La acción conjunta de los insectos y las afecciones fúngicas afecta a los árboles llegando incluso a matarlos. Es muy común que el insecto ataque a árboles que están enfermos de Fuego bacteriano, pudiéndose dar los dos problemas simultáneamente en el mismo árbol. Este insecto es polífago: ataca a varias especies vegetales. Es frecuente que ataque a los castaños, produciendo los mismos daños que en peral.
Tanto en perales como en castaños, en plantaciones con ataques muy generalizados, es recomendable adoptar medidas que favorezcan un mayor vigor de los árboles, como evitar la aplicación de reguladores del crecimiento o abonar adecuadamente para revitalizar los árboles. Si el foco afecta a pocos árboles, se debe intentar sanearlos durante el invierno, eliminando las ramas afectadas, retirándolas y quemándolas. Cabe destacar que es necesario solicitar autorización a la Junta de Castilla y León para quemar. Asimismo, subrayan la recomendación de quemar la madera afectada, lo cual es fundamental, ya que sólo el fuego puede alcanzar y destruir los insectos que se encuentran profundamente escondidos en sus galerías.
Sistemas de captura
En estas fechas es el momento ideal para instalar trampas para el control de este insecto. Deben colocarse antes del inicio del período de vuelo de dispersión que comienza cuando las temperaturas diurnas empiezan a alcanzar los 20ºC, aproximadamente en febrero o principios de marzo en función de la meteorología. Este sistema puede utilizarse tanto en perales como en castaños.
Las trampas constan de alcohol diluido al 50% que actúa como atrayente, botella de plástico con orificios que permiten que el alcohol se evapore, placa engomada que se colocará alrededor de la botella, y alambre o macarrón para colgar las botellas. También es posible encolar la parte exterior de la botella con goma para trampas. El alcohol debe reponerse a medida que se vaya evaporando, y las placas (o las botellas encoladas) deben ser sustituidas cuando estén muy sucias o la cola muy reseca. Así, los Xyleborus ya no quedan pegados en ellas. Es recomendable colocar 8 trampas por hectárea para reducir los daños a niveles económicamente aceptables.