Por el alcornocal de Cabañas

Es el micológico otoño el mejor periodo para visitar el alcornocal, que veremos muy hociqueado por el jabalí mientras el arrendajo, el guardián del bosque, anuncia nuestra presencia con su ruidoso y asustadizo graznido

Francisco A. Ferrero.
02/01/2017
 Actualizado a 10/11/2021
Imagen del paisaje del arcornocal.
Imagen del paisaje del arcornocal.
Resultará extraño que una ruta de senderismo parta de un polígono industrial, pero así es. En ocasiones, algunos santuarios naturales están en el borde de lugares muy intervenidos por la mano del hombre. El macropolígono de El Bayo, gestionado por la Junta de Castilla y León,está situado en los municipios de Ponferrada y Cubillos del Sil, lindando con el término municipal de Cabañas Raras. Comenzó su andadura en el año 2007 y estaba previsto que constituyera uno de los motores económicos del Bierzo al ocupar casi 225 hectáreas, el de mayor tamaño de la provincia. Sin embargo, a semejanza de otros muchos polígonos industriales, se trata de un polígono vacío; la crisis ha afectado a su crecimiento y le falta todavía mucho recorrido hasta alcanzar las expectativas previstas.

El inicio de este fácil recorrido empieza en las inmediaciones del circuito de karting de Cabañas Raras, anexo al polígono industrial. Desde Ponferrada, distante a unos 10 kilómetros, hay que tomar la vía rápida Ponferrada-Toreno (C-631) y abandonarla a la altura de la rotonda del kilómetro 8 en dirección al macropolígono industrial de El Bayo, siguiendo, a continuación, los letreros indicadores que nos conducen al circuito de karting. El camino cruza longitudinalmente el polígono industrial y posteriormente discurre paralelo por la margen izquierda del canal bajo del Bierzo. Llegando a la altura del circuito, hay que cruzar el canal de riego y avanzar unos 300 m por una buena pista de tierra hasta alcanzar un cruce de caminos en el paraje del Malladal, donde podemos aparcar e iniciar el recorrido pedestre siguiendo el itinerario indicado en el plano adjunto a esta ruta.Previo a la realización de la misma, sería conveniente informarse de lo que vamos a ver en la conocida como Cabaña de la Naturaleza. Una cabaña de madera, de unos 140 m2 de superficie, construida por el Ayuntamiento de Cabañas Raras para promocionar los valores ecológicos de su municipio. Está situada al oeste, al final del polígono industrial, y visible desde la carretera que nos conduce a Cabañas Raras. Normalmente está cerrada, por lo que habría que ponerse previamente en contacto con el Ayuntamiento para poderla visitar.

Desde el Malladal, el ancho camino, orlado por esbeltos robles y algunos alcornoques, discurre por la cara oeste de las sobrelevaciones del Alto de Bouza y El Valle Falso. Una vez rebasadas una pequeña granja vallada pastoreada por animales domésticos y un circuito de ‘paintball’, nos topamos con un gran letrero explicativo de la ruta. Desde aquí hay que coger un sendero desvaído a nuestra izquierda, flanquedado de carteles explicativos sobre la flora y fauna que podremos observar durante el recorrido,y que nos conduce de nuevo al ancho camino principal. El itinerario continua a través de un monte de aspecto adehesado, trazado sobre un suelo ocre que parece corresponder a una antigua terraza fluvial, hasta alcanzar el paraje de la Fuente del Ciervo; un área recreativa entre grandes alcornoques inaugurada en el año 2005 y cuya fuente ya ha dejado de manar. El camino continua ascendente hasta el paraje de Los Agüeros en lo alto del Valle Falso, donde cogeremos un camino a nuestra izquierda, marcado por una ancha poza donde suele embadurnarse el jabalí, que nos conduce, en continuo descenso, al Valle Falso, el corazón del alcornocal. Aquí podremos ver la parte más interesante del recorrido, donde es más patente el predominio de viejos alcornoques sobre otras especies arbóreas.

El alcornocal de Cabañas Raras, con unas 100 ha de superficie, pasa por el más extenso de la comarca del Bierzo y de la provincia. Este alcornocal, junto con el de Cobrana, se encuentran en buen estado de conservación, observándose una expansión de la especie por regeneración natural. Constituye, además, una magnífica representación de bosque mediterráneo termófilo en llanura. Una de las singulares más destacables de este alcornocal, donde radica su mayor importancia ecológica, es la presencia del mismo sobre un clima que no es muy favorable para el desarrollo de esta especie, y su convivencia con árboles de climas fríos, más propios para el desarrollo del roble y el castaño. Aquí, y de manera inusual, la jara convive con el brezo y el alcornoque con castaños y robles, acompañado con otros de su misma apetencia como los madroños y las encinas. Todo ello dota a este territorio de una gran biodiversidad.

España, con alrededor de 5.000 km2 (cerca del 1% de su superficie) dedicado al cultivo del alcornoque, ocupa, tras Portugal, el segundo puesto a nivel mundial en superficie dedicada a este cultivo. Las principales poblaciones se concentran en el suroeste de España (Andalucía Occidental y Extremadura) y Noreste de Cataluña (Gerona). Además de estas dos áreas predominantes, aparecen áreas diseminadas por toda la geografía española. La mayoría de las manchas o rodales de alcornoque de la comarca del Bierzo se encuentran hacia el oeste, en el límite con Galicia. Algunos autores sostienen que los alcornoques leoneses son árboles que dan continuidad a los de la provincia de Orense y aprovechan el ‘clima mediterráneo’que puede ‘fluir’ a través de las cuencas de los ríos Sil y Cabrera, que actúan suavizando las temperaturas. La mayor parte de las masas significativas de los alcornocales bercianos se encentran en los municipios de Cabañas Raras, Congosto, Carucedo, Molinaseca y Benuza (Pombriego-Santalavilla) en altitudes comprendidas entre los 450 a 700 metros, a excepción de los rodales más altos que se encuentran sobre la falda sur de los Montes Aquilianos.
El alcornoque mediterráneo tiene por nombre científico Quercus suber.El estudio toponímico del término latino “suber”o del árabe ‘sufre/zufre’ lleva a determinar que el alcornoque pudo estar mucho más extendido que en la actualidad en la comarca del Bierzo. Así las localidades y topónimos bercianos de Sobredo, Valle de Sofredo, Zufreiral, Zofreral,Sufreiral, Sufredo están relacionadas con la presencia de este árbol en nuestro territorio en el pasado. La mano del hombre, favoreciendo el cultivo del castaño, de gran arraigo en el Bierzo al ser base alimenticia durante generaciones, ha perjudicado tradicionalmente al alcornoque, del que sólo se obtenían paños cilíndricos para las antiguas colmenas, conocidos como «cortizos» en Sanabria o «trobos» en Galicia, y tapones de diferentes tamaños para las vasijas.

La importancia económica del alcornoque radica en su gruesa corteza, el corcho. Un material con propiedades aislantes, y de difícil combustión, lo que también protege al árbol contra los incendios. El corcho parece ser fruto de la evolución de la especie para la protección contra el fuego,frecuentes en los climas de veranos tan secos donde tiene predominancia esta especie. El corcho es un producto, hoy por hoy insustituible, que una vez cocido, sirve para hacer tapones de los vinos de calidad. Se separa del árbol cada 10 años, aproximadamente, lo que constituye un trabajo eminentemente manual, realizado con un hacha de filo especial que permite hacer palanca para despejar la corteza del tronco, evitando dañar la capa madre del árbol, por donde corre la sabia y a partir de la cual se regeneran las nuevas cortezas de corcho. Hay que sacar la corcha o pana entera, evitando que ésta se fragmente o desmorone. No obstante, del alcornoque se aprovecha todo: las leñas de las podas, operación necesaria para aumentar tanto la producción de corcho como de su fruto, la bellota; ha sido empleado tradicionalmente como combustible tanto en bruto como en forma de carbón vegetal; la bellota es unos de los alimentos básicos del cerdo ibérico y jabalí, y puede, además, dar hasta tres cosechas al año (desde septiembre a enero). Pero los alcornocales también presentan un gran valor ecológico, pues actúan como zonas de refugio y cría de numerosas especies de aves, protección contra los incendios, y motor de biodiversidad. Prueba de ello es que este bosque maduro, en la parte subterránea del mismo, ocupada por sus raíces, contiene una gran diversidad de especies micológicas.

Una vez abandonamos en Valle Falso, siguiendo el itinerario de la ruta, alcanzamos de nuevo el camino que, por la cumbrera, separa las plantaciones de pino que circundan el alcornocal. Desde aquí, después de hacer una breve parada en el mirador oeste, se continúa por una pista cortafuegos, señalada en el plano guía, hasta el cerro del Tesón, desde donde se desciende entre pinos laricios hasta alcanzar la llanada donde se proyecta el polígono industrial. Desde aquí se sigue un camino rectilíneo, inicialmente paralelo al trazado de una línea eléctrica, hasta adentrase, sin abandonar el camino más marcado, en el monte adehesado que nos conduce al ancho camino del inicio de la ruta.
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