El ex profesor de La Borreca que inició una escuela de cine en los 80, premio Retina Especial del Festival de Cine de Ponferrada

La Asociación cultural Mi Retina me Engaña recuperó la película que Carlos de Cabo realizó con sus alumnos como homenaje

11/10/2024
 Actualizado a 11/10/2024
Carlos de Cabo en su homenaje en el Festival de Cine de Ponferrada. | MAR IGLESIAS
Carlos de Cabo en su homenaje en el Festival de Cine de Ponferrada. | MAR IGLESIAS

La Asociación cultural Mi Retina me Engaña, entidad organizadora del Festival Internacional de Cine de Ponferrada, cerró la 22º edición del evento con la proyección de "Un lugar para el tiempo". Un trabajo del profesor jubilado del Colegio de La Borreca, Carlos de Cabo, rodada por un grupo de profesores y alumnos del Colegio San Andrés-La Borreca de Ponferrada en 1984, dentro del proyecto denominado "Escuela Viajera y cine" que él sacó adelante. 


Carlos de Cabo asistió emocionado a la proyección en la que recibió el premio Retina Especial 2024. El homenajeado destacó que este evento es “un refuerzo para el recuerdo maravilloso que se ha mantenido durante 40 años y espero que prosiga”. Se declaraba feliz por el homenaje recibido y recordó aquellos alumnos que hicieron posible aquella “bendición” que ahora le emociona hasta el punto que no lo repetiría “porque mi emoción es tan grande…”.

De Cabo considera que para repetir aquella experiencia hoy se necesitaría preparación, energía y tal vez estudios de imagen “pero aquello fue una aventura que resultó ser didáctica y provechosa para los alumnos”.

El regidor de Ponferrada, Marco Morala, participó en dos películas desarrolladas por su “maestro”. Como parte de aquel proyecto considera que todo se debió a “la pieza esencial” que lleva el nombre del profesor “que nos aportó muchísimo, porque transcendía al ámbito educativo”. Creó personas que convivían “y nos ha marcado a todos los alumnos”.

Agradece el recuerdo y el aprendizaje de “pensar libre y críticamente”.

Allí surgió la semilla, tras la lectura de Momo

"Hoy es un acto de justicia, no un homenaje”, hacia una experiencia educativa que fue compleja de desarrollar en los años 80 “era una sociedad distinta, pero también más viva” en todos los aspectos, de la que él participó como alumno. De Cabo considera que todo se hacía la clase. Allí surgió la semilla, tras la lectura de Momo “empezaron a hacer pequeños guiones y ahí “empezamos a saber leer la imagen”.

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