Desde entonces, su posible regreso haestado latente y suena con más fuerza que nunca con las elecciones a la Junta Local que se celebrarán el próximo 27 de enero.
Aníbal Merayo, que fue uno de los ediles no adscritos junto a Folgueral, ha presentado su candidatura a la secretaría general que ya ostentó entre 2009 y 2012 y ya ha dejado entrever que dejaría en manos de la asamblea su regreso. Así, en caso de victoria, no sería de extrañar que la asamblea estuviese de acuerdo con la vuelta del ex alcalde, aunque no lo tendría tan fácil.
Y es que según documentación a la que ha tenido acceso este periódico, la ejecutiva autonómica y la ejecutiva federal siguen sin ver con buenos ojos este movimiento y cierran la puerta del actual portavoz de USE Bierzo y de los que abandonar la nave socialista.
Así, las elecciones podrían volver a representar una fractura en una formación que esta misma legislatura ya ha cambiado de portavoz –Ángela Marqués acompaña a Merayo en su candidatura– y que podría volver a agrandarse en caso de victoria del grupo crítico y una nueva negativa desde la cúpula.
La primera fue en aquella polémica moción de censura. Entonces el Ayuntamiento de Ponferrada estaba dividido en tres grupos: PP con doce concejales, PSOE con ocho e IAP, el partido de Álvarez, con cinco.
Las cuentas estaban claras: un acuerdo entre IAP y PSOE dejaba al PP en la oposición. Tras las negociaciones, unos y otros encontraron la fórmula: Samuel Folgueral, entonces líder de los socialistas en Ponferrada, asumiría la alcaldía con el apoyo de IAP y la dimisión de Álvarez, una propuesta que se encontró en el último minuto con la oposición de la cúpula del PSOE, que en un primer momento sí había dado su visto bueno, lo que no echó atrás ni a Folgueral ni a su grupo municipal, que siguió adelante formando equipo de Gobierno como independientes.
El ‘lunar’ popular dividió el PSOE
La reaparición de Ismael Álvarez en la vida política berciana tras la denuncia por acoso de la edil popular Nevenka Fernández volvió a colocar a Ponferrada en el foco mediático y dio comienzo a un terremoto que siete años después sigue teniendo réplicas.
Paradójicamente, su regreso, que amenazaba con la estabilidad del Partido Popular, terminó siendo un cataclismo en el PSOE y creó una división que todavía existe y ha castigado a los socialistas en las elecciones.
Y es que Samuel Folgueral, bajo las siglas de USE Bierzo, logró en las elecciones municipales de 2015 solo 700 votos y un concejal menos que los socialistas, pero las rencillas entre ambas formaciones, pese a sus semejanzas a nivel ideológico, terminaron con el PP recuperando la alcaldía.