El acercamiento a Galicia, de la que le separa solo un kilómetro, le hizo manejar esa posibilidad de segregación que removió a los políticos. Perder lindes, aunque sean olvidadas, marca un fracaso y, del lado de Castilla y León no se vio con buenos ojos. Eso sí, el presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, se apresuró a visitar la pedanía y lanzar compromisos "ha enviado ya toda la documentación para hacer el asfaltado y hay máquinas ya para comenzar". Pero el pedáneo reconoce que se ha escogido "el camino más largo" a nivel burocrático "no sé si para retrasarlo" o para "que sea más oficial", pero la pista, después de este tiempo de compromisos en firme, no está realizada.
Sí confía en que sea 2023 la que traiga esa obra "esperemos que sí, sino, somos muy creativos en nuestras reivindicaciones y tenemos ideas", apunta. Además, juega la baza de las urnas, con unas elecciones municipales en ciernes para mayo. De momento, lo que solicitarán, dice Cerezales, es una reunión con el diputado de Infraestructuras y con el propio presidente de la Diputación "para ver cuáles son sus intenciones y manifestarles nuestras necesidades". Sí reconoce que, cuando la pedanía requirió medios contra los fuegos que la asolaron, fue atendida a la perfección "al final, el ruido en los medios funciona. Animo a todas las pedanías pequeñas, insignificantes, a que lo hagan, porque las pataletas funcionan", dice.
Lo cierto es que este movimiento hizo que Fuente de Oliva saliera en el mapa. Reconoce Cerezales que, desde entonces, son muchos los turistas que han llegado "y se hacen un selffie con el mismo cartel detrás que se lo hizo Morán". Esa exposición pública ha funcionado "somos trending topic, nos felicitan. Somos la insignia de la despoblación rural".
"Somos gallegos"
Con respecto al acercamiento a Galicia, ese deseo sigue palpitando en todos los rincones del pueblo. Aunque se aparcó la "amenaza" de segregación, respetando los compromisos de las administraciones propias para mantener la demarcación, Cerezales tiene claro que "somos gallegos".El acercamiento es total a la parte gallega y asegura que hay, en la normativa por la que se creó la comunidad autónoma vecina, un hueco por el que entrar "permite la anexión de territorios cercanos, si las dos partes están conformes". Reconoce que podría ser una cuerda a la que agarrarse porque "Castilla y León es un mastodonte y una comunidad mal articulada. Está hecha a escuadra y cartabón y la línea no pasa por aquí, pero sí somos gallegos". Es más Cerezales reconoce que Balboa o Vega de Valcarce y Trabadelo "estarían encantados" con ese paso. Pero la política es otra cosas "y cada zona quiere su cuota de poder. No se mueven sin llamar arriba", lamenta. Es más, apunta que la mayor solicitud que ha salido de la pedanía, la de ser candidata a convertirse en la sede de la Agencia Estatal Espacial, denotó que era así "podría escribir una tesis sobre ello. Había políticos que apoyaban, otros que se ponían de perfil y los que llamaban arriba antes".
Manifiesta su decepción, fundamentalmente con el presidente del Consejo Comarcal, Gerardo Álvarez Courel, por no haber dado un paso al frente por esta candidatura "lo hizo el Consejo, pero a instancia de Coalición por el Bierzo". Considera que el Consejo "es una comunidad de vecinos inexistente" que no tiene el valor de unir. Es más, considera que esa unidad de comarca que se vende, no existe, lamenta.
Nueva reunión con Cervantes
Comienza el año y Cerezales marca sus proyectos, no solo con la reunión que solicitará a Diputación, sino también con un encuentro con el alcalde de la localidad gallega más cercana, Cervantes. El regidor, Benigno Gómez, se ha convertido en un amigo para él, y con él busca compartir proyectos relacionados con el turismo, con el sector servicio o con el desarrollo rural. Cerezales lleva su batería de proyectos a Galicia este mes, confiando en que 2023 por fin sea el año en el que la pista pueda estar asfaltada y, a partir de ahí lleguen cosas buenas. Por de pronto, la mejor noticia es el nacimiento de una niña en diciembre que, aunque no está censada en el pueblo, es de madre local y eso representa una esperanza para una pedanía que se puede permitir hacer las reuniones de vecinos por un grupo de whatsapp.
Castiñeiras-Fuente de Oliva crece mirando de frente la mejora de sus conexiones y a su hermana Galicia, y sin olvidar que un día, levantó la mano y dijo que quería ser sede espacial.