La A-76 sortea el BIC de la Ribeira Sacra pero no evita la 'fuga' presupuestaria

La Xunta ha avalado el trazado actual, pero el vial entre Ponferrada y Ourense ha visto drásticamente recortada su presencia en el borrador de los PGE

A. Cardenal
21/01/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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Cuando parecía que empezaba a despejarse el horizonte de la A-76 tras los ‘nubarrones’ que habían aparecido en las últimas semanas por la posible declaración de la Ribeira Sacra, por la que pasaba la futura autovía entre Ponferrada y Ourense, como Bien de Interés Cultural (BIC); una nueva borrasca provocada por la exigua presencia del proyecto en el borrador de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) pone en riesgo los progresos que se habían producido en los últimos meses.

Los 4.810.620 euros que el Presupuesto de 2018 destinaba a la infraestructura, una reivindicación histórica del noroeste peninsular, en el año 2018 se han quedado en apenas 822.290 euros en este 2019, una reducción de más de un 80% que amenaza con volver a ralentizar la puesta en marcha de una autovía que según las estimaciones de los últimos meses, podía comenzar la construcción de su primer tramo este mismo año.

Las reacciones no se han hecho esperar. Desde el lado gallego, el Partido Popular ha calificado de «sangrante» la inversión prevista para la A-76 y en el berciano han sido los propios socialistas los que han anunciado enmiendas para tratar de que el proyecto no vuelva a caer en el olvido. «Desde el propio partido, a nivel comarcal y provincial, vamos a presentar enmiendas y una tiene que ver con la A-76, para que se tenga en cuenta», aseguró la semana pasada el presidente del Consejo Comarcal, Gerardo Álvarez Courel.

Este nuevo frente se abre menos de un mes después de la polémica por la Ribeira Sacra. Tras el consenso que se había conseguido tanto en el lado berciano como en el gallego, colectivos como la Asociación Boca do Monte han mostrado su desacuerdo con el trazado actual, que discurriría a escasos 200 metros de un yacimiento arqueológico que se encuentra ubicado a 18 kilómetros de A Rúa y a 15 de Quiroga, mientras que a nivel político, desde el Eje Atlántico se estuvo trabajando en una modificación en caso de que el paso por la Ribeira Sacra amenazase el futuro de la autovía.

Ante el conato de crisis, la Xunta ha avalado el trazado. El Gobierno Autonómico, encargado de resolver este tipo de expedientes, defiende el trazado actual y asegura que un futuro BIC «no tendría que afectar en nada a la ejecución de la A-76 por ese tramo». Así lo defiende el delegado de la Xunta en Lugo, José Manuel Balseiro, lo que ayuda a rebajar el nerviosismo ante un inconveniente que amenazaba con volver a dilatar los plazos de una autovía que parecía que estaba dando pasos firmes para dejar de ser una eterna promesa y que en las últimas semanas se está encontrado con demasiados ‘baches’.

Así, según defiende el ejecutivo gallego, no existiría ningún tipo de «impedimento» para que en los espacios declarados como BIC se pudiera llevar a cabo la construcción de una autovía. De hecho, se avala el actual trazado incluso si llegasen a buen puerto los trámites para su declaración como Patrimonio de la Humanidad.

¿Progreso o patrimonio?


La confrontación entre progreso y patrimonio es habitual en este tipo de proyectos. En un país con pasado celta, romano y árabe, la puesta en marcha de grandes infraestructuras cuando no supone el hallazgo de nuevos yacimientos amenaza la conservación de los que ya existen, una disyuntiva que nunca es fácil de sobrellevar.

El pasado mes de junio, en el marco de las obras de la A-60 entre Valladolid y León, la Junta de Castilla y León y la Diputación de León firmaron dos protocolos de colaboración para la conservación y promoción de los yacimientos de la provincia leonesa y, de forma especial, el de Lancia, cuya conservación, según varios colectivos, podía verse amenazada.
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