El Obispado se plantea la posibilidad de replicar la idea de abrir un museo de arte sacro como el que espera tener Ponferrada en las pedanías, con el fin de recuperar su patrimonio, darle seguridad y servir también como plantel expositivo que pueda engordar el turismo en esas zonas necesitadas de salidas económicas. Así lo planteaba el Obispo de Astorga, Jesús Fernández, hace unas semanas, al hablar del Museo que se creará en la Basílica de la Encina. Un proyecto que ya tiene encaje y que cuenta con una inversión, a cargo de fondos europeos, de 3.166.466 euros, concedida por la Junta de Castilla y León. Ese dinero costeará el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino que incluye la creación de este museo de arte sacro en la Sacristía Mayor de la Basílica de la Encina y un mirador panorámico desde su torre.
El consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, explicó, al dar a conocer el plan que, en dos años se verá su desarrollo, aunque el plan es de 2023 a 2026.
En concreto, las inversiones para estos dos proyectos superan el medio millón de euros el primer año, algo menos el resto, y a ellas se unen otras en relación con el casco antiguo, con digitalización o adaptación al cambio climático del parque de la Concordia, o un corredor ecológico por el puente de Celso López Gavela.
Incluyen en total 11 actuaciones, pero, de ellas destaca esa puesta en valor del patrimonio religioso que también servirá como plataforma para dar seguridad a piezas que, en alguna ocasión han sido robadas, y que tienen un valor histórico de calado.
El museo pretende exponer todo el patrimonio del Bierzo y se enmarca en un recinto del siglo XVIII, la Sacristía Mayor y sus anexos que serán adecuados para ello. La torre permitirá una vista de 360 grados de toda la comarca «y tendrá un impacto turístico, creando un recorrido conjunto". El Plan será «puntero en Castilla y León», destacaba Marco Morala en la presentación del mismo.
El Obispo de Astorga, Jesús Fernández, apuntó que ambas estructuras nuevas religiosas resultarán útiles para «conocer nuestra historia y dinamizar la ciudad, como se hizo en 2007 con las Edades del Hombre», que ahora vuelven a la comarca, en este caso a Villafranca del Bierzo, donde llevan activas desde el 12 de junio.
Pero el año de las Edades el Hombre en Ponferrada fue un año para conocer el patrimonio sacro propio y también un momento de contabilizar robos. Lo peor es que no se pudieron recuperar las piezas ni conocer a los autores.En ese año conmocionó la desaparición de la lápida fundacional de Santa Cruz de Montes. Ese fue uno de los seis robos contabilizados, los otros también en espacios rurales y muy separados de entornos urbanos, lo que les hacía especialmente vulnerables a la exposición a la enajenación. Es el ejemplo del robo en la iglesia de Yebra, que, en este caso, sí fue clave para desmantelar una banda de delincuentes que actuaban más allá del Bierzo.
También se llevaron las tablas hispano flamencas de San Martín de los Barrios, del siglo XV donde, curiosamente, se llevaron el sistema de megafonía. Y hubo aún más robos. De la iglesia parroquial de Cariseda en el valle de Fornela, se llevaron una talla de gran valor de San Luis Rey de Francia, que databa del siglo XV y del XVII además de dos misales del siglo XVII. Eran ladrones que iban a por esas piezas en concreto, porque no se llevaron nada más.
Y de la iglesia de Santa María de Vizbayo en Otero de Ponferrada, se llevaron una valiosa imagen de San Benito, otra del Niño Jesús de Praga, además de algunas joyas y objetos de culto. También se produjo un robo en la ermita de San Pablo de Orellán. De allí se llevaron una talla de la Virgen del Carmen.