“Por la orientación y la localización, hay cuatro cuerpos que pensamos que pueden ser los represaliados que buscamos”. Es la buena noticia con la que el historiador, Alejandro Rodríguez, al frente del el equipo técnico de la Asociación científica Sputnik Labrego y de Tempos Arqueólogos, está culminando la segunda fase de los trabajos de exhumación iniciados en el cementerio viejo de Ponferrada dentro del proyecto “Localización, exhumación e identificación de víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura en el antiguo Cementerio del Carmen" subvencionado, en una primera fase, por la FEMP por importe de 22.400 euros y continuado con 18.000 más por parte del Ayuntamiento. Los cuerpos han aparecido, uno boca abajo, otros dos juntos, dos en la zona sexta, llamada de beneficencia y dos más en la parte canónica.
Esos primeros hallazgos dan por buenas sus hipótesis, tras haber realizado un primer intento, en las excavaciones iniciales, en una zona cercana, más lejana a las vías del tren, en la zona llamada de beneficencia, en las que no localizaron a ninguno de los 29 cuerpos represaliados, de una u otra manera, de la Guerra Civil, sobre los que tienen información. La falta de unos planos del cementerio que pudieran dar pistas sobre su localización fue en su contra, pero las excavaciones continuaron un mes más y han comenzado a dar frutos. Eso es lo positivo. Del lado negativo, que la subvención municipal que se puso para ello culmina este viernes y queda mucho trabajo por hacer “nuestra intención es continuar” con los trabajos, apunta Rodríguez.
Para ello requieren, no solo la voluntad del Ayuntamiento, sino también el compromiso de que no se vaya a realizar ninguna construcción sobre ese terreno del campo santo. De hecho, abunda que no dejan de aparecer restos “en todas las sepulturas prácticamente”, lo que deja claro que la monda que se hizo antes de cerrar el cementerio, en los años 80, no fue real. Rodríguez considera que debe hacerse, ahora sí, real y científica “no nos parece humano otra cosa”. De ese modo se rescatarán esos cuerpos ahora y se podrán llevar al cementerio de una manera fehaciente. Eso sí, para ello, se requerirá “mucho tiempo”, avanza “tenemos un área estudiada y queda otra mayor en la que trabajar.
Recordar que el alcalde de Ponferrada, Marco Morala, ha marcado esta zona como la idónea para realizar en ella el nuevo centro de salud de San Antonio. Aunque este estaba proyectado y el Sacyl ya había aprobado hacerlo en el aparcamiento de Obispo Osmundo, el alcalde considera que esta zona sería la adecuada. Que queden restos en el cementerio y que se pretendan continuar las excavaciones podría dar al traste con esa pretensión, aunque la Junta acaba de dar su plácet a esta posibilidad. De hecho, el teniente de Alcalde, Iván Alonso, considera que estos trabajos no dilatarían los tiempos de esas obras y las permitirían, incluso se podrían utilizar los 8 millones que se esperan invertir en ese centro en el tratamiento arqueológico de la misma que se debe hacer para desarrollar el sector urbanístico. Quedan muchos pasos por dar, reconoce, pero también advierte que será una obra de calado.
Sí asegura que su pretensión es dar continuidad a las excavaciones, aunque otra partida municipal para ellas "será complicado". Su intención, como ya ha manifestado al Gobierno, es pedir una nueva ayuda con la que se pueda continuar "tal vez con el trabajo de laboratorio", para definir la identidad de estos primeros cuerpos encontrados.
Ahora, la antropóloga deberá estudiar los restos encontrados para ver si casan con los estudios sobre los represaliados con los que contaban en un inicio “pero sabemos que estamos en el buen camino”, dice Rodríguez.
Mientras, las excavaciones se abren a una visita guiada para dar cuenta de lo que se está haciendo en ellas a la sociedad y explicar la importancia de este cementerio construido originalmente en la primera mitad del siglo XIX y que fue clausurado en 1965, trasladándose posteriormente gran parte de los restos al nuevo cementerio de la ciudad. A partir de 1980 el viejo cementerio fue destruido y soterrado, aunque ahora se sabe que quedaron cuerpos en él.