La pasión por el juguete antiguo vive en Torre

El plástico sepultó aquellos juguetes artesanales que su padre vendía desde el Bazar Correos de Torre del Bierzo. Fue entonces cuando Manuel Fernández decidió iniciar los 40 años que lleva como coleccionista de esos artefactos que le llamaban la atención "sabía que había que conservarlos", dice. Por eso, cuando en 1983 su padre recibió una oferta para comprar todos los restos que le habían quedado en su tienda de ultramarinos, Fernández escogió hacerse con ellos.

Y desde entonces ha atesorado unos 500 juguetes, cada uno con sus peculiaridades, aunque se queda con uno, las cartas a los Reyes Magos que su padre editó hace 70 años, una para niños y otra para niñas, y de las que ha donado algunas a otros museos.

Ahora ha seleccionado 160 piezas para exponer, hasta finales de febrero, en la sede del Instituto de Estudios Bercianos, entidad a la que pertenece y de la que es vicetesorero en la actualidad.

Fernández reconoce que su colección es modesta, que guarda en casa y solo saca para exponer como ha hecho en Salamanca, La Bañeza o León, aunque es la mayor del Bierzo y tal vez de la provincia, pero dice mucho de la historia "los juguetes hablan de las modas y del futuro", asegura. Por eso quiere que su colección siga creciendo y lo ha hecho ya con pequeñas adquisiciones e intercambios "siempre buscando el matiz" de las piezas.

Le llama la atención el reciclaje en el que se pensaba en los juguetes que se adquirían en los años 20, cuando empiezan las que tiene. Algunos de esos juguetes llevan el Bierzo en vena como los cromos que sacaba la casa de chocolates local La Mina o un bote de plástico que reza "perdiz en escabeche de Ponferrada". Todo un mundo que puede verse de 10 a 14 horas y de 17 a 21 en la sede del IEB -excepto en las fiestas navideñas-.