Algo más de cinco años lleva presidiendo la Plataforma por la Sanidad pública del Bierzo y Laciana, en un impulso de mantener este servicio que veía tambalearse en su casa. Quería que su madre pudiera quedarse en ella y ahí consideró importante capitanear una batalla que no pensaba que fuera tan difícil. La situación, en este tiempo, ha ido empeorando y ve que las administraciones solo responden a golpe de movilización. Considera que la situación lo merece y que, si esa es la herramienta para reparar las grietas del sistema, hay que ir a ella.
-La situación actual ha sido solucionar con parches la falta de médicos ¿ha cambiado algo?
-No, solo se han puesto parches. Han venido dos médicos extracomunitarios a Villablino, que no tienen especialidad y que ya están pasando consulta. Han puesto a una enfermera de triaje, sobre la que cae el peso de decidir quién debe ser paciente de médico o quién se puede arreglar con la enfermera. Alivia un poco a los profesionales que hay pero nada más. Con la promesa y el deseo por nuestra parte de que se haga realidad la previsión de que, a finales de marzo lleguen otros dos, pero así seguimos. Los consultorios están abiertos porque hay enfermeras que atienden curas y ese tipo de cosas y dos días a la semana el de Caboalles, dos el de Villaseca y uno el de Palacios atienden por la tarde unas horas con las consultas de rebosamiento, que son profesionales de otras áreas que vienen a hacer horas extra. Eso no soluciona nada. Aquí hay 12 plazas de médicos que están sin cubrir pero que son necesarias para prestar atención a la ciudadanía. Todo lo demás no nos sirve.
-Y la Junta, ante esto, ¿qué hace?, porque han solicitado reuniones pero no sé si ahora hay silencio por su parte…
-Lo que tenemos es silencio exactamente. Hemos reiterado la petición de una reunión con el consejero. Sabemos que tiene un problema de salud, pero le hemos pedido que nos de una respuesta en algún sentido y no hemos recibido absolutamente nada. Por parte de la Gerencia del Bierzo se nos dice que la disposición es buena y que están buscando, pero que no hay médicos. Vamos, lo de siempre. Ante eso ¿qué hacemos? La Plataforma entiende que no hay disposición de solucionarlo desde hace años. Nos hartamos de decirlo. En concreto, en Villablino, con la Marcha Blanca, se solucionó la falta de médicos, porque nos trajeron cinco pero luego se fueron seis en el concurso de traslados. Entendemos que no se está haciendo nada por hacer que las plazas resulten atractivas, con un plan específico para zonas de difícil cobertura. Ya hablamos de todas estas cosas y no se ha trabajado en eso. Han tenido dos años y no se ha hecho nada. Ahora se han ido y ahora venimos con lamentaciones de que no hay médicos y que ¿de dónde los sacamos? Entendemos que no se ha hecho nada, es lo que nos dicen los datos.
-Y ¿por qué cree que no están trabajando por resolver el problema? Porque la situación del Bierzo es caótica en la merma de plantillas y evoluciona a peor, según los sindicatos…
-Me pregunto lo mismo. A mí me gustaría que hubiera un pacto de Estado en el que se blindara la sanidad por encima de todo y se trabajara en una sanidad pública y gratuita, pero, no sé por qué, no se hace. Molesta cuando se dice que la sanidad es una cuestión política y vemos que sí lo es. Las decisiones políticas son las que hacen que estemos de una forma o de otra. La gestión política que se hace de la sanidad y que se quiere hacer es encaminarse a hacer de ella un negocio. Cuando la sanidad se convierte en un negocio, perdemos los ciudadanos. Mientras no cambiemos eso y todos entendamos que necesitamos un sistema sanitario público, gratuito, de calidad y nos unamos para empezar a trabajar desde ahí, nos dirán que no hay médicos. Pero están en la sanidad privada, eso ¿no quiere decir que es cuestión de dinero? Por eso creo que no hay voluntad de solucionarlo.
-Esa falta de intención ¿hacia dónde avanza?, porque el gobierno sigue en las mismas manos, con el respaldo social de los votantes y parece que la sociedad tampoco se levanta…
-La gente está aletargada, resignada, como diciendo qué le vamos a hacer. Es algo que no entiendo. No sé si no llega el mensaje, no analizan la situación o no entienden lo que está pasando. Tal vez haya miedo de decir palabras que hieren, como cuando dices que se está muriendo la gente por falta de atención o que faltan diagnósticos que llevan a desenlaces fatales y eso es una realidad. No todo el mundo se puede pagar una consulta privada. Los seguros médicos que nos están metiendo por los ojos no llegan a todo. Mientras tienes salud te funcionan, pero cuando tienes un problema serio se desentienden de tí porque eso les va a costar dinero y es su negocio. Te derivan a la pública. Pero no sé por qué la gente no acaba de escuchar este mensaje. La gente sigue sin entender quién tiene las capacidades y la mano para cambiar esto. Son decisiones políticas. Es algo preocupante, pero no nos queda otra que seguir reclamando y denunciando porque no es la mejor situación. Hasta los que tienen un seguro no van a poder solucionar sus problemas si son graves.
-¿Cómo se sienten desde la Plataforma, como algo muy pequeño? Porque son los únicos que encabezan esa lucha frente a sindicatos que solo hablan en procesos electores o profesionales que se callan o pacientes que no denuncian…
-Totalmente. Estamos luchando contra un gigante y nos cuesta agruparnos y que la gente se una. La unión hace la fuerza y la única forma de arreglar esto es estando todos en el mismo barco y remando en la misma dirección, pero cuando nos demos cuenta de esto va a ser tarde. Es una cuestión de vida y muerte y creo que hay que hablar así de claro para que la gente comience a movilizarse. Los sindicatos, partidos políticos, asociaciones deben manifestarse si quieren que un médico les atienda en su zona de vida. Si no lo hacemos, apaga y vámonos.
-¿La situación, vista desde dentro de la Plataforma, es peor de lo que esperaba?
-Sí sí. Desde Laciana el Hospital El Bierzo es nuestra referencia y vemos sus carencias porque es nuestro hospital y nos toca defenderlo. Yo creo que tengo que luchar por mis vecinos y quiero que mi madre siga viviendo aquí, que mis hijas puedan venir, que mis hermanos tengan atención y que mis vecinos puedan ir al médico en su pueblo. Creo que lo más fácil es tirar la toalla y, si todos la tiramos, les hacemos vencedores. Si la gente no tiene lo básico, que es el médico, cómo pueden decir que están tirando por las zonas rurales.
-En este tiempo que ha estado al frente de la Plataforma ¿ha habido alguna mejora o ha empeorado la situación?
-Cuando nos movilizamos hay respuesta, eso está claro, porque la única forma de hacer visibles nuestras protestas es con la reivindicación y dando voz y visibilidad a los problemas. Con la Marcha Blanca conseguimos mejoras. Habían pasado 25 años pidiendo una ambulancia y nos la trajeron. Se retomó el Consejo de Salud que no se reunía desde 2009, el único órgano para saber cómo está esta zona. Nos pusieron un laboratorio de análisis seco y nos compraron un ecógrafo, aunque no nos trajeron profesionales para usarlo. Es cierto que cuando la gente reivindica sus derechos ven que hay que hacer algo porque, pueden callar a uno, pero no a todos. Pero la situación va a peor. Como no tratan el problema y no trabajan en la solución, pues faltan médicos y profesionales. Pasa con la radioterapia en el Bierzo. La de años que llevamos pidiendo el servicio que es tan necesario, y sin embargo, las partidas presupuestarias para ello son de risa. Pero sí se deriva dinero a las concertadas para que tengan ese servicio. No se está trabajando en lo que debería, por eso nos quedamos sin cardiólogos y no hay nunca una noticia de mejora. La situación está empeorando y creo que el problema de Villablino de quedarse sin médicos pasará en breve en Bembibre y en otros municipios. El Hospital El Bierzo advierte de que las jubilaciones le dejarán aún más vacío.
-Habla de radioterapia, que en una década no se ha conseguido abrir en la sanidad pública pero sí se consigue en un año por una empresa privada ¿esto al final respalda al político?
-Claro, porque cuando hablas de la salud de una persona, vas donde te lo solucionen y te da igual. Tienen a su favor que, de lo que hablamos, es de la salud y de la vida de una persona. Si le dan el servicio desde la privada da igual, por eso para ellos es un éxito. Es cuestión de vida y muerte y eso hace que trabajen con ventaja. Entienden que de esta manera bajan las listas de espera. Es un juego sucio que convierte a nuestra sanidad en un negocio para cuatro. Y después, veremos a ver qué hacemos.
-La Plataforma ¿en qué está trabajando ahora mismo para resolver las carencias bercianas y lacianiegas?
-En que esto sea una zona de difícil cobertura, porque nos dicen que a esta zona no quiere venir nadie, ¡qué malos somos los bercianos y lacianiegos! Es increíble que nos digan eso y que no trabajen en un plan específico que convierta esta zona en atractiva, tanto en incentivos económicos como profesionales. Que hagan un estudio y se reúnan con ellos para saber cómo atraerlos. Las clínicas privadas tienen sus consultas llenas, esos profesionales podrían estar en el hospital, si no tuvieran una sobrecarga tan exagerada, si los contratos les dieran una seguridad, si tuvieran una forma de promocionarse… Tal vez ellos sepan más y deberían trabajar en eso y no esperar a que haya zonas que se queden sin médicos. Antes de eso ya tienen que estar trabajando para solucionarlo y que no les pille de sorpresa. Hablamos de salud y lo que quiere el paciente es que le atiendan ya, porque no puede esperar. Los plazos de espera son cada vez más grandes. Eso hace que, cosas sencillas no sean vistas, pero, cuando son cosas complicadas, de qué hablamos. Ha habido desenlaces fatales como un paciente con una lumbalgia que se consulta por teléfono y derivó en un cáncer de pulmón. Se tardó más de un año en tener ese diagnóstico. Cuando se dieron cuenta era tarde. A la gente hay que atenderla ya porque con la salud no se puede jugar ni esperar.
-Supongo que las soluciones a todo esto deben darse ya y para ello ¿qué hacer?
-La única herramienta que nos queda, aparte de reunirnos con quien quiera recibirnos, es preparar movilizaciones con el resto de plataformas. Tenemos que movilizarnos porque es lo único que tenemos y no nos vamos a rendir porque no podemos rendirnos cuando hablamos de salud.