Son solo unos 4,2 kilómetros de recorrido, desde La Portela a Ruitelán, pero el asfalto se convierte en paso peregrino indispensable y esa longitud, en las condiciones actuales, es todo un relato del olvido en un espacio peregrino como Vega de Valcarce. Cuatro kilómetros que han ido cediendo al tiempo mientras que, quien fuera edil por el PP en ese Ayuntamiento, José Luis García Peña, intentaba conseguir que las estancias superiores se dieran cuenta de la importancia de mejorar esa vertiente. Ahora, desde fuera del Consistorio, pero implicado con el desarrollo de la zona, recuerda esa lucha para que se reactive y se ponga fin a ese maltrato de un vial obligado para los caminantes que eligen el Camino Francés para su peregrinaje.
Por aquel entonces, tras hablar con el alcalde de Carracedelo, Raúl Valcarce este le concertó una entrevista con el consejero de Fomento en el año 2017, Juan Carlos Suárez-Quiñones. Peña tenía como objetivos el Camino de Santiago y la mejora de este vial. En ese momento, se aceptó realizar un proyecto en el que el edil esperaba que se contemplara, no solo la mejora del vial, sino también un arcén «como hay en otras partes del Camino, como Triacastela», acorde con el mismo. Reconoce que no se ha contemplado una actuación como la de Galicia en el trazado de Villafranca a Vega «estamos arcaicos», afirma, con una valla de hormigón que separa a los peregrinos de los coches.
Finalmente fue interpelado por dirigentes de Carreteras para presentar el proyecto que habían realizado los técnicos. En él se exponía la intención de hacer una acera desde Ambasmestas por la parte derecha del camino «yo les propuse que no fuera así, porque por la izquierda está el monte y los peregrinos iban a seguir usando esa parte, pero a la alcaldesa le parecía bien». Tampoco le gustó la idea de retrasar unas barandillas que existen y que habían comido espacio al caminante «les reproché que no hubieran pensado en otras cosas, porque el Camino es el espejo del mundo. Me dijeron que la seguridad estaba por encima y consideraban que su solución era la correcta», lamenta.
Pero él le expuso ideas que había conocido en otras zonas del Camino, con senderos con iluminación y otros métodos. «La alcaldesa solo preguntó si la barandilla se podía pintar», lamenta, criticando que, desde la parte local no se hubiera conseguido una lucha por mejorar el «camino de la vergüenza».
«Hay tramos que no hay más que acondicionarlo con una pasarela, como en Triacastela. La solución es poner arcén, carretera y baranda. Pero, donde no hay terreno, una pasarela de madera da una imagen de turismo», reivindica.
Pasó el tiempo tras aquella visita y, en 2019, Peña preguntó por el proyecto que se le había prometido puesto que, los avances en la carretera condicionaban que él decidiera o no presentarse como candidato por el PP a la Alcaldía de nuevo. Sí le aseguraron que el proyecto estaba hecho, pero, pasadas las elecciones, asegura que se arregló el vial a Balboa «yo creo que no el presupuesto que tenía esta carretera», de lo que culpa a la actual regidora, Maria Luisa González, por no haber estado pendiente de esa reivindicación.
Y el proyecto quedó en cartera, lamenta Peña, pese a estar presupuestada la mejora del vial, que es propiedad de la Junta de Castilla y León, en unos 700.000 euros.
En 2022, la delegada de la Junta, Ester Muñoz, se preocupó mucho por el trazado que quiso recorrer por etapas apuntando sus necesidades. Muñoz preguntó por el proyecto, y detectó que le faltaban los permisos, inluido el de Confederación.
En noviembre pasado , Coalición por el Bierzo (CB) recordó esa «deuda» aún a la espera. Criticaba la formación bercianista la «imagen de abandono y remiendos» de este tramo de la Ruta Jacobea. «Es necesaria una inversión por parte de la Junta que permita ofrecer seguridad a los peregrinos y una imagen acorde con el entorno, ambas muy lejos de lo mínimamente exigible en una vía tan transitada y con la importancia cultural y turística que supone», destacaron fuentes bercianistas.
En ese sentido, los responsables de CB subrayaron que, a pesar de las promesas para reasfaltar la carretera de titularidad autonómica por la que discurre el Camino de Santiago en el municipio, «el firme se encuentra muy deteriorado» en numerosos puntos, con estructuras abandonadas y elementos que «pueden provocar accidentes, como cables anclados en la acera para sujetar un poste, además de pasos muy peligrosos para los peregrinos que tienen que invadir la calzada».
Según los bercianistas, la instalación de un nuevo quitamiedos sin eliminar el anterior supone «la guinda a todos estos despropósitos».
Tras la obra, la estrecha senda de paso para los peregrinos hace que sea casi imposible circular por ella sin golpearse con la sujeción de estas nuevas barreras de seguridad.
«Tenemos una vergüenza»
Peña lamenta que la carretera siga sin hacerse «tenemos una vergüenza», asegura. «Llevo trabajando por ella desde mi segundo mandato. He llegado a la Consejería y sí se ha trabajado, pero a día de hoy no se ha hecho nada», lamenta Peña. «Esto es preferente, es Camino de Santiago», reconoce.
«El turismo y el Camino van juntos y si el Camino está en mal estado, no vuelven. La carretera es una vergüenza. Hay tramos en los que un coche y un peregrino no cogen».
«Me moriré con las ganas de que se arregle esa carretera y no se hará», lamenta Peña.
Además, asegura que tampoco se está potenciando dar servicio de albergue a los peregrinos. El municipal está cerrado en invierno, no tiene un horario establecido ni control, pese a que reconoce que «dejó 25.000 euros en las arcas del ayuntamiento en su segundo año».
Además, el año pasado también cerró la hostelería «y si no hay donde comer, los peregrinos no paran». Ahora hay alguna propuesta nueva , desde la que se está recuperando el pulso del Camino tras una pandemia que reconoce que mermó el empuje peregrino.