El poder nos consulta pero no nos dice a dónde vamos

Carlos Macías Castro , plataforma vecinal en contra de los cambios en el transporte público de Ponferrada
20/02/2025
 Actualizado a 20/02/2025
Carlos Macías entregando las firmas en contra de los cambios en el transporte urbano.
Carlos Macías entregando las firmas en contra de los cambios en el transporte urbano.

Hace unos días, el Ayuntamiento de Ponferrada lanzó un cuestionario para conocer la opinión de sus vecinos en los próximos proyectos municipales. Entre otras «buenas intenciones», destaca que presuman de compromiso con el desarrollo urbano sostenible.

En un ataque de inspiración democrática, el alcalde Marco Morala nos sondea sobre cuestiones que a la mayoría nos parecen banales. ¿Qué nos importa si se pinta el castillo de rosa o de verde? Nos importa más aquello que repercute en nuestras vidas. ¿Acaso se nos ha preguntado sobre el servicio de autobuses de Ponferrada? No.

No se ha consultado a la ciudadanía sobre un aspecto tan importante que va a condicionar nuestra movilidad. Los políticos se llenan la boca con palabras como «sostenibilidad», esa palabra maldita que se ha hecho impopular por el abuso de ella, y luego actúan de forma diametralmente opuesta a como dicen pretender actuar. Tal sería, en concreto, el caso de la Agenda Urbana de Ponferrada.

Esto ya no es una cuestión de izquierdas y derechas, de PSOE y PP, esto es una cuestión de lo público y lo privado, que entran en colisión. Se acaba de convocar una huelga de conductores de transporte público en León y este servicio parece que se recorta de año en año. Resultado: muchas personas optaran por la movilidad privada, con su propio automóvil. Quienes se mueven con su automóvil, sólo dependen de poder seguir llenando su depósito de combustible, pero no dependen de terceras personas. Quienes no se mueven en automóvil, sí dependen de las decisiones y la voluntad de otros agentes implicados en el transporte colectivo, público o privado, como conductores, sindicatos, empresas y gobiernos que puedan llegar a un buen contrato limitado por sus presupuestos. Las personas usuarias de estos servicios están a merced de los acuerdos a que lleguen esas partes, sin poder a penas influir.

Si de verdad los políticos quieren una movilidad más sostenible energéticamente, deberían apostar y potenciar más el transporte colectivo, autobuses y trenes, en lugar de destruir el transporte público y favorecer más la movilidad en automóvil, simplemente por buscar una reducción del consumo de energía total. España ha pasado del máximo de disponibilidad de energía, con 6 millones de Tj* en 2007, al entorno de 4,5 millones de Tj en la actualidad, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. Es una caída significativa del total de energía de qué puede disponer el país. Y sigue bajando. Caminamos, pues, hacia un declive de la energía disponible y, por tanto, a una crisis energética. La energía es la que sostiene toda la economía y, desde 2007, se podría decir que nuestra economía ha estado en decrecimiento, a pesar de lo que digan los políticos... y los economistas. Ya no es tan importante que se pueda producir una fractura social entre quienes tienen automóvil y se mueven con él y quienes se mueven en transporte colectivo. Es más importante aún el hecho de que, de seguir así, en este país se va a pasar hambre. Más aún de la que pueda ya estar pasando una parte de la población.
* 1 Tj, 1 terajulio = 1012 j, 1 billón de julios ; julio, unidad de energía del Sistema Internacional de Pesos y Medidas.

Carlos Macías, portavoz de los vecinos contra del cambio horario del transporte público

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