La intención es ir cubriendo el sector económico local de nuevo, muy dañado por la muerte de la minería en el corazón de la cuenca «estamos absolutamente desesperados. No podemos más», lamenta la regidora, que ha visto pasar grandes proyectos como el de la plantación de almendros por delante de su casa. Por eso asegura que su luchasigue adelante para que el Ministerio de Transición Ecológica escuche las demandas de una zona a la que le ha pillado de repente el fin del carbón «si hubiéramos tenido tiempo para encontrar alternativas».
La alcaldesa estudia ahora la posibilidad de que se restauren las escombreras que existen en su municipio, algunas de las cuales, al parecer, podrían ser contaminantes «aunque ni Confederación ni Gobierno nos han dicho nada ni han hecho nada», se queja.
También ha ofrecido a empresas call-center instalarse en unas instalaciones de Lillo, aunque no puede concretar por ahora cuáles serían, pero sí que la cesión sería gratuita, aunque no ha conseguido atraer interesados. Lo más inmediato será una reunión con el secretario de Industria para solicitar ayuda a una situación que reconoce que es muy complicada.
Presupuestos sin aprobar
La regidora espera que los presupuestos para este año puedan estar aprobados en el mes de febrero.
Asegura que no han podido salir antes porque el interventor tenía demasiado trabajo, pero irán este mes con una cuantía que supera los tres millones de euros. Será algo inferior que en el anterior ejercicio, que casi tocó los cuatro millones, porque asegura que se han rebajado algunas ayudas, pero dice la alcaldesa que el nivel de inversiones está previsto que crezca.
La regidora anuncia que volverá a ser la candidata del PSOE para las próximas elecciones, pese a que hay casos judiciales aún pendientes que espera que no sentencien su propuesta electoral, puesto que se trata de casos sobre contratación de personal, puestos de trabajo que defiende «sobre todo en los tiempos de crisis que nos ha tocado vivir en este municipio», dice.