia otro valle lateral por la parte derecha. Cuenta con unos 700 habitantes y se ha convertido en un sitio desde el que conocer el pasado romano de la zona.
El Museo Etnográfico de La Cabrera permite adentrarse en las costumbres y modo de vida de sus habitantes a través de una rica colección de objetos y fotografías.
Objetos cotidianos, herramientas agrícolas, fotografías y documentos, dan cuenta, desde este museo de Encinedo de todo lo que aporta el patrimonio cultural que dejó huella en la zona.
Además de esos canales romanos, del pasado de Encinedo en la edad Media, su fachada permite una sensación de paz al pasear por sus casas de arquitectura tradicional, cuenta con una interesante Iglesia Parroquial con una bella espadaña y con molinos harineros y miradores que permiten una escapada, sobre todo, tranquila, para conocer el rural en La Cabrera. Su cementerio con un milenario olivo y el río Cabrera son otros de sus atractivos.