Los ganaderos bercianos volverán a tener en Toreno el único matadero de la zona que, hace casi dos meses, cerraba sus puertas tras la detección de irregularidades de la concesionaria, tanto en cuanto a los pagos a la seguridad social y al canon municipal como en cuanto a licencias sanitarias. Los ganaderos, durante este tiempo, están teniendo que desplazarse a mataderos como el de Astorga o León, puesto que no hay ninguno más cerca y eso aseguran que supone un coste a mayores que se carga sobre ellos.
El Ayuntamiento ha esperado a que la subrogación entre empresas pudiera hacerse, para lo que se necesitaba que las deudas quedaran saldadas. Es más, el problema inicial era definir en qué manos estaba el matadero, puesto que la propiedad era de la empresaMataderos de Toreno y se había complicado. De inicio, los dueños eran Fernando de Sousa y María Mercedes Arias, que fueron condenados por la Audiencia Nacional, tras descubrirse que sacrificaban y vendían carne de caballo en mal estado.
Finalmente, la empresa que se subroga al anterior contrato, Servicios Alimentarios del Sil, ha conseguido presentar toda la documentación, y el Ayuntamiento ha hecho sus deberes "dijimos que haríamos un pleno extraordinario cuando lo tuvieran", dice el regidor, Vicente Mirón, para acelerar los trámites y poner en marcha, de nuevo, ese servicio. Además, el alcalde dio cuenta de este paso a la Junta, con el fin de que esta administración también procediera al control sanitario pertinente para dar luz verde a la reapertura del matadero "la empresa está interesada en abrir pronto", apunta, y resolver la situación de los ganaderos bercianos.
Mirón desconoce los plazos que eso pudiera llevar, pero asegura que, por parte del Ayuntamiento "administrativamente ya podría abrirse". Y lo haría con el contrato que tenía anteriormente "que es a lo que nos hemos comprometido", aunque solo sea el pago de un canon de 50 euros al mes, lo que supone 600 euros anuales.
La deuda acumulada a la que ha tenido que hacer frente la concesionaria superaba los 20.000 euros, contraída por la anterior gestora. El matadero tenía tres trabajadores pero quedaba solo uno y contaba con deudas importantes, pese a que el canon municipal es bajo. Tampoco había abonado los impuestos de vehículos o alcantarillado y tenía también deudas contraídas con la seguridad social. “Teníamos una ONG, no un matadero”, dice el regidor, cuya pretensión con el cierre fue intentar "que la deuda no engordara" y recuperar el servicio conforme a la norma, algo que podría realizarse en las próximas semanas y que ahora está en el tejado de la Junta.