Navidad con Alison en el recuerdo

Se llamaba Alison Martínez y era ciega. Nació con su hermano gemelo y a los seis años comenzó a tener problemas serios de riñón que la obligaron a tener que arrastrar un proceso de diálisis mientras que los médicos del Hospital del Bierzo valoraban la posibilidad de realizarle un trasplante pulmonar y de riñón.Pero el frágil cuerpo de la pequeña no pudo soportar más y falleció «luchamos mucho pero no pudimos hacer nada», lamenta la jefa del Servicio de Pediatría Ana Lucía Martínez. Lo único que han podido hacer es mirar al cielo y dedicarle a la pequeña la primera gala navideña que convocaron para los niños ingresados en el centro y aquellos que pertenecen al área de salud beciana. Todos compartieron la música de la agrupación Vida y festejaron el concurso de postales.Una decena de niños participaron en él, que tuvo como ganadora la realizada por Marina López, aunque también Daniel Dios, de 5 años, tuvo un premio especial. El dibujo de Marina será la imagen de la felicitación navideña de la Gerencia.

El servicio de Pediatría cuenta con diez ingresos en estas fechas, aunque tres de ellos han sido enviados a sus casas para disfrutar de las navidades.El resto podrán compartir la Nochebuena en el hospital con sus padres, para que el peso de la enfermedad sea más pequeño que el de la celebración. Ana Lucía Martínez reconoce que funciona ofrecerles actividades «porque para los padres es un sufrimiento añadido y no queremos que sea así para los niños», dice.
Este año han nacido en el Hospital 700 niños y se han registrado más de mil ingresos. Son cifras que se mantienen parecidas a las del año anterior «no hay mucha variación», dice Martínez. La sección tiene «altos y bajos» durante todo el año.

Las cumbres las representan las infecciones «como catarros o diarreas», poco peligrosas.
En los «valles» reconoce Martínez que es donde están el peligro «parece que está todo bien y de repente surge algún tumor o leucemia».

En las celebraciones se presentan esos «valles» en muchas ocasiones que no traen buenas noticias. Pero lo habitual es que los pequeños consigan salir de su enfermedad y que el trabajo de los médicos merezca la pena.