La oposición de los podólogos no pone en peligro la implantación del grado en Ponferrada

El rector, García Marín, asegura que la ULE solo busca su "colaboración" y reitera que el campus de Ponferrada contará con una clínica cuando se requiera

A. Cardenal
14/06/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Francisco Marín, en el centro de la imagen, ayer en Ponferrada. | A.C.
Francisco Marín, en el centro de la imagen, ayer en Ponferrada. | A.C.
Esta misma semana el Colegio de Podólogos de Castilla y León publicó los resultados de una encuesta realizada entre sus colegiados que reveló una oposición casi unánime esgrimiendo, como principales motivos, que el campus de Ponferrada en el que se implementarán los nuevos estudios no cuenta con una clínica podológica y serán las privadas las que tendrían que asumir las prácticas de los alumnos.

En su visita a Ponferrada este miércoles para presentar un nuevo programa de investigación etnográfica que un grupo de alumnos de la California State University va a desarrollar a lo largo del mes de junio sobre la Guerra Civil, el rector de la Universidad de León, Juan Francisco García Marín, ratificó que la oposición de los profesionales «no compromete el proceso» y defendió que en el momento de que los alumnos comiencen con sus períodos de prácticas, las instalaciones bercianas ya contarán con la clínica. «Claro que ahora no la hay. Durante el primer curso no se necesita y durante el segundo muy poco. Cuando realmente hace falta es en tercer y en cuarto», recordó el rector, que reveló que ya han visitado el campus arquitectos y expertos para evaluar y dar los primeros pasos de un «proyecto definido».

Así, García Marín reiteró que desde la universidad siempre se ha tendido la mano en busca de «colaboración». «No les hemos pedido que nos solucionasen nada», apostilló.

Además, el rector defendió la legalidad del procedimiento y aseguró no entender las insinuaciones sobre «extraños intereses» detrás de la implantación del grado vertidas por el propio Colegio de Podólogos de Castilla y León. «El procedimiento viene de lejos y requiere de unanimidad y de acuerdos entre universidades. Este título ya se aceptó el año pasado y se presentó en 2016 y a partir de ahí se ha hecho una memoria en la que no escribimos lo que queremos, si no que se hace de acuerdo a una documentación y unos trámites muy exigentes», señaló.

Por ello, García Marín defendió que, incluso si finalmente no hay una colaboración de cara a profesores asociados, la ULE buscará otras opciones.


Una puerta a nuevos programas


Respecto al proyecto de investigación de alumnos americanos sobre la Guerra Civil española, el rector defendió que este tipo de colaboraciones son importantes porque «abren una puerta» de cara a la implantación de nuevos programas, lo que supone una «ventana de oportunidad» para la llegada de nuevos alumnos e investigadores a la capital berciana o estudiantes que puedan realizar trabajos en California.
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