"Muchos no saben ni dónde está Corea y lo que pretendo es que vean que hay un mundo más allá"

Aroa Vega, licenciada en Estudios de Asia Oriental por la Universidad de Salamanca y autora de la exposición artística «La sinfonía de los trazos»

12/08/2024
 Actualizado a 12/08/2024
Aroa Vega en la sede de La Nueva Crónica en el Bierzo.  | MAR IGLESIAS
Aroa Vega en la sede de La Nueva Crónica en el Bierzo. | MAR IGLESIAS

Cumple 26 años y ya es Licenciada en Estudios de Asia Oriental por la Universidad de Salamanca, algo poco usual, reconoce, pero a lo que le llevó obligada su pasión por el K pop. De hecho ella había elegido Psicología para trazar su futuro, y, en medio del camino, vio que su puzzle personal tenía otro encaje con apellido coreano. Eso le acercó a una cultura de la que solo tenía referencias musicales y le llevó a Seúl, a pulir el idioma y a zambullirse hasta la médula de lo que representa esa Corea del Sur a la que quiere volver. Ahora le toca contarlo a los de dentro, a un Bierzo en el que ha empezado a hablar de Corea desde los dibujos que la música le ha abierto. Son “La sinfonía de los trazos”, les llama, medio centenar de creaciones, la mayoría retratos de los cantantes que fueron atando su futuro a Corea. Las estrellas del K pop, las que siguen siendo su referente. Su muestra sigue en el MARCA de Cacabelos y puede que después itinere por otras zonas. Lo que no se plantea es cambiar el objeto sus cuadros. Cuando pinta, si no lo hace por encargo, tiene que inmortalizar a las estrellas coreanas.

-Es licenciada en Estudios de Asia Oriental en Salamanca ¿por qué escogió esa titulación?

-Me empezó a gustar la cultura coreana primero por el K pop. Empecé escuchando la música, después empecé a investigar y a ver series coreanas y pensé en qué podía hacer para irme a Corea. Había empezado a hacer la carrera de Psicología pero no me llenaba y me cambié. Descubrí una carrera que era relativamente nueva. Primero estaban con japonés y chino, pero el coreano lo habían añadido nuevo. Probé y me quedé los cuatro años. Estudié coreano y también japonés, a un nivel más básico. Al acabar la carrera me fui a Corea un año, estudiando en una escuela para extranjeros para mejorar el idioma. Allí conocí más su cultura.

-¿Qué es lo que te atrajo de esa música de inicio?

-Es muy diferente a escuchar otro tipo de música porque, en este caso, no es solo la música. Hay muchas cosas juntas. Los álbumes tienen una historia que te van contando. Las letras, porque buscamos las traducciones o estudiamos coreano para entenderlo, te hacen sentirte identificado con ellas. Y los bailes, si te gustan, siempre tienen coreografías. Es todo muy complejo pero te motiva ver cómo esas personas trabajan tan duro para sacar ese trabajo. Y piensas que tú también tienes que trabajar duro para cumplir tus sueños. Por eso me gusta todo lo que conlleva esa música. Me gustan los propios artistas y sus mensajes positivos.

-Y acceder a este tipo de música, de principio, aunque con un teléfono se puede llegar a todos los lugares…¿era difícil?

-Cuando empecé a hacerme fanática del K pop fue en 2011 o 2012, con unos 15 años y lo descubrí por el youtube. Ahora es aún más fácil porque, después del covid inventaron una forma de hacer conciertos on line y podías verlos pagando igual que si los fueras a ver. Eso lo siguen haciendo. Hay mucho más acceso, pero nunca me costó acceder.

-Una vez conquistada por la música, decide que su vida esté enfocada a este mundo. Una vez que se pone a estudiarlo ¿Qué le siguió conquistando?

-Tienes que tener pasión por la cultura asiática. No solo de Corea, porque también estudiamos historia de Asia Oriental en general, y por los idiomas, que además no son fáciles. Tienes que querer estudiarlo.

-Una vez que acaba la carrera , viaja a Seúl a la universidad ¿ qué tal esa experiencia, era como esperaba?

-Sí, allí solo estudiábamos coreano todo el rato. Solo había extranjeros en ese curso de todos los países, Irán, Francia, China, Japón… De España éramos cuatro, también de Latinoamérica. Todo el tiempo hablábamos en coreano, que al final era el idioma común que teníamos. Es divertido porque conoces mucho de otras culturas.

-Es una cultura totalmente distinta ¿algo le sorprendió para mal?

-Hay choques siempre. En los transportes públicos ellos van totalmente callados y una vez me mandaron callar. Tampoco tienen sobremesa después de comer y no hay postre después de comer. No hay terrazas para tomarte una cerveza. A ellos les gustan las cafeterías. Yo conocía algo de la cultura y entonces no me produjo tanto choque.

-¿Y para bien?

-Trabajan mucho pero no sé si eso llega a ser bueno o malo, porque a veces creo que es demasiado. Algo bueno que tienen es que respetan mucho a sus mayores. Incluso en el idioma tienen formas de hablar más formales con ellos. Pero lo que más me gustaba era la música y poder ver a los cantantes que me gustan. Allí puedes ir a los programas de televisión a los que van y grabas con ellos como público si ganas un sorteo, pero aquí eso es imposible. Y muchas veces hacen reuniones en los parques con los fan en abierto. Yo fui a verlos muchas veces. Y para eso tienes que saber coreano.

 

-Ahora vuelve de Seúl pero ¿qué perspectivas tiene?

-Quería volver a trabajar allí pero es difícil, sobre todo si eres extranjero porque prefieren darle trabajo a los residentes. A los extranjeros, si eres nativo de inglés, sí te quieren para dar clases de inglés, pero el resto es más difícil. Es cuestión ahora de ir buscando. De momento me quedo en el Bierzo.

 

-¿Dónde se aúna el arte a la música y decide pintar dando forma a esa música como muestra en su exposición en el MARCA?

-Desde pequeña me ha gustado mucho pintar. Primero gatitos y animales, después personas. Y empecé a dibujar a los artistas que me gustaban. Lo que hago es copiar sus fotografías, primero lo hacía en blanco y negro, con un lápiz normal, haciendo los matices de luces. Después a color. Después me empezaron a hacer encargos.

 

-Llama la atención la fusión que ha querido hacer con olores y con texturas en la muestra…

-Sí, hemos puesto plantas, como el hibisco, que es la planta de Corea del Sur. Hay música K pop de fondo. Quiero que estén todos los sentidos incluidos. La idea de los olores no pudimos realizarla, porque tal vez era muy fuerte. También acompañan frases en los cuadros, con letras de canciones de los grupos del dibujo. Aparecen en coreano, español e inglés por si pasan peregrinos. Y he colocado detalles  muy pequeños esperando que la gente se fije en ellos.

 

-Es acercar a la gente a la cultura de Corea del Sur ¿ve mucho desconocimiento de ello?

-Cuando me empezó a gustar nadie sabía que era el K pop y ahora se ha hecho más popular y también las series. Pero hay mucha gente que no lo conoce. Muchos no saben ni donde está Corea o me dicen “será la del sur”. Lo que pretendo es que vean que hay un mundo más allá.

 

-La exposición está en pleno camino de Santiago y, en los últimos años hay mucho peregrino de esa zona ¿sabe por qué es así?

-En Corea el cristianismo se está haciendo muy popular, pero a un nivel más exagerado  que el nuestro. La mayoría son budistas y los cristianos son muy cristianos, casi de secta. Creo que hay universidades cristianas que, si hacen el camino, les premian con becas, por eso están tan implicados con esto. Les gusta mucho el senderismo. Allí lo hacen mucho.

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