Las señales evidentes de que existe una evolución en el clima deberían poner en aviso a todos para cambiar comportamientos absurdos , impuestos por el afán de vender productos y de consumir desaforadamente, además de exigir unos conocimientos básicos que el ciudadano normal debería adquirir en su preparación más elemental y en eso la responsabilidad de los que manejan los hilos de la Administración es flagrante y grave.
Sólo hay dos caminos a contemplar para comprender que la Naturaleza muestra todo su poderío. Han existido cambios en el clima y en las condiciones de vida de nuestro planeta que son inexorables y que no existe solución posible por parte del endiosamiento del ser humano que se empeña en reconducir la energía del planeta que habitamos, no nos olvidemos, con el fin de obtener siempre un rendimiento exclusivo para determinadas élites.
Por otra parte se encuentran los que creen que el ser humano está destrozando el planeta que habita porque su incuria le lleva a vivir entre montones de basuras que ,de momento ,expulsa hacia otros reinos de la naturaleza pero que ésta le devuelve con ira cuando menos lo espera. El aire contaminado, el agujero de ozono, el afán de construcción de grandes ciudades, la invasión de los campos, los residuos industriales invadiendo los ríos y por supuesto los océanos ,los incendios con fines criminales y ambición urbanística y explotación agrícola desmesurada sin control, la extinción de especies vegetales y animales, así como el basurero espacial que se está formando en el espacio exterior, hacen suponer que el ser humano está afectado por un virus de idiocia jamás conocido.
Causa hilaridad cuando los «microfonistas del cambio» realizan reportajes sobre el terreno cuando nieva y se asombran de que haya gentes viviendo en la zona y les hacen preguntas como de qué viven y cómo se las arreglan para habitar allí. Los lugareños, habituados a las inclemencias y a ser previsores, les enseñan sus casas acondicionadas para el suceso y sus despensas repletas de buenas chacinas y alimentos, todos ellos de la zona objeto del reportaje, provocando queel alarmismo y la falta de información auténtica que deben realizar los medios quede en agua de borrajas.
El mismo caso sucede cuando se trata de ofrecer el ambiente de las playas, pero… entrar en la cuestión de fondo con espíritu de formación del ciudadano no se hace por si se levanta la liebre de la inquietud, la cancelación de reservas y el consumo del diésel que sí se grava con impuestos o por si se descubre algún desajuste urbanístico flagrante .
Así que trataremos de contemplar una serie de hechos y comunicaciones de forma sencilla para que el interesado en saber qué planeta habita y qué cuestiones no se hacen por parte de los responsables tome las decisiones del sofá cómodo o bien, combinando el ocio con el saber, puede, por lo menos, llegar a la conclusión de que no debe ser objeto de alienación por parte de los de siempre. Comenzaremos con las señales que nos está enviando el planeta con el fin de que nuestra conducta cambie de forma rápida ya que hay poco tiempo para revertir algo que en el caso de que se confirme puede causar estragos importantes y exigir al postureo político un cambio de actitud de sillón blando y redes sociales.
Comportamientos cíclicos
Si verdaderamente estamos en un ciclo de cambio en el clima del planeta, no servirán para nada los esfuerzos y adelantos tecnológicos y científicos de los que el ser humano alardea.
La Tierra muestra comportamientos cíclicos en el clima de los que tenemos evidencia a través de las muestras geológicas que poseemos. Períodos de calor intenso, cambios de temperatura en los mares y continentes, desplazamientos de las tablas continentales, variaciones en la capa de ozono, glaciaciones, erosiones espectaculares, activación de volcanes, terremotos, alteraciones en las aguas oceánicas y cambios en los flujos de las corrientes en chorro atmosféricas, siempre se han producido y lo seguirán haciendo, porque el planeta está vivo.
Además existe la amenaza exterior ,siempre al amparo de la capa de protección de nuestra atmósfera para defenderse del bombardeo de meteoritos,especialmente de aquellos con suficiente tamaño para originar una catástrofe a nivel planetario tanto enel lugar del impacto como en sus antípodas. Tenemos señales evidentes para reflexionar y ,poco a poco, nos llegan las comunicaciones de aquellos investigadores que lo hacen público pese al ocultismo de los gobiernos.
En nuestras latitudes últimamente hemos observado nubes noctilucentes o mesosféricas polares que suelen darse en latitudes de 50º hasta los 70º, compuestas de cristales de hielo con un escaso grosor por lo que sólo son vistascuando el sol se oculta en el horizonte con la apariencia de cirros. La revista Geophysical Ressearch Letters, en un estudio que ha publicado, lo atribuye quizás a la emisión de metano que podrían influir en el aumento de vapor de agua en la atmósfera y el incremento de cristales de hielo en la mesosfera, señalando que son las actividades humanas las que originan este aumento.
Se está incrementando la emisión de CO2, dióxido de carbono; Metano CH14; óxido nitroso N2O que forman la «manta» que origina el efecto invernadero. Sin este anillo de gases la tierra sería 30º más fría, pero al espesarse la manta lo que se está logrando es un calentamiento producido por los incendios, la quema de petróleo, de carbón y gas natural, los cultivos, las actividades ganaderas y las acciones humanas. Debemos añadir la actividad volcánica y los efectos perversos de las armas de destrucción. A nadie se le oculta que una alteración de la temperatura media del planeta originará cambios climáticos de consecuencias imprevisibles y en forma de dominó.
No nos damos cuenta porque nos hemos habituado a nuestra vida cómoda y casi endiosada, pero es evidente que el aumento originaría una cadena de fenómenos en las corrientes en chorro, las corrientes marinas, el deshielo de los glaciares y de los casquetes polares ártico y antártico, cuyas consecuencias y efectos en la fauna y flora del planeta se reflejaría en hambrunas y enfermedades sin cuento para el hombre. Tendría incidencia también en la liberación de virus silente entre los hielos y en las capas profundas que el ser humano no soportaría.
Las playas que conocemos dejarían de existir o tomar otras formas, las inundaciones provocadas por las subidas de las aguas marinas y los desbordamientos de los ríos y el deshielo de las nieves de montaña provocarían también un cambio en las características de las aguas ,como la salinidad y una alteración en la vida de la fauna marina y la fauna terrestre, interrumpiendo ciclos de polinización, movimientos migratorios de las aves y una incidencia grave en la vida humana con posibles emigraciones masivas buscando situaciones más propicias para la vida.
Algo de todo esto estamos viendo casi en directo en las televisiones y que muchos no se lo creen porque han asumido que el ser humano lo puede todo hasta que contempla la fuerza inmensa de la Naturaleza. Los sectores más húmedos ylas zonas agrícolas se desplazarán hacia el norte por efecto del deshielo polar y de los glaciares, aumentando el nivel del mar y la inundación de terrenos habitados. Todo esto se estudia en las convenciones internacionales tan exhibidas en los medios y a las que acuden todos los gobiernos del mundo pero que no se ponen de acuerdo para adoptar una forma única de actuaciónporque o no se lo creen o se ocupan de otros problemas más inmediatos y el árbol no les deja ver el bosque, ya que tampoco hay certezas científicas para mostrar un cambio radical.
Ya sabemos que la actividad política sólo se pone en marcha si le reporta rédito en el voto y si no vuelve una y otra vez a reiterar los errores de siempre confiando en que se detenga por inercia la posible catástrofe si antes no nos borra a casi todos del mapa, porque lo que si será evidente es que algunos lograrán perpetuar la especie sin que tengamos demasiada certeza de que, transcurrido cierto tiempo , el planeta vuelva a soportar la actitud cerril del bípedo que lo habita.
Confiar en la Tierra
Después de considerar los múltiples síntomas que presenta el paciente Tierra y de ver cómo los que habitamos el planeta nos volvemos locos por ir a remojarnos a las playas aprovechando cualquier ‘puente’ o fin de semana , ofrecer nuestras declaraciones ante las «alcachofas» de los reporteros televisivos que abundan sobremanera ante cualquier manifestación turbulenta de la atmósfera o de los mares y seguimos con la vida cotidiana de dislates, consumos y despropósitos,solamentenos resta la esperanza de que nuestro querido planeta es sabio y recompondrá el orden natural de forma contundente a pesar de los oscuros intereses de los que manejan los hilos del consumo desaforado y de la devastación del medio en que el que vivimos. Los griegos dirían que los dioses del Olimpo habían intervenido ante la majadería del ser humano, y ahora encenderían cirios al «dios tecnológico» que da la impresión de que no está muy ducho en evitar el desastre.
¿Será posible revertir este cambio que por los indicios no va a ser paulatino y gradual? Desgraciadamente en nuestra opinión no lo creemos así y lo razonaremos.
A pesar de las continuas advertencias de sectores importantes de la sociedad, publicadas en diversas publicaciones se ha seguido manteniendo la línea del lucro, el beneficio inmediato y las cifras de bienestar han aumentado a costa de cometer grandes errores por tierra, mar y aire con la connivencia de la actividad pública y privada, incidiendo en el deterioro de las condiciones de la Biosfera.
La contaminación ha continuado y se han producidos agresiones evidentes en la atmósfera y en algunos casos en altitudes considerables con la consiguiente alteración de las proporciones de gases que siempre han sido estables, la disminución de la capa de ozono según latitudes y la incidencia en el sistema de presiones descompensando gravemente la circulación atmosférica y originando vendavales de una fuerza considerable y catástrofes desconocidas por la energía desplegada. Por supuesto que todo ello ha venido acompañado de precipitaciones inusuales en lugares determinados y carencias de ellas en otros, así como el aumento de la desertificación e incidencia en la forma de la vida humana con el consiguiente efecto en la emigración de las personas.
El aumento de las precipitaciones de agua y nieve, se ha unido a deshielos provocados o aumento de temperatura en momentos no propicios y se han producido los desbordamientos de los ríos con inundaciones inmensas ,así como una erosión enorme y un efecto en la salinidad , incidiendo gravemente en la fauna y también en los lugares habitados al lado de los ríos y torrentes, así como en las playas. Por otra parte, el efecto invernadero y el aumento de temperatura ha incidido sobre los glaciares que se están derritiendo y aportando agua dulce a los mares y los polos tienen también un comportamiento de deshielo, surgiendo algunas zonas de tierra al descubierto por la retirada del hielo. Parece ser que no se salvan ni las corrientes oceánicas porque sufren alteraciones en su velocidad y recorrido lo que puede traducirse en alteraciones en la vida de la fauna marina especialmente de los animales que necesitan la migración para desovar.
Todo ello se traduce en la gran pregunta: ¿A dónde nos dirigimos? ¿Qué futuro nos aguarda? ¿No ha habido otras formas de producir? Esta es la cuestión. Se produce de forma desaforada en una carrera para demostrar qué gran potencia puede ser megapotencia y seguir amenazando la paz mundial. Este es el lío en que nos han metido todos los que luchan por su sitio de megahércules atómico y así nos luce el pelo. Ahora ha entrado una gran prisa: cambiar las bolsas de compra, los embalajes, las botellas, los automóviles, las casas, las ciudades…¿Nos lo creemos? Pues no, sencillamente, porque lo que hace falta es cerebros bien amueblados para dirigir durante un cierto tiempo este planeta al que le sobran las macro organizaciones que han demostrado una ineptitud total y unos políticos que no saben por dónde tomar los hilos de la resurrección planetaria.
Así que lo más perentorio es que comencemos a cambiarnosotros mismos ,practicar un mea culpa y tratar de revertir la tendencia personal en que debemos ser más moderados y racionales en todo ya que, de seguir así, nos haremos un gran selfie planetario nada agradable.