Cobertura legislativa, normativa y amparo financiero, es lo que considera el presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, Olegario Ramón, que necesitan las Juntas Vecinales en este momento. Así lo destacaba en el primer encuentro con las pedanías en el Bierzo, gestado en Balboa y con una participación muy superior a la esperada, con más de 250 representantes de las 286 Juntas Vecinales de la comarca. "Se nota que es una necesidad" y se evidencia con esa respuesta, dijo Ramón
El presidente recordó que, en 2013, cuando se desconcentraron las pedanías como organismos propios de la administración local, corrieron el riesgo de desaparecer e incluso había administraciones que lo forzaban. No tener las cuentas al día era la causa "y les pasaba a prácticamente todas", recuerda. Pero un plazo de un año para ponerse al día las salvó aunque lo que les falta ahora es un amparo legal. "No tenemos ley propia de las Juntas Vecinales, solo una genérica para entidades locales en la que hay unos artículos para ellas, pero tiene entidad para tener esa ley propia y que, sobre todo, les permita una financiación adecuada", pide. Es lo que sucede también con el Servicio de Asistencia a Municipios, SAM, en el Consejo Comarcal, deficitario en más de 200.000 euros, algo que espera negociar con la Junta "y espero que nos escuchen para que la financiación sea adecuada".
Esa financiación es fundamental para que sobrevivan, dice el asesor del SAM, Roberto López. Asegura que la ley de 2013 no puede con las Juntas Vecinales bercianas porque están antes de esa ley, aunque, si no cumplen ciertos criterios fiscales podrían correr peligro. Lamenta el técnico que, con la importancia que tienen prestando un srevicio imprescindible, no se les dote de más potestades y financiación. "Los pedáneos realizan su labor sin nada a cambio" y no tienen ayudas de ninguna administración, dice. López propone reorganizar el sistema de financiación de las pedanías para que tengan medios "para actuar, ya no digo con dignidad, sino dentro de la legalidad" porque hoy ni siquiera tienen cobertura de internet y "es imposible que cumplan con la Ley de transparencia. Se les está avocando a la extinción, que a lo mejor es lo que se quiere", reprocha.
El secretario general de la Federación Leonesa de Entidades Locales Menores, Carlos González-Antón considera que su mayor carencia es el apoyo "a nivel legislativo, financiero y administrativo". Reconoce que esta figura es "esencial", sobre todo en el Bierzo. En la provincia lidera a nivel nacional el número de las mismas "pero la legislación estatal y autonómica no las recoge adecuadamente". Debe cumplirse con ellas, pide, "y modernizarlas" puesto que la tendencia a la digitalización las deja fuera "no llegan a los proyectos y planes que hay de modernización", afea. "Hay que fortalecer institucionalmente de las pedanías porque es el primer escalón de las administraciones" y el ámbito de la Comarca berciana considera que es el escenario ideal para hacerlo.
El subdirector de Fiscalización del Consejo de Cuentas de Castilla y León, Alfonso Vidal, puso cifras al peso de las entidades menores, casi la mitad de los entes locales. Son 2.213 de las que más de la mitad están en León y 286 en el Bierzo. Para la gestión económica financiera local "es muy significativo" este peso. El Consejo de Cuentas, en base a su legalidad "tiene un enfoque muy proactivo para incentivar la rendición de cuentas" de las administraciones públicas y en especial de aquellas podrían tener coyunturas desfavorables, como estas "que constituyen el estadio con más limitaciones administrativas para cumplir sus obligaciones", reconoce. La Ley de Racionalización de la Administración Local, modificó el régimen jurídico de estas entidades, pero su incidencia, a efectos prácticos "fue escasa" porque el censo de las mismas no se ha visto reducido de forma significativa por esa llamada Ley Montoro. "Es un ente desconcentrado del municipio, salvo las que mantuvieran esa condición antes, pero no es el caso de las bercianas, y no hubiesen cumplido con la rendición de cuentas", dice.
Plan de pedanías, cada dos años
El presidente de la Diputación de León, Gerardo Álvarez Courel, pide apoyo de las administraciones para las pedanías, sobre todo en cuanto a la tramitación administrativa, que considera que es su verdadero problema. Considera que no se les puede exigir, a zonas que, en muchos casos tienen poca cobertura de telefonía ciertos trámites por las redes "eso es un problema". Por eso cree que, más allá de dotarles de más recursos, y que compromete que, en el Plan de Juntas Vecinales, tenga el doble de importe cada dos años, también se les facilite los trámites "en los que a veces se sienten perdidos y a veces el Ayuntamiento también". Considera el presidente que esa"maraña" es la que paraliza a las Juntas Vecinales, no los recursos.
La coordinadora de la Junta en Castilla y León, Rosana Velasco considera que las Juntas Vecinales son "una seña de identidad" de la provincia. La Junta "está comprometida con las corporaciones locales", dice, como asegura que deja ver el presupuesto del Plan de Ayudas a las mimas de 2023, año en el que se les destinaron 472.000 euros, cantidad que este año ha subido en 3,4%, dijo. Considera que eso da cuenta del compromiso de la Junta con las corporaciones locales y tiende la mano a las propuestas que contribuyan a mejorar la asistencia que se presta a los pequeños municipios y a las pedanías.
El alcalde de Balboa, Juan José López, anfitrión del evento, asegura que el lastre de las Juntas Vecinales es la financiación, porque tienen recaudaciones mínimas que no les permiten costear aportaciones necesarias "esperemos que las cosas cambien porque son figuras importantísimas dentro de los municipios". Reconoce que los pedáneos "son los primeros que tratan los problemas y que los sufren". Son entidades "por las que hay que pelear", pidió en el encuentro.
Entre los pedáneos, todos ellos aplaudieron esta iniciativa. Sade Fernández, de Pieros, considera que hay que poner en común los problemas de las pedanías como la suya. El principal problema que tienen, asegura que es la despoblación y considera que se necesita apoyo para recuperar la vuelta de los jóvenes con el apoyo común de todas ellas.
Ricardo Vila, de San Facundo, lleva tres décadas en el cargo y anima a los recientemente incorporados a que no se asusten de lo que se encuentren "porque todo es mucho más sencillo de lo que parece". "Es la voluntad de hacer las cosas bien", la que prima, dice. Uno de sus mayores problemas considera que es la falta de tener posibilidades de hacer cosas "pero cuando se tiene claro a dónde se quiere llegar, todo se consigue". Lo más importante considera que sería que "la gente se quitara miedos y resolviera sus dudas".