Planeta Bierzo: La aventura de Xardón en la naturaleza

Por Valentín Carrera

03/09/2018
 Actualizado a 18/09/2019
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Necesitamos pedagogía. Está (casi) todo por hacer. En materia de machismos, por ejemplo, o de recuperar la llamada memoria histórica —quizás mejor recuperar la memoria, sin más—, o en ecología y defensa de la naturaleza. Está (casi) todo por hacer. Necesitamos mucha pedagogía.

Por eso tenemos que recibir con los ojos abiertos y los brazos de par en par las nuevas aventuras del duendecillo Xardón por los montes, valles y ríos del Bierzo, porque, si es importante hacer pedagogía con los adultos enganchados al wasap —muchos ya irrecuperables, con los micro plásticos disueltos en su ADN—, más necesario y urgente es educar a las nuevas generaciones y estimular su temprana sensibilidad ambiental. Como hicieron cuando éramos niños Cousteau, Félix Rodríguez de la Fuente o, más próximo en el tiempo, su discípulo Joaquín Araujo, amantes de la naturaleza que abrieron bosques y caminos predicando con el ejemplo.

Siguiendo la estela de los naturalistas clásicos, la joven periodista y escritora Diana Martínez Díez ha vuelto a hacerlo: ¡Dar en la diana!, y de nuevo en la fértil y divertida compañía de Lolo —José Manuel Redondo García—, con quien venimos sembrando afectos desde hace treinta años: Lolo fue quien nos hizo la mejor caricatura a Anxo Cabada y a mí en nuestro primer viaje a caballo por El Bierzo en 1988.

Diana y Lolo publicaron en 2017 el libro ‘¡Menudo Bierzo! La historia de la comarca en un viaje de cuento’, donde el duende Xardón cuenta a los niños y niñas la historia del Bierzo, desde Las Médulas a los graptolitos de Salas de la Ribera, pasando por las pinturas prehistóricas de Sésamo o la cultura castreña. Y vuelven ahora los autores a la carga con un libro magnífico que espero los padres y madres del Bierzo regalen a sus hijos e hijas en cada cumpleaños, en cada santo y en cada noche de Reyes. Porque nos hace mucha falta.

‘Planeta Bierzo: La aventura de Xardón en la naturaleza’ [Los libros de La Nueva Crónica, 2018], es una declaración de amor a la naturaleza, escrita e ilustrada para el público infantil con sensibilidad, con humor amable y con claridad didáctica, que es de lo que se trata. Xardón —en dialecto bercianote sería Xardoninín y si fuera chica, Encinina—, tiene ojos de guaje espabilado, orejas de elfo ancarés y viste polainas y gorrito verde, como corresponde a un duende ecologista, que vive con el topillo Caroco en el interior de un tronco hueco, quizás de un castaño centenario en algún soto secreto de Ancares. Jugando con las palabras —caroco es el nombre del topo y el tronco hueco del árbol en berciano—, Xardón y Caroco empiezan su aventura en la cumbre más alta del Bierzo, el pico Valdeiglesias (2.136 metros), en la sierra de Gistredo, donde abunda la gistra o xistra, y la xanzana o genciana de flores amarillas y sabor amargo. El viaje sigue por el Pico Tuerto, la Aquiana o Guiana, nido de águilas, y acaba, monte arriba, en la sierra de la Lastra. La segunda aventura es cuesta abajo, o río abajo, por las corrientes de agua y vida, explicando a los niños —y a los que no somos tan pequeños, pero nos gustaría seguir siendo niños— con un lenguaje sencillo curiosidades como los 341.000.000.000 de litros de agua embalsados en el pantano de Bárcena, «¡Trescientos cuarenta y un mil millones de litros de agua!», añade la autora para nuestra sorpresa, y el pillín de Xardón se ríe, cabalgando a lomos de una fantástica carpa, o trucha de la especie Loliense, vaya usted a saber.

Los capítulos siguientes se dedican a los minerales, los tesoros bajo tierra, ya sea oro, hierro o carbón; a las plantas y bosques, «los pulmones del Bierzo», a sus árboles centenarios, «los abuelines del bosque», les llama Diana cariñosamente, y Lolo dibuja un abuelo bondadoso, con su cachava y su nariz de Pinocho. Los animales del bosque, los hongos y setas —»un mundo que parece magia»— o los cultivos de la frondosa huerta, tan ricos y nutritivos. Todo va siendo narrado de modo amable y muy bien documentado, con rigor periodístico, tan necesario en estos tiempos de crónica rosa y gualda.

Pero les he dicho que Xardón y Caroco son ecologistas, y por eso este blog celebra su presencia entre nosotros, y espero que en todos los colegios del Bierzo: los necesitamos para defender las zonas protegidas, «paraísos para cuidar», y para enfrentarse a los enemigos de la naturaleza, como la contaminación y los incendios forestales: «El ser humano —escribe Diana Martínez Díaz— utiliza la naturaleza como un espacio propio, a veces sin darse cuenta de los efectos que eso puede tener para el resto de los seres vivos a los que ya no les hemos dejado casi terrenos libres. Hay que tener claro que nuestra comarca del Bierzo, nuestro entorno más cercano, pero también todo el planeta, es la casa de todos y debemos siempre cuidarla al máximo para que no se desmorone».

Ese es el trabajo que hacen incansables Xardón y Caroco, y también Lolo y Diana al regalarnos este recorrido por el Planeta Bierzo: una lectura recomendable para niños y niñas, que convendría a los mayores. Necesitamos mucha pedagogía. Está todo por hacer. ¡Arriba las ramas!
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