La ULE actuará de "vigilante ambiental" y monitorizará las emisiones de Cosmos

La compañía está convencida de que la valorización de neumáticos no es negativa y ha encargado un estudio para analizar el entorno / Las primeras conclusiones revelan que las instalaciones están preparadas

A. Cardenal
14/12/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Presentación del estudio sobre el uso de neumáticos en la producción de la planta de Toral de los Vados. | C. SÁNCHEZ (ICAL)
Presentación del estudio sobre el uso de neumáticos en la producción de la planta de Toral de los Vados. | C. SÁNCHEZ (ICAL)
“Nunca vamos a hacer nada que ponga el riesgo a trabajadores, vecinos o al sector agroalimentario del Bierzo”. Así de rotundo se mostró el director de la planta de Cementos Cosmos en Toral de los Vados, Jaime Santoalla, que presentó este jueves en la Cámara de Comercio de Ponferrada el estudio ambiental en el que han estado trabajando profesionales de la Universidad de León (ULE) y que ha tenido como objetivo comprobar que la actividad de la cementera no supone un perjuicio a nivel ambiental.

Y es que la fábrica va a comenzar la tramitación de la autorización para la utilización de neumáticos fuera de uso como combustible, un proceso que responde a la intención de la empresa de adentrarse en las premisas de la economía circular haciendo “un uso eficiente de los recursos”. “De esta manera se logra reducir la factura energética mientras se colabora con la reducción de los combustibles fósiles”, explican.

En cualquier caso, conscientes de la concienciación que existe en la comarca y de las polémicas que siempre acompañan a este tipo de cambios, la fábrica ha apostado por la transparencia ha encargado un estudio que en sus primeras conclusiones ha determinado que la instalación, en la que se han invertido 12 millones de euros en los últimos cuatro años para aumentar su eficiencia y sostenibilidad, se encuentra preparada y sería apta para la valorización de neumáticos fuera de uso ya que cumple que lo establecido en el Real Decreto que hace referencia a los requisitos técnicos que se deben cumplir y también con las directivas europeas de emisiones industriales, que han catalogado los neumáticos al final de su vida útil como residuos no peligrosos.

Ahora, el estudio aborda una nueva etapa, que es la de ejercer de “vigilante ambiental”, tal y como explicó el coordinador del estudio elaborado por el Laboratorio de Inspección Técnica de la Escuela de Minas (Litem) de la ULE, Jorge Cara, y controlar los niveles y los índices de las muestras recogidas y la pureza energética del aire a través de líquenes que se han transplantado de los Ancares a Toral y cuya evolución permitirá mostrar si el funcionamiento de la fábrica supone un perjuicio.

En ello está trabajando el profesor de botánica Arsenio Terrón, que revela que tras el transplante de ejemplares que se llevó a cabo el pasado verano, los cambios experimentados por los líquenes han sido “estadísticamente insignificantes”, pero que serán una buena muestra para evaluar el impacto que supone la valorización de neumáticos, que con este estudio ha dado un “primer paso”, según avanzó el director de la fábrica, Jaime Santoalla, pero cuya puesta en marcha podría demorarse hasta un año, ya que ahora comenzarán a elaborar proyecto para solicitar la modificación de su autorización ambiental.
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