La comarca del Bierzo es uno de los territorios más singulares y valiosos de Europa. Rodeada por imponentes montañas y ubicada en una hoya tectónica de excepcional belleza, esta comarca es un auténtico paraíso natural y cultural. Sin embargo, a pesar de su reconocimiento internacional —con figuras como la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses y el Patrimonio de la Humanidad de las Médulas—, el Bierzo sigue estando amenazado por proyectos extractivistas y de gran impacto territorial negativo, como los macroparques eólicos. Estas actividades ponen en riesgo tanto su biodiversidad única como su identidad cultural, algo que podría alterarse irreversiblemente si no se actúa ahora.
A pesar de que el Círculo de Montañas del Bierzo ya cuenta con varias distinciones internacionales de conservación de gran prestigio, el territorio sigue siendo vulnerable ante el avance de actividades que buscan explotar sus recursos sin tener en cuenta los impactos negativos sobre el entorno y las comunidades locales. Con esta realidad como contexto, surge la necesidad urgente de que el Bierzo sea reconocido como una Reserva de la Biosfera, un estatus que no solo ofrecería un marco legal de protección, sino que también consolidaría el compromiso por parte de las autoridades locales, nacionales e internacionales de preservar este valioso patrimonio para las generaciones venideras.
Esta reflexión busca resaltar las características excepcionales del Bierzo, subrayar los beneficios que traería su declaración como Reserva de la Biosfera y, sobre todo, exponer la importancia de garantizar su protección frente a los intereses extractivos que continúan amenazando la región. Si se logra este reconocimiento, el Bierzo no solo mantendría intactos sus valores naturales, sino que se convertiría en un referente global de sostenibilidad y desarrollo respetuoso con el medio ambiente.
El Bierzo: Un territorio de valor excepcional
El Bierzo es un territorio excepcional, donde la naturaleza y la actividad humana han convivido durante siglos de manera armónica. Rodeado de montañas como los Montes Aquilianos, los Ancares, la Sierra de Gistredo y la Sierra de la Lastra, el Bierzo forma una hoya tectónica a 500 metros de altitud, rodeada por picos que superan los 2.000 metros. Este impresionante paisaje crea un microclima único que ha permitido que prosperen actividades agrarias reconocidas con importantes reconocimientos de calidad.
El Patrimonio de laHumanidad de las Médulas, testimonio del ingenio romano, la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses y la integración de muchas de sus montañas en la Red Natura 2000 ya dan fe de la riqueza natural y cultural de esta comarca. Esta red abarca el 30% de la comarca, lo que subraya su relevancia a nivel europeo. No obstante, esta red requiere una protección más profunda y coordinada, que garantice no solo la conservación de su biodiversidad, sino también el desarrollo sostenible necesario para el futuro de la región.
A esto se añade el reciente reconocimiento por la FAO del Sistema Agrosilvopastoril Montañas de León como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (Sipam), lo que subraya la importancia de sus prácticas agrícolas tradicionales, que combinan la agricultura, la ganadería y los bosques de manera sostenible.
Sin embargo, a pesar de estos logros y distinciones, el Bierzo sigue siendo amenazado por proyectos extractivistas que ponen en peligro su equilibrio natural y su identidad cultural. La minería, la explotación de recursos naturales y otras actividades que atentan contra el entorno están a la orden del día, mientras la comarca sigue esperando una protección más fuerte a nivel internacional.
Modelos de Reserva de la Biosfera en España
La declaración del Círculo de Montañas del Bierzo como Reserva de la Biosfera no solo implicaría un beneficio para la comarca, sino que también se alinearía con dos modelos de reservas de biosfera de gran relevancia en España: el modelo de Montaña Cantábrica y el de Ambiente Mediterráneo de Media Montaña. Estas dos categorías de reservas de biosfera ofrecen un marco excepcional de conservación y sostenibilidad que se adapta perfectamente a las características geográficas, naturales y culturales del Bierzo.
El Bierzo forma parte de la zona cantábrica que se extiende desde el norte de Galicia hasta el País Vasco y que alberga a 12 de las 52 reservas de biosfera españolas. Esta región es conocida por su tapiz verde casi continuo, que se caracteriza por sus frondosos bosques, montañas y una gran riqueza ecológica. Es un territorio que presenta un clima húmedo y un paisaje que ha conservado la biodiversidad y el equilibrio ecológico gracias a su difícil acceso y su escasa intervención humana en comparación con las zonas llanas.
El modelo de la Montaña Cantábrica promueve la sostenibilidad, no solo desde el punto de vista ecológico, sino también desde el económico y social. En este modelo, la conservación de la biodiversidad va de la mano con el desarrollo de actividades tradicionales que permiten a las comunidades rurales seguir viviendo de la tierra sin destruirla. Este enfoque sostenible es fundamental para la futura prosperidad del Bierzo.
Por otro lado, el Bierzo también presenta características propias del modelo de Reserva de la Biosfera de Ambiente Mediterráneo de Media Montaña. Esta categoría incluye territorios de media altitud, donde las montañas presentan una vegetación adaptada al clima mediterráneo: vegetación de matorrales, bosques de encinas, robles y pinares, junto con cultivos agrícolas en terrazas, como los viñedos y los campos de castaños.
La singularidad del Bierzo radica en su capacidad para integrar estos dos modelos de Reserva de la Biosfera: el de Montaña Cantábrica y el de Ambiente Mediterráneo de Media Montaña. Por su ubicación geográfica, el Bierzo abarca una amplia gama de ecosistemas que van desde los bosques atlánticos de montaña hasta los paisajes agrícolas de terrazas cultivadas en las laderas de las montañas.
Este cruce de modelos permite al Bierzo ofrecer una diversidad ecológica excepcional, que no solo lo convierte en un lugar de gran valor natural, sino también en un laboratorio vivo para la implementación de prácticas de conservación y sostenibilidad. Si el Círculo de Montañas del Bierzo fuera declarado Reserva de la Biosfera, no solo se consolidaría su protección, sino que se promovería un modelo integral que integrara las estrategias de conservación con las necesidades y aspiraciones de las comunidades locales. La combinación de estos dos modelos no solo beneficia a la biodiversidad, sino que también podría convertirse en un referente internacional de cómo las zonas rurales pueden prosperar mientras mantienen un respeto profundo por la naturaleza.
La protección del Bierzo frente a los proyectos extractivistas
El Bierzo, como hemos adelantado anteriormente, sigue siendo amenazado por diversas iniciativas extractivas. La amenaza más grave que enfrenta actualmente es la imposición de un proyecto de macroparque eólico en la Sierra de Gistredo, promovido por Repsol y otras filiales. Este proyecto ha sido calificado como extractivista, depredador e innecesario, y podría tener consecuencias devastadoras para el entorno natural del Bierzo.
La transición energética es una urgencia. Sin embargo, no toda transición es justa ni sostenible. El proyecto de macroparque eólico en la Sierra de Gistredo pone de manifiesto un claro ejemplo de cómo, bajo la bandera de las energías renovables, se encubren prácticas extractivas que atentan contra la naturaleza y las comunidades locales. La industria eólica, a menudo presentada como parte de la solución a la crisis energética y climática, ha desviado su verdadero propósito hacia una agresión al patrimonio natural, intentando justificar la destrucción de ecosistemas únicos por la instalación de turbinas eólicas de 200 metros de altura.
A lo largo de los últimos 30 años, el Bierzo ha sido el objetivo de numerosos intentos de instalar macroparques eólicos, que han sido sistemáticamente rechazados por los vecinos y los defensores del medio ambiente. El proyecto de Repsol representa la culminación de este desprecio absoluto por el territorio y las comunidades que lo habitan. Este megaproyecto no solo amenaza el paisaje de la comarca, sino que también pone en riesgo una biodiversidad invaluable, que se ha preservado a lo largo de siglos.
La Sierra de Gistredo y sus alrededores son refugios naturales vitales para especies en peligro crítico de extinción, como el oso pardo y el urogallo. Estos ecosistemas forman parte de la red ecológica de la Cordillera Cantábrica, un corredor de biodiversidad esencial para la conservación de muchas especies. La intervención masiva en la sierra, con la construcción de pistas de acceso, torres eléctricas y la instalación de aerogeneradores, pondría en peligro no solo a estas especies, sino a la propia conectividad ecológica de toda la región.
Los impactos acumulativos de este tipo de megaproyectos son devastadores. A pesar de las afirmaciones de las promotoras de que cumplen con la normativa medioambiental, estudios independientes y observaciones de colectivos ecologistas demuestran que los impactos en el ecosistema serían incalculables. Las medidas compensatorias propuestas por las empresas promotoras se presentan como un intento de desviar la atención, pero, como señala Ernesto Díaz, de la Plataforma en Defensa de la Cordillera Cantábrica, “un proyecto así no puede compensarse con nada”. No existen medidas que puedan devolver lo que se perdería en términos de biodiversidad, hábitats naturales y recursos ecológicos irremplazables.
El caso del proyecto eólico de Repsol subraya la urgencia de desmantelar la narrativa simplista de “energías limpias a cualquier precio”. La transición energética debe ser justa y sostenible, respetando los ecosistemas, las comunidades locales y la biodiversidad. No se trata de imponer proyectos industriales que, aunque generen energía, acaben destruyendo el patrimonio natural de un territorio. Si de verdad se busca una transición energética responsable, esta debe ser compatible con la conservación del medio ambiente, no con su destrucción.
La declaración del Círculo de Montañas del Bierzo como Reserva de la Biosfera representaría una protección legal de esta comarca frente a proyectos extractivos como el de Repsol. Al ser designado como Reserva de la Biosfera, el Bierzo estaría sometido a estrictas normas de conservación ambiental, lo que imposibilitaría la realización de proyectos destructivos, como la instalación de parques eólicos a gran escala. Esta figura de protección serviría para preservar la biodiversidad única de la zona y garantizaría que las futuras generaciones puedan disfrutar de este legado natural.
Además, se abriría una vía para que el Bierzo pueda prosperar a través de actividades económicas sostenibles, que respeten tanto al medio ambiente como a las comunidades locales. La transición energética, lejos de ser una amenaza para el Bierzo, podría convertirse en una oportunidad si se lleva a cabo de forma respetuosa y sostenible.
El futuro del Bierzo: Un modelo que fomente bienestar social, económico y ambiental
El Bierzo tiene el potencial de convertirse en un referente mundial en sostenibilidad si se le otorgan las herramientas necesarias para proteger sus recursos naturales y culturales. Una Reserva de la Biosfera no es solo un estatus honorífico, sino una herramienta clave para establecer un modelo socioeconómico que equilibre la conservación con la prosperidad económica. Esta figura de conservación permite que los territorios continúen siendo espacios vivos, donde las actividades humanas y la naturaleza coexisten de manera armónica. A través de la gestión sostenible de los recursos naturales, se pueden fomentar actividades económicas que no solo sean respetuosas con el medio ambiente, sino que también sean beneficiosas a largo plazo para la población local.
El Bierzo tiene una identidad cultural profundamente conectada con su entorno natural. La ganadería extensiva, la agricultura tradicional y las festividades locales son solo algunos de los elementos que conforman un patrimonio vivo que se nutre del territorio. Proteger este modo de vida es crucial para evitar la desaparición de muchas de las costumbres que han sido transmitidas de generación en generación.
Una de las características más destacadas de las Reservas de la Biosfera es su gestión participativa. La comunidad local juega un papel crucial en la toma de decisiones y en la creación de estrategias para la conservación y la selección de actividades económicas coherentes. La implicación de los habitantes del Bierzo en la gestión del territorio es esencial para garantizar que las soluciones propuestas sean apropiadas para sus necesidades y aspiraciones.
Ya se han propuesto en la comarca proyectos que atendían la singularidad territorial y que anticipaban la idea y el significado de una Reserva de la Biosfera. Por ejemplo, La Mirada Circular, que buscaba ser una herramienta de conservación y actividades sostenibles de gran alcance, no solo beneficiaría al Bierzo y sus habitantes, sino que también intentaba poner a la comarca en el mapa como un modelo de gestión de la naturaleza a nivel global. En lugar de sucumbir a proyectos extractivos y depredadores, el Bierzo tiene la oportunidad de abrazar un futuro en el que la conservación activa sea la piedra angular de su economía y su identidad, permitiendo que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de su inigualable belleza.
La declaración del Círculo de Montañas del Bierzo como Reserva de la Biosfera no solo se comprometería con la conservación local, sino que también contribuiría de manera significativa a los objetivos globales de sostenibilidad. Con su inclusión en la red mundial de Reservas de la Biosfera, el Bierzo podría participar activamente en las estrategias globales para la protección de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático. Además, la colaboración internacional permitiría acceder a recursos y apoyo para el desarrollo de proyectos de conservación y gestión sostenible de sus recursos naturales.
En definitiva, el futuro del Bierzo debe basarse en un modelo de desarrollo que respete su biodiversidad, cultura y patrimonio, al tiempo que se abren nuevas oportunidades para sus habitantes. La declaración como Reserva de la Biosfera es una oportunidad única para asegurar que el Bierzo siga siendo un lugar de vida y de desarrollo en equilibrio con la naturaleza, un modelo para otras regiones del mundo que buscan un futuro más sostenible y justo.
La Transición Justa: Un pilar fundamental para la Reserva de la Biosfera del Círculo de Montañas del Bierzo
En el contexto de la creación de la Reserva de la Biosfera del Círculo de Montañas del Bierzo, el concepto de Transición Justa adquiere un papel fundamental. Este concepto no solo responde a los desafíos ambientales y climáticos globales, sino que también busca garantizar que el proceso de adaptación a un modelo económico más sostenible sea socialmente equitativo y justo para las comunidades locales. Con una comarca marcada por la historia de la minería, la agricultura y la ganadería tradicionales, es esencial que la transición ecológica no se perciba como una amenaza, sino como una oportunidad para transformar el Bierzo en un ejemplo de sostenibilidad y resiliencia.
La Estrategia de Transición Justa, tal como está recogida en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de 2021, establece un marco político clave para llevar a cabo el proceso de transformación hacia una economía baja en carbono. Esta ley subraya la necesidad de diseñar políticas públicas que garanticen un tránsito sin fricciones entre el modelo productivo actual y el futuro, con el objetivo de evitar que las comunidades más vulnerables sufran los efectos negativos de la transición.
Uno de los principios fundamentales de la Transición Justa es maximizar las oportunidades de empleo derivadas de la transición ecológica. El Bierzo, al contar con un entorno natural único, podría beneficiarse enormemente de las políticas de fomento de empleo verde a través de la restauración ecológica, el ecoturismo, la agricultura sostenible y la educación ambiental. La creación de la Reserva de la Biosfera potenciaría estas oportunidades, ofreciendo a la población local empleos vinculados a la protección del medio ambiente, al mismo tiempo que se fomenta una mayor competitividad y cohesión social.
La Transición Justa se enfoca especialmente en los territorios rurales y en los colectivos vulnerables, que pueden estar en riesgo de perder empleo o sufrir el impacto de la transición hacia un modelo más verde. En este sentido, el Círculo de Montañas del Bierzo tiene una gran oportunidad para convertirse en un referente de ruralidad sostenible. Mediante un enfoque integral y coordinado que integre a las administraciones públicas, las entidades locales y los agentes sociales, el Bierzo podría redefinir sus sectores productivos basándose en un desarrollo económico bajo en carbono que no solo respete los valores naturales y culturales de la región, sino que también cree un futuro próspero para las generaciones venideras.
La financiación pública y privada, junto con el respaldo institucional de la Unión Europea y otros organismos internacionales, sería esencial para asegurar que los proyectos vinculados a la Reserva de la Biosfera generen un impacto real en el territorio. Invertir en infraestructuras sostenibles, en la creación de nuevos puestos de trabajo en sectores como el ecoturismo o la gestión forestal, y en el fortalecimiento de la economía circular en la comarca, contribuiría a que la transición hacia un futuro más verde sea tanto justa como beneficiosa para la región.
El concepto de Transición Justa no se limita a ser una mera estrategia económica o ambiental, sino que también refleja un compromiso social con las generaciones actuales y futuras del Bierzo. La creación de la Reserva de la Biosfera del Círculo de Montañas del Bierzo serviría como un modelo de conservación activa que no solo preserva la biodiversidad y los recursos naturales, sino que también promueve un desarrollo económico justo, equitativo e inclusivo, alineado con los principios de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Así, el Círculo de Montañas del Bierzo como Reserva de la Biosfera, respaldado por la Transición Justa, no solo podría enfrentarse con éxito a los retos ambientales del presente, sino también posicionarse como un ejemplo internacional de cómo el avance económico y social pueden ir de la mano con la protección del medio ambiente y la justicia social.