La idea de que Torre del Bierzo tuviera un museo ferroviario era casi de justicia histórica. Fue allí donde se produjo el accidente ferroviario más grave en el túnel número 20, donde incluso el número de víctimas llegó a ser un misterio.En el libro de "Guinness" de records ferroviarios, aparece el accidente de Torre con la cifra de 500 a 800 muertos, aunque figura con interrogante y las últimas cifras se quedan muy por debajo de ellas, aunque marcando una gran tragedia que Torre recuerda. Cada 3 de enero, después de aquel de 1944, Torre se viste de luto. Recuerda aquel choque entre el tren correo Madrid-Coruña, la locomotora en maniobras y el tren de mercancías, en del túnel n.º 20 de la línea Palencia-Coruña. Se habló de 87 víctimas, pero siempre se dijo que el régimen franquista había ocultado la cifra real, que estaría sobre las 200. Ahora, tras un estudio minucioso de Vicente Fernández, aquellas cifras son más cercanas al centenar.
Aquel episodio se ha llevado a la gran pantalla, y siempre ha sido un momento histórico para la comarca berciana. Y merecía tener su museo. Esa era la idea que tenía su alcalde, Gabriel Folgado, que también es director de cine. Incluso especulaba con que la fecha para su apertura debía ser el 3 de enero de 2026, en el aniversario de la tragedia. Pero el tiempo va pasando y las bofetadas al proyecto también. Los primeros pasos fueron halagüeños y consiguió que ADIF, propietaria del edificio de la antigua estación donde se pretende dar a luz al proyecto, le alquilara las instalaciones por 14 años y por algo menos de 150 euros al mes. Eso puso alas iniciales al proyecto, que se presentó a la primera convocatoria de los fondos de Transición Justa que deben acondicionar la antigua estación. Folgado tenía claro que era un proyecto que cumplía todas las premisas y debía salir adelante, pero un error en la tramitación “por un sello” que debía poner Adif en la documentación de la cesión del inmueble, hizo que quedara relegado.
Folgado aún está dolido por ello e incluso apunta que se arrepiente de no haber presentado alegaciones en aquel momento para pelear por un proyecto fundamental para una población minera, que acogió el último pozo que puso punto y final a la mina y que cuenta con el museo de la Fundación Cultura Minera. No lo hizo y ahora espera la resolución de la segunda tanda de esas ayudas europeas.
Folgado no confía en que esta vez sí se contemple este proyecto, pese a volver a ser clave para la reconversión. Las partidas presupuestarias son inferiores y se reparten entre todos los municipios mineros de España. Y el regidor no contempla otra manera de poder llegar al importe que necesita la remodelación de la estación “no podríamos acometerla con nuestros medios”, reconoce.
El proyecto de la estación pierde fuelle pese a ser una idea única que solo se podría ubicar allí, donde sucedió la tragedia que pretende recordar. Se sumaría al proyectoun centro de recepción de visitantes y un espacio polivalente. Son 280 metros cuadrados repartidos en planta baja, primera planta y bajo cubierta, que podrían estar remodelados en 10 meses que se marca como plazo de ejecución.
Queda ahora por desvelar si finalmente las ayudas de Transición contemplan la posibilidad de que sea una realidad o se quede en un sueño.