Mari Ángeles Castro, Virgen consagrada: "La sociedad está tomando unos caminos equivocados"

Es la única que ostenta este cargo en León y, desde él, pide, en el programa "Entre Nosotras" de Cope Bierzo un nuevo enfoque social hacia los valores humanos, quitando fuerza a lo material

30/05/2024
 Actualizado a 30/05/2024
Entrevista en Cope Bierzo con Mari Ángeles Castro, en el medio de la imagen y Nuria González y Mar Iglesias.
Entrevista en Cope Bierzo con Mari Ángeles Castro, en el medio de la imagen y Nuria González y Mar Iglesias.

Mari Ángeles Castro es la primera Virgen consagrada de la provincia de León, un cargo que suena a nuevo o a demasiado viejo, pero sobre todo, que resulta muy desconocido. Castro explicó los pormenores del cargo que ahora representa y la responsabilidad que conlleva en una nueva entrevista del programa de Cope Bierzo “Entre Nosotras”, con Nuria González, Esther Peñalba y Mar Iglesias.

Castro explicó que una Virgen consagrada es “una mujer que siente una llamada de Dios y que siente que tiene que consagrarse en cuerpo y alma a él” y decide hacerlo dentro de este cargo. Es una especie de monja, aclara “lo que cambia es que la forma de vida es diferente, porque nosotras podemos seguir ejerciendo nuestra profesión”, y no están por debajo de una superiora ni viven en comunidad. En lo que se refiere a oración y servicio a la iglesia sí coinciden, asegura.

Ella escogió este camino y no el de monja, que resulta más común, por su situación familiar “yo podía seguir sirviendo a Dios pero haciéndolo compatible con mi vida familiar. La salud de mi madre siempre ha sido delicada y he tenido que acompañarla. Soy su cuidadora y, de esta manera, mi sueño era consagrarme a Dios y he podido hacer las dos cosas”.

Llegó a este cargo, que entiende que sea desconocido, porque tampoco ella había escuchado nada sobre él. Fue en un cursillo de Cristiandad que hizo hace siete años cuando escuchó algo sobre ello de boca del vicario, Javier Gay. “Me impactó bastante y me pareció que podía encajar con mi forma de vida. Empecé a reflexionar sobre esa idea y tome una decisión que comuniqué a nuestro Obispo”. Es catequista de adultos y de niños, secretaria de la Cofradía del Santo Ecce Homo, celebradora de la Palabra, como ayuda al párroco cuando no puede celebrar misa “no es una misa, pero permite leer la Palabra de Dios y administrar el sacramento de la Sacristía, consagrado por el sacerdote”.

Reconoce que todo requiere una preparación. Ella, con casi 54 años tenía que iniciar una formación de entre tres y cinco años. Consideraba que eso retrasaría el proceso, pero consiguió esa formación espiritual y teológica e incluso antropológica “es una formación personal y académica”. “Después comencé Ciencias Religiosas y he acabado el primer curso”, dice.  

Su forma de vida le empuja a vivir con la sociedad “es una misión que tenemos” y el camino que ve que lleva esa sociedad “ha cambiado mucho”. Considera que la vida y el mundo “es un don de Dios que tenemos que agradecer y que cuidar, que hay personas maravillosas, pero está tomando unos caminos equivocados que no van a ir a ningún sitio o que pueden llegar al precipicio. Se han invertido los valores y se ha colocado en los primeros puestos de la escala la búsqueda del poder, del prestigio personal y se abandonan otros como la caridad o el amor al prójimo”. Lamenta que el hombre acabe por convertirse “en su ser frío, materialista y egoísta”.

La Virgen consagrada pide una reflexión sobre ello “porque todo lo material se va a quedar aquí y va a ser como un sueño”. Considera que a veces se ve la religión como algo ilusorio, pero cree que es al contrario “lo que se va a esfumar es lo material por lo que algunos luchan incansablemente y no les va a servir de nada y a veces con el coste de abandonar los principios básicos de la persona”. Lo que va a quedar “son nuestras buenas obras, el amor a los demás y lo que hayamos hecho por construir el Reino de Dios, un mundo mejor en el que pensemos en los demás y hacer un mundo de paz, amor y de justicia”.

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