Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina , el Obispo de Astorga, Jesús Fernández González tenía que protagonizar una charla en el espacio Entre Nosotras, en los micrófonos de Cope Bierzo en colaboración con La Nueva Crónica, con Nuria González, Mar Iglesias y Esther Peñalba.
Lo hacía hablando de esperanzas, las que pone monseñor en el avance de la iglesia con las nuevas Unidades Pastorales y en la llegada de Las Edades del Hombre a Villafranca, dos ejes de trabajo en los que ahora está inmerso.
Ahora llega la Semana Santa y, su gran riqueza para el obispo es que "nos identifica con Jesús en la subida a la Cruz y en la alegría de la Resurreción. La historia de amor que se vivió por el Señor hace dos mil años es lo que le da sentido a esta semana que cada año se repite", dijo. Y en ese estímulo de fe, ha habido voces que piden una reflexión sobre primarla por encima del turismo, algo que pidió el nuncio del Papa, que ofició el Pregón en Ponferrada, Bernardito Auza, y el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, que lo hizo en León "no nos molesta convivir, porque entendemos que el turismo es una riqueza para las poblaciones y nuestro deseo es que también la gente viva bien", aseguró, pero sí pretende "potenciar lo más valioso" buscando "que se valore el sentido de la verdad única" que puede estar "desfigurada precisamente por ese envoltorio tan escénico" y que se oculte la belleza interior, apunta.
Sí asume que faltan vocaciones para poder cubrir las necesidades eclesiásticas de todos los pueblos. En Semana Santa, esa carencia es más importante "cuando más se nota es en el verano, cuando se celebran las fiestas patronales y ahora, en Semana Santa". Las nuevas estructuras de Unidades Pastorales están siendo un bastón para paliar esta situación "tratamos de compartir espacios de esas zonas", dice. Monseñor anima a que la gente que participa con las celebraciones en domingo, pueda hacer sus actos de devoción popular propios "son preciosos momentos para hacer suya esa historia de amor de la que hablamos".
Pese a esa falta de vocaciones, el obispo asegura que los seminarios no corren peligro. Tal vez sí su estructura actual, puesto que solo hay tres seminaristas en Astorga "son muy pocos teniendo en cuenta los párrocos que se jubilan o fallecen anualmente". Esa reestructuración pasaría por un cambio que urge el Vaticano "concentrando comunidades más significativas, lo cual quiere decir que tal vez tengamos que movernos a otro espacio formativo. No se cierra el seminario pero van a concentrarse muchos, sobre todo de la parte norte de España", augura.
Sobre su nuevo cargo como presidente de la Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal Española, el obispo lo afronta "con ilusión y con un poco de preocupación porque requiere tiempo y, la verdad, es que no tengo mucho". No supone llevar muchos departamentos, reconoce "me corresponde la coordinación y la presencia en la comisión permanente de la conferencia "es más trabajo pero ilusionante por hacerlo en un campo significativo de nuestra iglesia", dijo.
Más trabajo aún con la llegada de Las Edades del Hombre a Villafranca, algo que aprecia especialmente "es muy hermoso. Lo hemos vivido en Astorga y en la Diócesis de León y vemos que tiene un gran alcance y potencialidad. Le empuja también el deseo de los villafranquinos, que quieren que la cita comience ya "para mí es un honor poder tenerla y poder enseñar la belleza de nuestros elementos artísticos y de nuestra fe, en último término a los que nos visitan". No hay fecha de apertura de Las Edades pero, tras la Semana Santa, asegura que se darán los detalles sobre el comisario de la muestra y la organización de la misma.
El obispo destaca el empuje peregrino de la diócesis. De hecho, a finales de abril se ha organizado la ruta mariana del sur, y las plazas están agotadas "estamos en una diócesis peregirna que agota las plazas" cuando hay experiencias "para ir juntos", reconoce. Es peregrina y con una fe especial esta Diócesis, que estrena una Cofradía en San Ignacio, con una nueva imagen, la Virgen del Amor. Eso también abre la puerta a la esperanza, aunque el obispo subraya que "no soy pesimista sobre la vivencia de la fe". Sí reconoce que en las últimas décadas ha bajado la práctica religiosa, incluso después de la pandemia pero "los que permanecen se encuentran más fortalecidos". Por eso incide en la formación integral de esas personas "y hay elementos como este, de creación de Cofradías, que lo demuestran". Y también por la cantidad de seguidores de la Escuela Diocesana de Evangelizadores en las Unidades Pastorales, en las que hay más de 400 personas formándose. Son elementos positivos que el obispo valora, como también que Ponferrada haya incluído en su patrimonio artístico una escultura destinada al cofrade Lambrión Chupacandiles, que, cada año, se anticipa a la Semana Santa para anunciarla con su campana de mano centenaria por las calles de la ciudad.