El Hogar del Transeúnte y el Comedor Social de Ponferrada se encuentran en un momento delicado económicamente, según lamentó este jueves el rector de la basílica de la Encina, Antolín de Cela. Los donativos son menores que en los años previos y, por otro lado, no ha llegado la misma cuantía de subvención anual de laJunta de Castilla y León, a lo que hay que sumar la tardanza en la recepción de una cantidad comprometida por Cáritas recaudada en la última colecta navideña.
A causa de estas circunstancias, la parroquia ya ha hecho un ingreso, pues las necesidades son diversas para abonar la Seguridad Social de un par de personas contratadas, el gas, la luz, los gastos de la casa y para adquirir un coche de segunda mano, por ejemplo, puesto que el utilizado actualmente "está a punto de fenecer".
Ubicados en el mismo edificio en la calle El Paraisín de la zona alta de la ciudad, el primero cuenta con 16 camas para personas sin techo y el segundo alimenta a más deochenta ciudadanos. Según explicó de Cela, en estos momentos los táperes son la práctica que más fuerza tiene. Múltiples personas acuden con estos recipientes para que se les sirva la comida que posteriormente se llevan, siempre supervisados por una asistenta social que se fija en dónde va la comida para ver si el aprovechamiento es real y por si acaso fuera vendida posteriormente, aunque esto es más habitual con las botellas de aceite. El perfil de personas que acuden a este servicio es variado: desde personas de Cuba que viven en La Martina hasta otras a las que le da vergüenza comer en el propio Comedor y recurren a los táper. En su mayoría, los beneficiarios son extranjeros.
Así, para poder prestar todos estos servicios, tanto el Hogar del Transeúnte como el Comedor Social "necesitan más recursos" de forma urgente.