De los creadores de la calabaza más grande de España llega ahora... el girasol más alto de país. Lo que no se concibe en la huerta de Yuma y Teje, en Espinareda de Vega, es que crezca algo normal.
Además de varias calabazas gigantes, sobre todo una, con la que hace unos años se impuso en un certamen para hortelanos gigantistas celebrado en la provincia de Barcelona y que luego vendió en porciones de kilo en el mercado de los miércoles de la Plaza Mayor de León para dar después lo recaudado a Cáritas, en su preciosa casa de Espinareda de Vega hay una huerta tan grande y tan cuidada que, al caminar entre los surcos y las sombrillas ideadas con cualquier utensilio que a nadie más se le hubiera ocurrido, a veces uno tiene la sensación de que todo, incluido su paseo, ha sido ideado manteniendo la mismísima proporción áurea.
Pero después de todas las variedades de tomates posibles, de la calabazas gigantes, de todo lo que suelen tener el resto de huertas pero perfectamente cuadriculado, ante la mirada de los pollos, este año le ha tocado llamar la atención a un girasol que la pasada semana ya superaba los seis metros de altura. «6,06 midió el monstruo», dice Yuma orgulloso, que tiene que improvisar varias escaleras para llegar a lo más alto y poder medir la planta, además de hacerse la correspondiente foto. El tallo no se abarca con un mano, pues es ya mayor que el de algunos árboles, y junto al «monstruo» hay otro girasol que, sin llegar a rozar el cielo, consigue llamar la atención de visitante tanto o más, pues que cuenta nada más y nada menos que con 36 flores.
Dicen los entendidos que no es habitual que un girasol llegue a esa altura, pese a que muchos de ellos despuntan en las huertas o entre los cultivos donde se dan, y no dudan en señalar, bien es cierto que sin gran argumentación científica, que el de Espinareda de Vega se trata del girasol más alto de España. Lo que es obvio es que el de Yuma y Teje se ha convertido, una vez más, prácticamente en un reclamo turístico, pues son numerosos los curiosos que se quieren fotografiar con él por lo inusual de su altura... y porque siempre es un buen momento para visitar a Yuma y a Teje, para aquellos que tenemos la suerte de conocerlos, que somos miles, y para los que no también, pues si por algo destacan es por la hospitalidad que siempre han demostrado a lo largo de su vida.