Los comedores escolares: la clave para la conciliación de 1.600 familias en el Bierzo

La Junta gestiona 23 centros en la comarca tras la incorporación en septiembre del CRA de Cubillos / Ligero aumento en el número de usuarios con respecto al pasado curso

D. Aldonza
01/11/2015
 Actualizado a 10/09/2019
Varios niños utilizan el comedor escolar en un centro público, en una imagen de archivo. | Ical
Varios niños utilizan el comedor escolar en un centro público, en una imagen de archivo. | Ical
El curso escolar ha comenzado con un ligero aumento en el número de alumnos que utilizan el comedor de los colegios públicos de la comarca. Según datos de la Dirección Provincial de Educación, hay en el Bierzo un total de 23 comedores escolares a los que se estima que acudan regularmente alrededor de 1.600 niños al día. Unas cifras muy similares a las de los últimos años, cuando aproximadamente dos de cada diez niños utilizaron este servicio que se ha convertido en una importante baza para conciliar la vida familiar y laboral. La novedad de este curso es la apertura del comedor en el CRA de Cubillos del Sil, que era una antigua reivindicación del Ayuntamiento.

Padres y madres que trabajan fuera de casa, abuelos que viven lejos. Los cambios en el estilo de vida han propiciado que cada vez sean más las familias que utilizan este recurso educativo que gestiona la Junta de Castilla y León y que se ha convertido para muchos en una ayuda esencial en el día a día.

En el cómputo global de la provincia, la administración autonómica desembolsa anualmente alrededor de 3,6 millones de euros para costear los gastos de los 97 comedores escolares de León, que reciben de lunes a viernes a un total de 6.746 niños entre el segundo ciclo de Educación Infantil y Educación Primaria. Unos datos que superan en 200 alumnos a los del pasado curso escolar, cuando utilizaron este servicio6.570 alumnos.

La crisis y las dificultades económicas de un creciente número de núcleos familiares en los últimos años también han contribuido a engrosar la lista de los niños que comen el colegio. En una época en la que se han multiplicado las asociaciones que reparten alimentos, ropa o juguetes entre las familias con menos recursos del Bierzo, también las administraciones públicas han desarrollado canales de ayuda con el fin de que todos los menores puedan seguir una dieta equilibrada durante su etapa de crecimiento.

A medida que los comedores han ido recibiendo más usuarios, también han aumentado las ayudas, de manera que la Junta invirtió el pasado curso 1,3 millones de euros en costear estas becas que llegaron a 2035 alumnos. Unas ayudas que permiten reducir el importe del menú escolar, según los ingresos, desde un 50% y hasta la gratuidad total.

Reciben una bonificación del 100% del coste del comedor las familias que cobran hasta el 50% del Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples (Iprem), los alumnos que se encuentren en situación de acogimiento o los que pertenezcan a familias numerosas de categoría especial. La reducción del 75% será para los que obtengan ingresos que no excedan el 100% del Iprem y la del 50% para los que no excedan en cómputo anual de 2 veces el Iprem y para los alumnos de familia numerosa de categoría general.

Unas ayudas que pintan bien sobre el papel, pero que desde el sindicato de enseñanza Anpe han tachado, en algunos casos, de no ajustarse a la realidad de las familias. Según la legislación, la documentación necesaria para pedir una de estas becas se corresponde con los datos fiscales del período impostivo inmediatamente anterior (con plazo de presentación vencido) a la presentación de la solicitud.

A este respecto, el coordinador de Anpe en el Bierzo, Salvador Pérez, considera que «el hecho de que las ayudas se basen en los ingresos del año anterior puede provocar que se niegue la beca a una familia que se haya quedado sin ingresos».

El precio es de 4,14 euros para los usuarios habituales y de 4,39 euros para los esporádicos. Otro de los puntos clave del comedor es la flexibilidad. Las familias pueden reservar plaza, anular el menú de uno o varios días a través de Internet (www. jcyl.es) o del teléfono 012. En la misma aplicación, se puede solicitar una dieta adaptada para el alumno, el uso esporádico del servicio o incluso demandar la factura mensual o rectificar cualquier error.

Una serie de ventajas que han ido desarrollándose en los últimos años a medida que comer en el colegio se ha convertido en una rutina cada vez más frecuente para muchos niños en la comarca del Bierzo.

Las dos lecturas de la carta de menús


La creciente preocupación sobre la necesidad de que los más pequeños sigan una dieta equilibrada durante la etapa de crecimiento ha repercutido en la elaboración de los menús de los comedores escolares de los centros públicos del Bierzo. Fuentes internas de la Junta de Castilla y León informan de que la administración aprueba la oferta alimenticia siguiendo el criterio del departamento de nutrición de la empresa adjudicataria de este servicio en la comarca berciana, el grupo De Celis.

«Son expertos en nutrición y dietética y además participa un tecnólogo de los alimentos», recalcan desde la institución autonómica al asegurar que los niños que comen en el colegio siguen una dieta «saludable, variada y atractiva». Asimismo, en los casos que sea necesario, es posible confeccionar los menús para usuarios con necesidades alimenticias específicas.

Los menús tienen una rotación trimestral en función de la estacionalidad de los alimentos y, según destacan, se fomenta el consumo de «variedad de frutas y verduras y de cereales integrales». De esta manera, el menú de la comida está escrupulosamente medido para que suponga entre el 30 y el 35% de las necesidades diarias de energía y nutrientes de los escolares, de forma que contiene un 15% de proteínas, alrededor del 50% de hidratos de carbono y entre un 30 y un 35% de lípidos.

Sin embargo, la dieta no convence a los sindicatos. Es el caso de Anpe Bierzo que asegura que pese a que «los menús cumplen los requisitos sanitarios, «son más saludables sobre el papel que en la práctica». El coordinador de Anpe en la comarca, Salvador Pérez, denuncia así una merma en la calidad del servicio en los últimos años con un «abuso de comida precocinada».

«Antes el colegio gestionaba la compra, se adquirían los alimentos frescos en la zona y un cocinero los preparaba en el día en el propio centro», recuerda Pérez, quien considera que desde que la comida no se prepara en el colegio la relación calidad-precio ha caído en picado. «Ahora, lo único que se hace es recalentar la comida», protesta

El sindicalista advierte de que la supuesta dieta equilibrada tiene algunas trampas. «El plato puede ser una merluza que es pescado y un alimento muy sano, pero después se sirve rebozada y empapada en aceite», alega.

En cualquier caso, desde la Junta insisten en que para la elaboración de los menús se tienen en cuenta las recomendaciones de la Guía de la Alimentación de la Sociedad Española de Nutrición o la Guía Alimentaria para los Comedores Escolares de Castilla y León, así como los consejos de la Federación de Asociaciones de Enfermedad Celiaca o la Asociación Española de Alérgicos a Alimentos.

Un debate sin resolver, pero que levanta ampollas entre las muchas familias que utilizan este servicio a diario con la preocupación de que sus hijos sigan una correcta alimentación.
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