"Las autoridades lo están apostando todo a un suicidio colectivo en el Bierzo"

A Morteira reflexiona sobre la errática política de progreso que ha marcado a una comarca a la que le toca seguir defendiéndose del modelo calcado al del carbón, ahora con las eólicas

Mar Iglesias
12/04/2021
 Actualizado a 12/04/2021
Zona en la que se pretende abrir uno de los parques eólicos en Barjas. :: L.N.C.
Zona en la que se pretende abrir uno de los parques eólicos en Barjas. :: L.N.C.
El portavoz del grupo ecologista de A Morteira, Toño Nespral, tiene claro que el camino de futuro que se está buscando para el Bierzo no es el correcto, algo de lo que marca su reflexión con la nueva publicación que ha editado este grupo titulada ‘Sabios paisajes’y dedicada a recoger la utopía, tal vez no tanta, de la vuelta al campo. Nespral llega a concebir la «apuesta» de las autoridades a un «suicido colectivo» que se está haciendo patente y del que este libro pretende, de alguna manera, hacer reflexionar antes de que se haya soltado la cuerda de un pasado que intenta latir en el presente.

Un Bierzo que fue paisaje y naturaleza, autonomía y que ahora se agarra a criterios inadecuados a su entender. La agricultura «agrocampesina», dice Nespral, está marcada por un Bierzo y sus ciclos, pero se pierde. «Las autoridades invierten en más desproporción y más agresión a la naturaleza», rechaza, en lugar de mirar a «lo tangible», a los recursos naturales. «Lo que quieren hacer es inversiones en eólica, con pocas posibilidades de futuro». Por eso Nespral busca dar la vuelta a ese camino «abogamos por volver a la vida tradicional que el Bierzo tenía», y que pasa por su naturaleza.

La misma voz alza el profesor de la ULE, Alfonso Fernández-Manso, también autor del nuevo libro que considera que viene a recoger lo que está a punto de perderse y que corre el riesgo de no quedar en el recuerdo de ninguna publicación. De «Biblia» de la visión de la naturaleza en las cuatro estaciones del Bierzo a una reivindicación del mundo campesino «que está en los estertores», asegura «hay muchas cosas que se están perdiendo día a día», lamenta. Pero lo que más destaca de la nueva publicación es que habla del drama ecológico de las cinco últimas generaciones, de cómo se ha enfocado el progreso en la zona, de manera desnortada, y se plantea un futuro tal vez a tiempo de reflexionar sobre sí mismo antes de nacer.

En esa reflexión, Fernández-Manso tiene claro que hay que dejar de lado los grandes molinos de viento «aparte de todos los impactos que tiene, entramos en una cultura de la dependencia tras dejar el carbón atrás» y sobre todo nutrirá en exclusiva bolsillos ajenos «generará riqueza para las multinacionales». Considera Fernández-Manso que «sería un desastre continuar con más de lo mismo».

Liberarse del carbón no ha servido para marcar ruta, sino que se persigue la misma política, que vuelve a obviar la identidad berciana. «El Bierzo tiene un drama que son su red de tendidos eléctricos que necesitan conectarse a algo», explica. «Es una dependencia del Bierzo» y eso va acompañado de un «injusto modelo de transición que nos quieren proponer y que no es verde», apunta.

De hecho tiene claro que el modelo de energía eólica limpia del que se habla no tiene nada que ver con el que tenemos en la cabeza como alternativa renovable, sino que la huella de su impacto será un lastre para la comarca. Por eso considera que aún pueden marcarse nuevas líneas de futuro que se basan, sobre todo en «modelos independientes combinando cosas, los recursos naturales funcionan y ser cada vez más independientes en todos los sectores», desde el alimentario hasta el sanitario.

El libro, entonado en un pentagrama de imágenes que pone Isidro Canóniga como nostalgia del pasado berciano y hasta de su presente, viene a abrir una veta de reflexión en un momento clave en el que los vecinos de las poblaciones rurales se rebelan contra los nuevos planteamientos energéticos.

Desde Otero de Toral contra el huerto solar que se pretende poner en uno de sus pinares. Los vecinos rechazan el dinero que llegaría a la Junta Vecinal incluso y algunas agrupaciones ecologistas hablan de variar ese proyecto, que conlleva la tala de los árboles, por un bosque didáctico. En los montes de Barjas, Trabadelo, Villafranca o Cacabelos, se ha levantado la voz contra los inmensos molinos con los que se pretende coser el monte de energía eólica. Una primera marcha conjunta, al lado de los vecinos gallegos que también sufren esa amenaza de macroproyectos, puso luz sobre una negativa a los mismos y en defensa de la tierra.

‘Sabios paisajes’ contribuye a hablar de esa naturaleza y cultura rural que ha dejado paisajes tradicionales, tutelados con conocimientos labriegos que hoy no encajan en lo que se llama progreso. A Morteira trabaja también en el estudio, divulgación y conservación de los árboles, bosques y de la biodiversidad que acogen, así como toda la cultura tradicional «íntimamente ligada a este patrimonio vital. Su principal empeño consiste en estimular la sensibilidad colectiva para favorecer la gestión y conservación de este insustituible legado», explica Fernández-Manso.
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