Según explica la Fiscalía en sus conclusiones provisionales, a la altura del punto kilométrico 15,100 se cruzó con un hombre que estaba haciendo autostop y que le hizo un gesto para pedirle que le llevara. El acusado paró la furgoneta y le dijo que no y el autostopista reaccionó haciendo una ‘peineta’ que también tuvo su respuesta por parte del conductor, que bajó del vehículo y le dio «un fuerte golpe en la cara a mano abierta».
Ya había vuelto a subir a la furgoneta cuando el autostopista tiró una piedra contra la ventanilla, que se rompió. En ese momento –siempre según el fiscal– el acusado le preguntó «a quién rompes tú la furgoneta, hijo de puta, te voy a atropellar y te voy a machacar», arrancó el vehículo, aceleró bruscamente y empezó a moverlo hacia delante y hacia atrás en dirección a donde estaba esta persona, que se escapó por un camino próximo. Lo persiguió a pie mientras le decía «a mí me vas a joder tú la furgoneta, puto yonqui, hijo de puta, cabrón de mierda» y cuando llegó a su altura le dio «un fuerte golpe en la cara que le hizo caer al suelo boca abajo, donde el acusado siguió golpeándole con gran violencia mediante fuertes patadas y/o puñetazos tanto a nivel del cráneo y de la cara como a nivel del costado izquierdo y la región abdominal, llegando incluso a sujetarle fuertemente del cuello».
Como consecuencia de la «gran violencia» de esta agresión que describe la Fiscalía en su escrito, el hombre sufrió lesiones intracraneales, en la región lateral izquierda del cuello, la fractura de varias costillas del hemitórax izquierdo y la rotura del bazo. Murió «en un breve periodo de tiempo» por un shock traumático con un importante componente hemorrágico. Él, por su parte,«no llegó a agredir en ningún momento» al conductor.
"Estado de embriaguez severo"
Antes de su fallecimiento, según figura en el escrito, el hombre había consumido «grandes cantidades de alcohol, que supondrían un estado de embriaguez severo (3,02 gramos por litro de alcohol en sangre), incluso compatible con el coma etílico». Igualmente, el hombre seguía tratamiento para la deshabituación del consumo de sustancias estupefacientes, lo que hizo que estos medicamentos, al ser mezclados con el alcohol que había ingerido, potenciaran el efecto depresor del sistema nervioso central y que se encontrara momentos antes de su muerte en un estado de «gran afectación de sus capacidades psicofísicas». Tenía, por lo tanto, una «escasa o nula capacidad para defenderse», expone el fiscal. Porsu parte, el acusado «no está diagnosticado de ninguna patología mental ni presenta alteración psicopática alguna, siendo capaz de comprender la ilicitud de los hechos y de actuar de acuerdo» a ello.Para el fiscal los hechos son constitutivos de un delito de homicidio en el que concurre la circunstancia agravante de abuso de superioridad debido al estado de «embriaguez severa» que presentaba, por lo que pide para el acusado 15 años de cárcel. Además, le reclama en concepto de responsabilidad civil que indemnice a la madre del fallecido en la cantidad de 70.600 euros, a su única hermana en 18.897 euros y a su hijo en 33.000 euros.
El acusado fue detenido en la misma fecha en la que se produjeron los hechos y se encuentra en el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas por ello desde un par de días después, el 8 de mayo de 2020. En el documento presentado por la Fiscalía se recoge también que el acusado cuenta con antecedentes penales cancelables al haber sido condenado en 2010 y 2014 por dos delitos de conducción de vehículos a motor bajo de influencia de bebidas alcohólicas. Además, tiene otros antecedentes penales –también no computables para este procedimiento a efectos de reincidencia– por haber sido condenado por la Audiencia Provincial en 2017 por dos delitos de lesiones agravadas con instrumento peligroso. Igualmente, fue condenado en 2018 por el Juzgado de lo Penal 1 de Ponferrada por la comisión de un delito de amenaza.