El 17 y 18 de abril de 2017 deberían quedar fijados en la memoria de los vecinos y vecinas de Ponferrada como los días de la mayor catástrofe ecológica de nuestra ciudad: el incendio de la Tebaida, que arrasó 3.000 hectáreas de bosque en Bouzas, Manzanedo, Montes y Peñalba, en la parte más querida, simbólica y fundacional: el corazón de la Tebaida berciana. El fuego llegó a estar muy cerca de la Cueva de San Genadio.
Fuimos muchos los que lloramos de pena y rabia; y de entre esos muchos, casi dos mil indignados salimos a la calle el sábado siguiente, 22 de abril, movilizados casi espontáneamente por los grupos ecologistas al grito: «¡Basta de incendios! Tolerancia cero».
«Catástrofe ecológica en la Tebaida berciana –tituló entonces la prensa–. Riada humana contra el fuego». En aquella riada humana no estaba la Alcaldesa de Ponferrada, ni el Consejero de Fomento, que solo fueron al monte quemado a posar para la foto en una repugnante sesión de postureo mediático.
En los meses siguientes hubo más cinismo: muchas promesas de solución inmediata que siguen sin cumplir, año y medio después; y luego, tras el verano, de nuevo el monte abandonado a su suerte: una vez hecha la foto, aparta de mí este molesto cáliz de la Tebaida Negra, que tizna mis delicadas manos.
No fue el fiscal de Ponferrada, ni la Guardia Civil, ni la Alcaldesa ni el Consejero de Fomento quienes tras aquel suceso criminal –un delito de terrorismo ecológico–, acudieron al juzgado de guardia a presentar la mínima denuncia de los hechos. Hubieron de ser la Asociación Forestal de León, Tyto Alba y Bierzo Aire Limpio quienes promovieron y pagaron la acción judicial de su modesto bolsillo, con aportaciones de muchos bercianos recogidas en improvisadas huchas, repartidas por toda la comarca.
Tampoco la Alcaldesa de Ponferrada ni su grupo o grupos de gobierno convocaran un pleno urgente –¿o es que el incendio de 3.000 hectáreas en tu propia casa municipal no es un asunto urgente?–, sino que hubo de ser la sociedad civil la que impulsara un pleno extraordinario, cuya convocatoria no fue fácil y al que la Alcaldesa se resistió como gata panza arriba. Fue Bierzo Aire Limpio quien fraguó aquel pleno, contra una feroz resistencia.
Hubo pleno en Ponferrada, vergonzoso como todos los de esta vergonzosa legislatura, y un simulacro de unidad (tras ponerse de perfil, ante el inevitable triunfo de la moción, al final todos se pusieron mirando para Cuenca); un pleno que en la práctica ha sido inútil por la desidia de los grupos de gobierno y la inercia de los restantes: ha pasado más de un año y casi todas las medidas aprobadas siguen pendientes, empezando por el grupo de Trabajo (¡Que se reunirá quincenalmente!) y la revisión del Plan de Ordenación Integral de los Montes de Ponferrada. Por supuesto, acabaremos esta legislatura sin Plan de Ordenación de Montes. Un insulto.
Sí, amigos y amigas: ante la dejadez y el postureo de nuestras autoridades, Bierzo Aire Limpio presentó denuncia por el incendio de la Tebaida, y solo a rastras el Ayuntamiento de Ponferrada se personó en el juzgado, meses después de haberse acordado por unanimidad en el pleno extraordinario. Tampoco la fiscalía actuó de oficio –como era su obligación legal, en defensa del bien común y persecución del delito–, sino como una rémora pasiva, torpedeando la instrucción, mientras los presuntos culpables se reían del juez y de todos esquivando las citaciones por una nevada. En resumen: la causa fue archivada el pasado 26 de marzo, casi un año después del incendio.
¿Recurrió la Fiscalía en defensa del patrimonio natural del Bierzo? ¿O el Ayuntamiento de Ponferrada, al que han quemado la casa? ¿Lo hizo el Consejero de Fomento, siquiera por hacerse la foto? ¿Tal vez el Instituto de Estudios Bercianos ante la desolación de la Tebaida Negra? No.
Solo Bierzo Aire Limpio y Asfole recurrieron el archivo ante la Audiencia Provincial (el Ayuntamiento y la Junta, in-ca-pa-ces de tomar la iniciativa, se adhirieron a regañadientes); y de nuevo, el Ministerio fiscal se opuso en León, como antes en Ponferrada, demostrando una clamorosa insensibilidad y mucha incompetencia. ¡Hola, Fiscal Especial de Medio Ambiente!
En sendos autos de 23 y 24 de agosto pasado, tres magistrados de la Audiencia Provincial estiman los recursos y ordenan al Juzgado nº 8 de Ponferrada que continúe el procedimiento y practique las diligencias pendientes, como tomar declaración en calidad de investigado a un hermano del presunto autor, o ampliar la investigación.
En conclusión: el crimen forestal de la Tebaida será investigado –y esperamos que resuelto por la Justicia hasta las últimas consecuencias– no gracias a los que están obligados a hacerlo por ley, por su cargo y sueldo, sino gracias a la ciudadanía, gracias al trabajo y a la constancia de Bierzo Aire Limpio, Tyto Alba, A Morteira y Asfole, y al apoyo de cientos de bercianos y bercianas que han contribuido, euro a euro, en sus modestas huchas contra el fuego.
Si fuera por la Alcaldesa, el Consejero de Fomento, el Fiscal y el Juez, la persecución del delito ecológico de la Tebaida estaría ya cerrada y archivada. ¡Viva la impunidad y la madre que os parió! ¡Arriba las ramas!
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